los teóricos de la comunicación se mueven en sus quehaceres entre la sociología, filosofía y las llamadas Humanidades. Al galope furioso de unos medios que delinean, condicionan y conducen las masas de audiencias, los estudiosos van produciendo diversas explicaciones para contener intelectualmente lo que todos, todos los días, sufrimos y gozamos, la presencia avasalladora de los medios audiovisuales que señalan con sus programaciones, narrativas y conductores-presentadores el paso de los días en el calendario. Los Magos de Oriente han dejado en la ventana un saquito de dulce carbón y un libro con el sugerente título de Homo videns, en un desesperado intento del autor de señalar la condición más fundamental, más determinadota de nuestra condición humana en estos días: la de ver en pantallas, monitores o visores por donde pasa la vida mediática y nosotros con ella en un momento civilizador que nadie parece saber a dónde va o que nos deparará. Sartori es profesor universitario y escribió el libro hace un par de décadas pero se mantiene vigente en el estudio de los problemas de los sistemas democráticos. El subtítulo elegido orienta la preocupación del teórico "La sociedad teledirigida". No trata tanto de determinar las potencialidades de unos medios poderosos, omnipresentes, capaces de legitimar o deslegitimar, conductas, haberes, honras y honores del personal, sino escudriñar el fenómeno de teledirección de las masas con eficacia destructora y seria amenaza en la actual sociedad y ayuda a descubrir las intenciones de quienes poseen, controlan y manejan los medios. Dice Sartori que nuestra época es extraordinaria por la abundancia de hechiceros y chamanes y por ir siempre acelerados y hacia delante y de ello se benefician aquellos. Cedemos el control de nuestra libertad y eso no saldrá gratis.