Saint Lô - Las microdosis de EPO parecían la penúltima frontera de la lucha contra el dopaje, puesto que esas pequeñas inyecciones escapaban entre los resquicios de la red de los controles. Pero el diario francés L’Équipe reveló ayer que el laboratorio de Châtenay-Malabry ha logrado afinar su método para detectar incluso las dosis más diminutas de esa sustancia prohibida que mejora la recuperación de los deportistas. De esta forma se ataja una de las sospechas recurrentes en el pelotón, la de que pudieran inyectarse al final de la tarde 500 unidades de EPO, cantidad que no dejaba rastro suficiente en la orina recogida por las mañanas. Según L’Équipe, Châtenay-Malabry es capaz ahora de detectar esas cantidades inyectadas antes de las 23 horas en las muestras de orina recogidas a partir de las 6 horas, el periodo en el que, salvo sospecha sólida de dopaje, está prohibido proceder a controles. - Efe
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