madrid. "Aunque a los españoles les cueste creerlo, desde la perspectiva de los aliados Franco jugó un papel fundamental estratégico y logístico", afirma el periodista e historiador Jimmy Burns Marañón, que acaba de publicar en Debate Papá Espía: Amor y traición en la España de los años cuarenta.

El autor considera que el hecho de que historiadores y escritores españoles se hayan volcado en la Guerra Civil y la posguerra, en las dos Españas, "no deja espacio" a otras perspectivas, como la del crucial papel de la "piel de toro" durante la II Guerra Mundial. Por ello Franco, "a pesar de cómo le ven los españoles políticamente, de un extremo o de otro", era bien visto por los aliados: "Mientras mantuviera la neutralidad española no le querían derrotar, algo que sigue costando mucho comprender a los españoles". Según apunta Burns, "Papá Espía va más allá de consideraciones históricas. Es, ante todo, la historia de un padre contada por su hijo menor, que ha encontrado a su "padre real". "De niño tenía la idea de papá como un súper héroe y tras escribir este libro se convirtió en un sujeto de carne y hueso, una persona con todas sus contradicciones humanas. Fue un espía profesional y eficaz, pero tuvo también grandes fallos", relata.

Tom Burns, editor británico de prestigio y amigo de escritores como Evelyn Waugh, Chesterton o Graham Greene, llegó a España en 1940 como agregado de prensa de la Embajada británica, aunque su cometido real en ese "nido de espías" que era entonces Madrid sería el de orquestar las acciones necesarias para mantener la neutralidad española durante la II Guerra Mundial. Aquellos años de su vida fueron dignos de una novela de Ian Fleming, un baile de espías bien parecidos, caballeros patriotas al servicio de su país en una encarnizada misión por frenar la expansión del nazismo que incluyó su complicidad, según se sugiere en el libro, en la operación Dragón Rapide, que supuso el traslado de Franco de Canarias a Marruecos para dirigir el golpe contra la República.

El autor es "muy consciente" de que el hecho de que el régimen dictatorial de Franco aparezca en este libro como pieza garante para los aliados, lo que no deja de ser una contribución histórica positiva, puede despertar las iras de muchos en España.