vitoria - Una niña desaparece en plena celebración de su primera comunión. Con este planteamiento se inicia la serie Bajo sospecha, con la que Antena 3 recupera el género policial desde la intriga y el suspense, sin pretender “profundizar en el dolor” que podría ser el de muchas familias reales.

Al pequeño pueblo de Cienfuegos llegan en la ficción dos policías infiltrados, interpretados por Blanca Romero y Yon González, a las órdenes de un comisario, al que da vida Lluís Homar, un grupo que intentará dar respuestas a los padres de la niña (Pedro Alonso y Alicia Borrachero). Borrachero confesó ayer en la presentación de la serie, en el Festival de Televisión de Vitoria, que su personaje es “delicado” y que en ocasiones le produce “pudor”, porque hay personas que pueden estar pasando por esta situación”.

asesoramiento policial Esta “responsabilidad” añadida a cualquier trabajo la ha solventado gracias a un “trabajo fino y humano”, y gracias a los guiones de la ficción producida por Bambú, dirigidos por Silvia Quer y Jorge Sánchez Cabezudo. De hecho, la serie ha contado con el asesoramiento de un grupo de policía especializado en desapariciones, según explicó la productora Teresa Fernández Valdés: “Vieron los guiones completos y nos dijeron que las reacciones de los personajes eran las habituales entre las familias que han sufrido este tipo de casos”.

No obstante, Bajo sospecha no pretende “profundizar en el dolor”, explicó Fernández Valdés, quien reconoce que el guión se les pudo “ir de las manos” en un principio, pero se llevó al terreno de la intriga y el suspense, en “un thriller más contenido, con un lenguaje diferente al que asociamos en España a lo típicamente policial”.

Por su parte, Lluís Homar, a quien le “apetecía mucho” este papel de comisario, porque no tiene “dobleces ni dobles caras”, dijo que, “cuando hay un secuestro, siempre es terrible” y que la ficción está de alguna manera “en contacto con la realidad”, aunque la historia de Bajo sospecha no es nada “tenebrosa, solo humana”. La ficción se plantea así como una especie de Cluedo, el popular juego de intriga policial, en el que numerosas pistas no llegarán a ningún sitio.

“El peligro del thriller es avasallar al público, y aquí se trata igualitariamente, como si fuera parte activa de la acción, que por otra parte es un viaje de cierta hondura, muy enriquecedor para un actor”, apuntó al respecto Pedro Alonso. De hecho, los actores no conocen el desenlace, algo que está provocando “una especie de psicosis” en Blanca Romero, que paró la grabación de una escena porque creyó encontrar al culpable al escuchar los diálogos, confesó ayer la actriz. También habrá la habitual tensión sentimental en este tipo de producciones, protagonizada por dos policías infiltrados: él, un veterano en ese terreno, y ella, una psicóloga debutante en las labores policiales.

La ficción, que previsiblemente se estrenará en el último trimestre del año, se plantea como un caso cerrado, aunque la directora de Ficción de Antena 3, Sonia Martínez, explicó que podría contar con el mismo equipo de protagonistas investigando otros hechos.

Rodada en Segovia y en la sierra de Madrid, el reparto lo completan Aroa Palacios, en el papel de la niña desaparecida (Alicia Vega), Armando del Río, Melanie Olivares, José Ángel Egido y Natalia de Molina, que se estrena en televisión tras recibir este año el Goya a la actriz revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados. - Efe