Donostia - En el acta fundacional de la Fundación Euskadi se subraya el objetivo de “promover, fomentar, divulgar y desarrollar el deporte del ciclismo vasco”. Ese es el suelo ético donde descansa la filosofía de la entidad. Sobre esa idea, la que sedujo a Mikel Landa, presidente del ente, dará sus próximos pasos la Fundación Euskadi, que quiere sembrar el futuro. El retorno a las raíces de las que germinaron numerosos corredores profesionales es la hoja de ruta de la nave nodriza del ciclismo vasco. “La Fundación Euskadi es esto”, dicen desde el ente. “Esto” es colaborar, ayudar e impulsar el ciclismo de base para que no se detenga la cadena y la rueda siga rodando. Aferrados a ese mantra que cuelga de los estatutos de la Fundación, el de apoyar la cantera del modo que se pueda, Mikel Landa y su equipo, formado por Jesus Ezkurdia, Jorge Azanza y Aitor Galdos, se enmarca el convenio de dos años de colaboración firmado con el Ampo Goierriko TB, una estructura enraizada fuertemente en Gipuzkoa, pero que atraviesa por problemas económicos para salir a la carretera. El naranja es el color esperanza.
“El acuerdo nos da estabilidad. Teníamos necesidades económicas urgentes. De no ser por la Fundación Euskadi tendríamos que bajar la persiana o esperar un milagro”, expuso Iñaki Telleria, presidente del equipo, que subrayó, no obstante, que la formación guipuzcoana no será un filial del conjunto naranja. Desde la Fundación Euskadi promocionarán para el año que viene a Unai Cuadrado y Jokin Aranburu, procedentes del Ampo, un club con más de 300 licencias que se veía abocado a la desaparición o a enormes restricciones. “No podíamos seguir así”, expone Telleria, que recuerda que el acuerdo no tardó en cristalizar. Mikel Gaztañaga sirvió de puente para que la Fundación Euskadi atajara el problema. “Nos reunimos y no tardamos en llegar a un punto de encuentro”, destaca Telleria, encantado por el acuerdo alcanzado.
Mikel Landa, como ya hiciera cuando se iba a liquidar la Fundación Euskadi -vive gracias a su empeño y al de los patrocinadores como Orbea y Etxeondo-, acudió sin pensarlo a la llamada de auxilio del club del Goierri. El futuro pintaba oscuro para uno de los referentes del ciclismo aficionado, así que, tras varias conversaciones, la Fundación Euskadi lanzó el salvavidas a modo de ayuda económica, cuya cuantía no ha trascendido. “El problema de muchos clubes es el de conseguir patrocinadores y si se les puede echar una mano, nosotros lo haremos. Hay que cuidar la base si queremos tener un futuro”, exponen desde la Fundación Euskadi.
Mikel Landa es muy sensible a la problemática que afrontan los clubes de cantera, donde sobra el altruismo, el deseo y el trabajo desinteresado de todos, pero falta músculo financiero, más si cabe en tiempos de crisis. “Dentro de los estatutos de la Fundación está el ayudar a que el ciclismo base se siga desarrollando con normalidad; quisimos colaborar con ellos con este convenio, no solo económico, también les daremos conocimientos en temas deportivos y logística. Todo lo que sea fomentar el ciclismo con niños y niñas desde la base, con escuelas, cadetes, juveniles y hasta el equipo sub’23”, expuso Landa, convencido de que el futuro del ciclismo vasco pasa por cuidar la base para que la pirámide continúe funcionando. “Siempre habrá corredores vascos de calidad en la medida de que funcione la cantera, de que se pueda trabajar desde la base y para eso es necesario que les ayudemos”, esbozan desde la Fundación.
“héroes anónimos” Bajo esos parámetros, la Fundación Euskadi, con Mikel Landa a la cabeza, anunció ayer en Beasain el acuerdo de colaboración con el club de Goierri, por el que la entidad guipuzcoana percibirá una ayuda económica que contribuirá a que puedan seguir desarrollando la labor, siempre anónima, de alimentar la cantera vasca. “Ellos, los que trabajan con los chavales desde la base son los héroes anónimos de toda el engranaje del ciclismo”, recuerdan desde la Fundación Euskadi, comprometidos con el cuidado del vivero, una política que extenderán a otros clubes en Gipuzkoa y Bizkaia en las próximas fechas. “Se trata de hacer una buena base para que en la punta de la pirámide haya corredores de más cantidad y calidad. Hay que empezar desde abajo”, apuntó Landa.
El claro objetivo de fortalecimiento de la base para mejorar el tejido de la cantera -“no se pretende absorber a clubes, solo ayudarles”, destacó Landa- desde la Fundación Euskadi impulsará un equipo femenino en Araba, una manera de dar cobijo a las corredoras del territorio con una estructura que les permita competir con dignidad. El proyecto existía desde el pasado año, pero será durante la próxima campaña cuando el equipo femenino ruede. Bajo el paraguas de la Fundación Euskadi, se contabilizarían una decena de corredoras desde la categoría cadete hasta la sub’23. El naranja será el uniforme que vistan las chicas, al igual que el equipo masculino Continental, que contará con una docena de efectivos el próximo curso.