Consciente de que esta temporada será un punto de inflexión tanto en lo personal como en lo deportivo, Domingo ‘Mino’ Borja Coello (Alicante, 21 de julio de 1976), de 48 años, afronta su estreno en el banquillo del Anaitasuna Femenino con la ilusión de consolidar un nuevo proyecto, tras la salida de Carlos García. Además, el alicantino asume la coordinación de la cantera femenina, con la que busca dar protagonismo a las jugadoras de casa. Tras iniciar su carrera en el BM Altea y pasar por UCAM Handbol Sant Joan, Benidorm, Cañiza y el reciente ascenso con el Balonmano Herencia a Primera Nacional, Borja llega a Pamplona decidido a marcar un nuevo rumbo en una temporada de cambios estructurales y retos mayúsculos, como el debut histórico en la Copa de la Reina.
¿Cómo asume el reto?
–El reto lo asumo con mucha ilusión y fuerza porque es un cambio muy grande, por lo menos, a nivel personal. También hay mucho cambio en la estructura del club y en el equipo también hay muchos cambios de jugadoras respecto al año pasado. Entonces estamos en un proceso de mucho cambio y de mucha ilusión. Y al final se junta con la incertidumbre de no saber cómo vamos a competir porque hay varios elementos nuevos en este equipo y tenemos que vernos con lo que es la competición.
¿En lo personal cómo afronta el cambio?
–Sobre todo con mucha ilusión porque es un reto personal que se junta con mi ámbito profesional. Vengo de estar en un equipo masculino y los equipos masculino y femeninos cambian mucho en la forma del trato. El deporte es el mismo, pero la forma de tratar a un grupo femenino es muy diferente y bueno, también sube la dificultad el que estamos en una categoría profesional porque hay varias jugadoras que se dedican solo a esto. En general estoy muy agradecido y contento por poder trabajar en una institución como Anaitasuna.
¿Y qué objetivos tiene de manera individual?
–Mi objetivo es poder asentarme en Pamplona y conseguir que el equipo cumpla con su objetivo, que principalmente es salvar la categoría y después, un reto ilusionante y personal que tengo, es poder dirigir un partido de Copa de la Reina, que nunca lo he podido hacer. Además para el club es nuevo.
Sobre esa eliminatoria de la Copa de la Reina, ¿se habla en el vestuario?
–Bueno, lo hablamos en la primera reunión y lo marcamos como un día importante ya que se juega entre semana (22 de octubre) y el fin de semana previo no tenemos liga y dispondremos de diez días para prepararlo. De momento no sabemos el rival, hay seis posibles, pero lo sabremos el lunes (29 de septiembre). Aún así no hablamos de más el tema, lo marcamos en el calendario en la primera reunión como un día de fiesta y diferente porque nadie del equipo ha jugado Copa de la Reina, salvo una jugadora. Ahora tenemos ganas de liga y de ganar el sábado en Pozuelo.
Esa participación en Copa de la Reina se debe a que el año pasado el club finalizó en tercera posición en liga, ¿supone un extra de motivación para este año aunque usted no dirigió al equipo?
–Hay jugadores de este año que lo vivieron, pero al final con tanto cambio en el equipo realmente no se habla de ese tercer puesto. Todavía tenemos la incertidumbre de dónde vamos a estar, queremos mantenernos en Oro y si los resultados son bueno y podemos soñar con algo más, lo haremos. La incertidumbre es más de la competición, no de la pretemporada.
Durante la pretemporada jugaron seis encuentros, ¿qué balance hace?
–Muy positiva, hemos tenido un crecimiento brutal desde el 15 de agosto hasta hoy. La media de edad del equipo es de 21 años y la capacidad de mejora aumenta muchísimo que si fuera uno más veterano. Vamos a ir creciendo y esperamos los resultados desde mediados de noviembre en adelante. Este equipo va a ser muy difícil de ganar. Aún así, la pretemporada ha sido muy productiva.
Más allá de los resultados, ¿qué estilo de juego quiere imponer?
–Hemos metido unos cambios atrás, apostamos por una defensa 6-0 un poco más sólida, con mucha profundidad porque no tenemos mucha gente grande y trabajamos muy proactivas con el balón. Además tenemos un equipo muy rápido que va muy bien en el uno contra uno. Eso tratamos de inculcar. Sin embargo, en ataque, no tenemos nada de lanzamiento exterior a diferencia del año pasado.
¿Y ha podido ver una evolución a lo largo de la pretemporada?
–Sí, desde el primer partido contra Beti Onak hasta el útlimo partido la semana pasada contra el Lleida hubo una evolución brutal en las facetas del juego.
¿Qué cosas cree que todavía se pueden pulir?
