tudela. El análisis del amor en todas sus vertientes, en un mundo en el que todos son fracasados, en el amplio sentido de la palabra, es el mar en el que el autor noruego, Henrik Ibsen, sumerge la acción de su obra de teatro, El pequeño Eylof, en la que el autor catalán Ferrán Audí se ha basado para llevar a cabo su primera película, The frost (La escarcha). "¿Es lícito no amar a un hijo?", se preguntó ayer Audí en su presentación en el festival de cine Ópera Prima de Tudela, "¿lo es aborrecerlo hasta desear que desaparezca?". En esta insondable cuestión se debaten no sólo los protagonistas de la película, sino todos los personajes de la obra entre los cuales hay sentimientos de amor no definidos en lo que el propio realizador definió como "una fábula impregnada de magia".

No en vano el carácter y las costumbres noruegas, donde transcurre la acción, centran buena parte de la historia, con grandes dosis de pasajes oníricos. "Me gustó mucho desde que conocí la obra, pero no para llevarla al teatro sino para el cine. Amar no es algo que nos pasa sino algo que hacemos, es un trabajo muy duro. Es una historia universal y muy moderna, pese a que se escribiera en el siglo XIX (1894)".

Audí destacó que a lo largo de toda la obra "Ibsen no da ni un sólo respiro a los personajes y lo que está claro es que, a su manera todos son grandes fracasados, aunque especialmente el protagonista, que es un antihéroe. Es uno de los personajes masculinos más difíciles de interpretar con los que me he encontrado. Es un fracasado total en todas las áreas, como escritor, como padres, como marido, como amante, como hermano y quizás también como hijo. No se puede fracasar más".

Pese a que se plantean diversas relaciones de amor, "en realidad poco importa si es incesto u otro tipo, Ibsen no da respuesta a eso".

Lo importante del largometraje y lo que se discute a lo largo de la historia, tal y como destacó el realizador, "no es si se ama, sino cómo. La muerte les pone delante de este dilema, cómo aman, no si aman. Al morir su hijo se plantean si han sabido amar al niño. No lo han maltratado, son dos personas que se plantean si han sabido amarle o han fracasado como padres y eso es radicalmente moderno".

la elaboración Con la intención de acercar dos mundos tan lejanos como el noruego y el español (en la historia Aitana Sánchez Gijón y Tristán Ulloa hace de dos hermanos que viven en Noruega) Ferrán Audí decidió ensayar con todo el equipo, incluidos los técnicos, quince días en Oslo y otros quince en Barcelona. "Se crearon una serie de sinergias y limamos muchas asperezas aunque fueran dos culturas tan distintas".

Para realizar este primer largometraje no se realizó labor de casting ya que "lo tenía muy claro desde el principio. Tanto Aitana como Tristán eran la primera opción. Les envié el guión y les gustó mucho".

Henrik Ibsen, el autor teatral más representado después de William Shakespeare, era un luterano muy "duro y acérrimo" y trataba a todos sus personajes muy mal, "no son simpáticos, agrestres y duros como el paisaje y parecen que no pidan empatía con el espectador, aunque lo que sí piden es comunión". Por este motivo el desafío "que lanza constantemente a la cara del espectador como un guante es ¿tú eres mejor?".

Dentro del mundo de sueños y apariciones en el que están sumidos los personajes ("es precursor del realismo mágico mucho antes de que existiera") surge la muerte y una pareja de ancianos que, como explicó, "podrían ser Rita y Alfred (los protagonistas) en un futuro si no solucionan el conflicto que existe entre ellos".

Esta misma obra ha sido adaptada a la televisión inglesa contando con la presencia de Anthony Hopkins e incluso también se hizo una versión en la India. De la película de Ferrán Audí destaca el impresionante paisaje noruego, especialmente el de la localidad de Aalesund, donde sucede la historia.