Aunque sigue radicada en Tafalla, Txalaparta acaba de inaugurar librería en el corazón de Iruña. Un hito para una editorial que cumple su 35 aniversario y que ahora buscará alcanzar la cifra de 70. Un reto a caballo entre el compromiso, el deseo y la conjura de sus trabajadores, ahora que la salud del fundador, Jose Mari Esparza Zabalegi (Tafalla, 1951), 34 años al frente de Txalaparta, se ha resquebrajado por un maldito amianto agarrado a sus pulmones. El cáncer le ha robado el futuro, pero no le ha hurtado ni el humor ni el orgullo de haber vivido entre libros. Es él mismo el que deja caer la noticia justo antes de empezar la conversación. Esparza bromea sobre su gravedad, y sin pretenderlo sacude y redimensiona este reportaje. “Salí de una fábrica tras 20 años, y he estado 34 ligado a la editorial”, comienza diciendo. “Es un orgullo el llegar hasta aquí. Esta inauguración tiene mucho simbolismo, porque coincide con el fin de mi etapa en la editorial y en la vida, pues mi estancia en la fábrica me ha pasado factura y tengo el cáncer del amianto. Estar tantos años en Tafalla, abrir una sucursal en Pamplona, y que para mí suponga una despedida definitiva, es muy literario. Con perspectiva tiene su encanto. De alguna manera tras una vida intelectual, vuelvo a mi origen obrero, a las raíces que condicionaron mucho nuestro devenir”. 

Secundan a Esparza en este reportaje dos compañeros suyos: el gerente Mikel Buldain (Pamplona, 1974) y la editora Ane Eslava Serrano (Lumbier, 1995), que ya conocen desde tiempo antes la noticia. Los dos guardan inicialmente silencio. El ambiente es pretendidamente distendido, pero el mazazo ha restado alegría a la apertura. Los tres repasan la historia de esta editorial que se hizo hueco en las librerías vascas, y que hoy cubre ensayo, narrativa, infantil y juvenil. En conjunto, alrededor de 1500 títulos publicados. Actualmente casi a la par en castellano y euskera, gracias al peso del libro infantil. En el resto, en torno al 30% en euskera. 

Un negocio complejo

El difícil trabajo de la edición

–Mikel Buldain: Nuestros lectores y lectoras han cambiado como la sociedad. Los cambios están siendo cada vez más rápidos, los hábitos de lectura también. Antes para saber lo que pasaba en Ucrania te leías un sesudo libro de 500 páginas y ahora un hilo de Twitter. De ahí que en octubre sacaremos una nueva colección de libros resúmenes, porque la tendencia es leer algo rápido. 

–Ane Eslava: En estos tiempos tan frenéticos permanecer dando pasos, como es la apertura de la librería, es una buena señal. Una editorial tiene que responder a las necesidades de cada tiempo, ofrecer herramientas para los debates que se estén dando en la sociedad. Txalaparta ha sabido responder a eso y adaptarse. Somos un equipo renovado y estamos continuamente reflexionando para seguir adaptándonos al momento.

–Jose Mari Esparza: Detrás de cada libro hay una relación personal con los autores porque son nuestra materia prima. Parte del trabajo del editor consiste en la gestión de los egos, en el sentido también positivo. El ego, bien canalizado, hace que grandes obras o trabajos hayan salido adelante desde la confianza en las propias posibilidades. Puede ser fuente de creatividad y motivación. Pero también es algo difícil de gestionar. El autor ha hecho una obra que igual le ha costado años de trabajo y es muy reacio a que un editora o editor, que sabe menos de la materia, le meta mano. Hay que entender que el editor es el puente con el lector, y que lo que se cuenta a veces se puede decir con 20 páginas menos o de forma menos farragosa. Hay fricciones; a veces hay libros que no se venden. Y quien vende 20.000 ejemplares, piensa que pudiera haber vendido 30.000.

–Mikel Buldain: La gente que nos conoce sabe que sacamos narrativa y ensayo, pero muchos tienen un concepto predeterminado, igual porque se nos ha relacionado durante mucho tiempo con el ensayo político y la temática vasca, e ignoran las partes de narrativa, infantil o cómic. Como editorial tenemos más fuerza en el ensayo, pero el mercado compra más narrativa que ensayo,

–Ane Eslava: Hemos publicado libros muy potentes de narrativa de todo el mundo, y aunque el pilar más característico haya sido el ensayo político, no se han dejado de lado otros géneros. Creo que en los lectores nuevos no existe una imagen tan reducida de Txalaparta, pero cuesta quitársela.  