–La faceta del contraataque nos costó un poco en los dos últimos partidos. Por eso hemos bajado el número en el marcador de anticiparnos al contraataque porque, quizás, viene dado de la carga física que le hemos metido a las chicas al final de la pretemporada. Pensamos que mañana en Pozuelo conseguiremos goles más sencillos al contraataque.
¿Cómo afrontan la primera jornada que arranca este sábado a las 18.00 horas?
–Creemos que va a ser un duelo súper igualado y lo afrontamos sin bajas nuevas, tuvimos dos en la pretemporada, y vamos a un pabellón difícil, pero con opciones de ganar.
¿En qué cree que el Pozuelo de Calatrava es fuerte y débil?
–Lo mejor es que mantienen el bloque del año pasado y eso hace que el trabajo táctico de pretemporada es más sencillo. Si hay que destacar a alguien, destaco a Noelia Delfa: capitna, central y que dirige el juego. Además está muy bien secundada por sus laterales como Elena y Martina Layús. Después, la afición también apreta mucho en casa. Luego creemos que ellas en defensa contra gente pequeña sufren mucho y creemos que podemos ganarles en el uno contra uno y con las pivotes hacerles mucho daño.
¿Y en vuestro caso qué papel jugará la afición en el pabellón Anaitasuna?
–En nuestro caso es difícil que llenemos el pabellón porque es muy grande, pero con poco que venga gente nos va a dar muchísimo porque se harán notar. Tenemos que hacernos fuertes en casa porque las que vengan de fuera se van a impresionar con el pabellón. Con que vengan 300 o 400 personas nos basta.
En los últimos años Anaitasuna se ha esforzado en darle un impulso a la sección femenina, ¿esa fue una de las razones por las que ha decidido venir a Pamplona?
–Sí, sobre todo porque también coordino toda la sección femenina. A parte soy entrenador de los dos equipos juveniles femeninos y lo más atractivo de Anaitasuna, a parte del equipo Oro, es su cantera femenina. Quiero seguir esa línea de trabajo y dedicarle muchísimo tiempo. Por ahora es a lo que más le dedico.
¿Por qué ha aceptado también esa responsabilidad?
–Cuando me llamó Nacho Moyano (director deportivo) para entrenar al Oro me propuso llevar la sección de femenina con él de la mano y estamos coordinados diariamente. No renunciaba a ello porque el equipo de Oro se compone en un 70% de jugadoras de la casa y tenemos que incrementarlo a un 80-90% porque hay material para trabajar en ello.
En la plantilla actual ya se refleja esa apuesta. ¿Qué importancia le da a contar con una buena base de jugadoras de la casa?
–Le doy muchísima importancia porque al final la gente se identifica con las jugadoras que hay en la pista. Siempre habrá que fichar, en todos los clubes hay jugadoras de fuera, pero realmente cuando la afición viene a ver a las chicas y encima son de la casa, que las han visto crecer desde alevines... es algo bonito. Además queremos que haya una sinergia entre la base y el primer equipo, que las niñas alevines, infantiles, cadetes y juveniles vengan cada sábado a animar al primer equipo. Es más, estoy contando con hasta nueves jugadoras del juvenil para entrenar diariamente con el equipo de Oro, que estén en la dinámica. Incluso hemos adaptado un horarios para que puedan estar participando y vean desde primera manoel salto de nivel que hay de juvenil a Oro.
Aún así, han fichado a cuatro jugadoras: Alba Alfonso, Andrea Sáez, María Monllor e Infrid Fortuño ¿qué espera que aporte cada una?
–Fortuño hizo los entrenamientos de toda la semana pasada y jugó minutos el sábado. La verdad es que se ha adaptado perfectamente al grupo. Por otro lado contamos con Andrea Sáez. Es una portera con un físico privilegiado, que mide 1,90. Y no es nada común tener a una portera así, muy joven. Se está adaptando también al nuevo cambio de vida. Al final es la primera vez que sale de su casa. Está entrenando bien y terminó el último partido con un 50% de paradas, que es un porcentaje altísimo. De María Mollor reconozco que se sabe mover por el pivote maravillosamente y a nivel defensivo nos está aportando muchísimo. Y por último, Alba Alfonso, tiene un año de experiencia en Oro. También es una jugadora joven y tiene un 1 contra 1 muy desequilibrante.
Y para finalizar, usted también es una incorporación este año, ¿qué puede aportar?
–Bueno, espero darle un aire muy nuevo. Al final el modelo de juego que tengo que hacer aquí, visto obligado por las circunstancias de jugadoras, me viene como anillo al dedo. También espero aportar muchísimo trabajo, algo que no va a faltar en este equipo. La clave es la ilusión con la que venimos comernos el mundo y de ser muy ambiciosos.