l recorrido de la Itzulia fue presentado el 9 de febrero en Hondarribia. Respecto al final que espera hoy en Mallabia, Julian Eraso lanzó entonces una especie de reto a los profesionales del mundillo. “Por mucho que vayan a reconocer la zona, ninguno se imaginará que pasaremos por ese sitio”. El director de la organización se refería a una calle sin salida, con rampas de hasta el 16%, que de repente ha encontrado escapatoria gracias a las exigencias de la caravana ciclista. Al fin y al cabo, quitar dos bancos y una farola, construyendo también dos rampitas que permitan a los corredores superar una acera urbana, no implica una obra muy compleja. Hecha está.

Más allá de curiosidades, la llegada en cuestión apunta a provocar esta tarde las primeras diferencias reales entre favoritos, sin contar bonificaciones, desde la contrarreloj del lunes. Los elegidos para pelear el amarillo final han entrado juntos a meta en Viana, Amurrio y Zamudio. No será el caso en esta quinta etapa, por el perfil de su último kilómetro, por la dureza previa e incluso por una meteorología que apunta a brindarnos las primeras gotas de lluvia de la edición. Esperan más de tres mil metros de desnivel positivo con sus consiguientes descensos, que mojados añadirían tensión al menú.

Respecto a lo visto ayer, poco nuevo podemos añadir a lo comentado por aquí hace 24 horas. De hecho, la jornada vino a reforzar las sensaciones previas. Estando lo bien que está su compañero Adam Yates, Daniel Felipe Martínez terminó de unirse a la fiesta sumando victoria y bonificación. Y en el equipo del líder, mientras, hubo cambio de roles respecto a la víspera, con Roglic tapando huecos y Vingegaard, tremendo luego al cerrar el último ataque, esperando agazapado. Esta película tiene muy buenos actores secundarios, pero las parejas de Ineos y Jumbo están cogiendo pinta de protagonistas.