–Mikel Buldain: De hecho uno de nuestros libros más vendidos históricamente ha sido ‘La mujer habitada’, de Gioconda Belli, una novela. 

Sobre el ideario de Txalaparta

Contra “el discurso dominante”

–Jose Mari Esparza: Nunca hemos negado la etiqueta ser una editorial de lo que se puede llamar izquierda abertzale. Lo que pasa es que eso es un tanto reduccionista, porque tenemos un fondo de libros de autores del PNV muy curioso. Hemos publicado a Irujo, a José Antonio Aguirre, y dentro de la izquierda desde el principio teníamos claro que nos daba igual que fueran autónomos, PMs, grapos... un abanico local muy amplio y en el exterior nunca hemos hecho caso de si eran trotskistas o guevaristas, o unos defendían la lucha armada y otros no. A partir de la caída del Este, cuando entramos en el mundo de la edición, constatamos que había un vacío terrible en libros de izquierda. La Transición española se había cargado todas aquellas experiencias editoriales que venían de los tiempos finales del franquismo. Empezamos a editar todo lo que tenía interés para la izquierda, daba igual temáticas anarquistas que trotskistas, ramas ideológicas que se habrían matado nosotros las asumimos en su globalidad. Y esa amplitud de ideas la seguimos teniendo. 

–Mikel Buldain: Txalaparta siempre ha apostado, por editar libros que van a mejorar el mundo, en una visión progresista, de izquierdas, más igualitaria, feminista, ecologista... Nuestros proveedores, por ejemplo, son kilómetro cero, el papel es ecológico... Creemos que hay que participar en el mundo y dejarlo mejor de como lo encontramos, o al menos intentarlo.  

–Jose Mari Esparza: Hemos ocupado un espacio vital para el equilibrio democrático. Muchas veces se nos ve como una editorial ligada a la extrema izquierda, aunque el último libro que hemos publicado ha sido a Anasagasti. Si no existieran editoriales como Txalaparta, que enseñen y expliquen el reverso de la moneda, esto sería una mentira, porque los medios de comunicación son unidimensionales en un montón de sitios, y la existencia de Pepitos Grillos que señalan al rey desnudo o lo intentan es clave. En la batalla del relato hay un montón de gente empeñada en uno unidireccional. ¿El carril central? Incluso a ese hay que buscarle críticas, porque el discurso dominante es el de la clase dominante, que lo tenemos que cuestionar, porque jamás ha habido un poder tan poderoso. Por eso el auge de las extremas derechas, porque a la élite ya ni las democracias burguesas le interesan. Es urgente poner a la gente a pensar, y detectar esos pensamientos cuestionadores de por dónde va el mundo. Incluso en el seno del feminismo, de eso discuto mucho con las nuevas editoras, también tenemos que ponerlo en cuestión, porque forma parte del discurso de la clase dominante, y tiene que haber alternativas revolucionarias. La igualdad económica es lo fundamental. Quién domina económicamente al mundo, quién domina los medios y quién los discursos dominantes. Hay que buscar nuevas pensadoras y pensadores. Espero visión crítica, incluso de la gente que teórica y políticamente puede ser más cercana. No podemos quedarnos en el conformismo en un momento en el que el mundo necesita una reconsideración absoluta. Creo que Txalaparta va a seguir teniendo espacio si es capaz de mantener esa actitud de extrema crítica. 

–Ane Eslava: Traer voces diversas del feminismo a nuestro catálogo, o de ecologistas, con la crisis que estamos viviendo. Nuestro reto es tener la antena puesta. Llegan muchísimas propuestas. 

–Jose Mari Esparza: La primera criba es la calidad y legibilidad, que el manuscrito aporte algo. Euskal Herria tiene tal debilidad ante la globalización y lo que nos puede venir, que tenemos que buscar salvar el país en nuestro conjunto, aunque haya lecturas diferentes de nuestro pasado reciente. Nuestras orejeras son grandes, aunque estemos situados en un extremo que nunca hemos negado. 

–Mikel Buldain: Geográficamente Txalaparta siempre ha mirado al conjunto del país. Hemos hecho coediciones con la editorial Gatuzain, de Iparralde. También solemos acudir a las ferias allá, y tenemos muchos vínculos y suscriptores. La comunidad de Txalaparta se extiende por todo el país y llega a las provincias de Iparralde. Se tienen muy en cuenta la integridad del país, pero es cierto que hay una muga administrativa, y eso impide hacer más cosas. 

