madrid. David Janer ha vuelto a enfundarse el traje de Águila roja con la convicción de que tener trabajo hoy día "es ya un premio" y por tanto no necesita ninguna motivación para seguir con un papel que estrenó hace cuatro años y para el que mantiene el entusiasmo "viendo las cifras del paro".
"Estar trabajando ya es un premio. No me planteo cambiar de registro por el momento", confesó el catalán, quien confíó en que pronto se despejen los nubarrones de incertidumbre sobre la audiencia que sobrevuelan sobre esta producción de Globomedia, sometida por otra parte a los recortes presupuestarios que imperan en la televisión pública.
Dos cuestiones que David Janer (Granollers, Barcelona, 1973) ha vivido con "incertidumbre", pero con la confianza de que, una vez en antena, el público dé "continuidad" a esta quinta temporada de la serie, compuesta por 13 episodios.
"Hemos parado la sexta temporada, esperando la audiencia de ésta, que nos dará una orientación", apuntó el protagonista de la serie tras finalizar el rodaje de nuevos episodios, que podrían sumarse a la actual temporada o iniciar una nueva.
Sobre el recorte presupuestario, el actor explica que "el público no va a notar la diferencia"; sí la han notado los actores, que han rodado estos con el "sobreesfuerzo" de grabar sus escenas "en menos tiempo", lo cual lleva a "mayor tensión y responsabilidad".
pedida de mano La quinta temporada llega para su personaje con grandes novedades: por fin le pide a Margarita (Inma Cuesta) que se case con él, aunque antes se debate entre los amores de Mariana (Mónica Cruz), la pirata que se esconde de la justicia en su casa, y Eva, una carismática aristócrata interpretada por Marta Etura. Por su parte, el actor explica que lo más complicado de la serie sigue siendo montar a caballo, porque "decir tu texto encina de un ser vivo es complicado, a veces le recordamos al director que un caballo no es una moto y no se puede parar siempre donde está previsto".
En los meses que ha estado sin grabar Águila roja, el actor aprovechó para acabar su carrera de Filosofía y Letras, aunque no lo ve como una salida profesional -"está difícil, como en todo"-, sino "como una cuestión personal".
"La filosofía me llena y me sirve para desconectar, para centrarme más en mí mismo y conocerme", señaló Janer, y confesó que en estos momentos a la profesión de actor le vienen bien doctrinas como el estoicismo, "para mantener la cabeza centrada y los pies en el suelo", y a la sociedad en general en su parte de "asombro" y "crítica" ante las noticias de cada día.