–Jose Mari Esparza: La editorial se hizo en Tafalla, para que estuviera en la frontera del ager vasconum y el saltus vasconum. El trabajo con respecto a la Ribera ha sido enorme. El país para nosotros ha sido fundamentalmente Navarra, y hoy la empresa y los almacenes sigue estando en Tafalla. Nunca entendimos la falta de colaboración entre editoriales. La idea desde el principio fue trabajar en redes, y fuimos los fundadores de la Alianza Internacional de Editores Independientes, actualmente de más de 800 miembros de 60 países. Eso también lo hemos aplicado en nuestro catálogo, porque nos interesaba que nuestros lectores tuviesen mayores opciones de compra dentro de nuestro abanico ideológico. Fuimos metiendo en nuestra oferta del club de lectores a otras editoriales hermanas. Si en el mundo del libro no nos unimos todos, editores, libreros, distribuidores y autores, no vamos a ninguna parte. En cuanto a las lenguas, que en Tafalla haya una editorial que ha publicado cientos de libros en euskera es algo insólito. Hemos vuelto casi a completar el mapa de Bonaparte que llegaba hasta ahí la línea. En esa frontera estamos editando. 

El amor a los libros

Una atracción que pervive

–Mikel Buldain: Yo creo que el libro es un objeto de deseo. No es lo mismo leer en una tablet que leer en un papel. Eso le da durabilidad a las editoriales y a los libros, que por eso están aguantando mucho mejor que otros formatos en papel. Y por eso creo que dentro de 35 años Txalaparta celebrará su 70 aniversario, por ese placer intrínseco. Las nuevas generaciones también compran libros, a los críos les gustan, y aunque haya tendencia a lo digital, queda esa otra mirada. Igual las tiradas serán más pequeñas, el papel diferente –ya ha empezado el de hierba– pero el formato libro se mantendrá.

–Jose Mari Esparza: Hoy se lee más que nunca, todo el mundo está leyendo por la calle, a todas horas, pero eso no tiene que ver nada con la comunicación que te transmite un libro, que sigue siendo el mayor soporte comunicativo de nuestra civilización. Entrar en uno exige esfuerzo. El papel de los editores y las editoriales es darle a cada sector de la sociedad lo que pueda leer. Nosotros intentamos buscar un segmento bastante amplio, ni de gran erudición académica ni tampoco para tontos. Pero libros hay para cualquier medida. Mi padre leía lo que él podía llegar a entender, pero todo pensamiento humano se tiene que plasmar en la forma más perfecta de transmisión, que es la escritura. Pensar que pueda existir una sociedad sin gente que plasme las ideas en un texto concreto....no quedaría más que la consigna y la pintada por la calle, y el tuiteo. Creo que tiene que haber cada vez más esfuerzo de toda la sociedad en revalorizar el libro como garante de nuestra civilización. Si no se irá al carajo todo.  

–Ane Eslava: Los libros son ventanas a otros mundos y a otras formas de pensar y de entender. Ha habido momentos en los que parecía que estaban llegando a su fin, como con el boom del libro electrónico, que parecía una catástrofe, y no fue para tanto. Ahora con las tecnologías, las redes sociales, la inteligencia artificial y demás también da un poco de miedo. Hay que fomentar políticas para cuidar el libro y garantizarle el futuro, pero saliendo de los catastrofismos. 

–Mikel Buldain: Se vendideron miles y miles de aparatos de libros electrónicos, de hardware que está sin usar. Esto pasa como con la música, que tiene para bajarte 200.000 canciones. ¿Y cuándo las escuchas? No tienen tiempo material. Con el tema de la ecología se ha manipulado mucho. Se olvida el empleo de materias como el litio o el consumo energético de los servidores que almacenan la nube de la información. El papel, si lo utilizas reciclado y reciclable, tiene un coste ecológico, pero es mucho más sostenible que el ebook. Yo soy de los que doblo las puntas del papel para recordar pasajes. Un libro promueve la memoria visual, y también los subrayo. Tienen vida, no son una cosa sagrada.

–Jose Mari Esparza: Además así, cuando está todo pintarrajeado, hay que comprar otro. Fuera de bromas, el papel del editor es también vender, tienes que respetar las leyes de mercado, si no no aguantas 35 años. Alguna vez hemos dicho que tenemos que hacer el papel de Manolito para que Mafalda pueda seguir soñando. Pero el editor siempre tiene que estar con una calculadora. 

“Somos un equipo renovado y en continua reflexión para seguir adaptándonos al momento social”

Ane Eslava Serrano - Editora de Txalaparta

“La forma más perfecta de transmisión es la escritura; el libro es garante de nuestra civilización”

Jose Mari Esparza Zabalegi - Fundador de Txalaparta

“El libro aguanta porque es un objeto de deseo. No es lo mismo leer en una tablet que leer en un papel”

Mikel Buldain - Gerente de Txalaparta