pamplona. En los últimos años, ha encadenado éxitos en el teatro como Arte o El método Grönholm, sin olvidar su paso por la televisión con la excelente Desaparecida o su presencia ya familiar como la voz en off del Carlos Alcántara adulto de Cuéntame. Él dice que este currículum se debe a una mezcla de olfato con bastante suerte. Sus colegas y la crítica defienden lo contrario: el azar no tiene nada que ver; es talento.
¿Qué supone participar en una obra como ésta, de un autor que retrata tan bien al hombre contemporáneo?
Ha supuesto un privilegio y una gran alegría por el texto en sí, que es muy bueno, y también por la naturaleza del proyecto. Por Daniel Veronese, que es un sabio, un director extraordinario con el que ha sido un placer encontrarme, y por los compañeros que me han tocado en el reparto, que son buenísimos actores y también amigos. Así que está siendo un placer hacer esta obra.
Mamet escribió el texto hace más de veinte años, pero suena más actual que nunca.
Así es, parece que lo escribió ayer. Es un clásico contemporáneo ya y la situación de crisis económica que hay a nivel mundial, y especialmente en España, lo pone lamentablemente de actualidad; lo que hace que todo lo que se dice en la obra cobre mucho sentido.
La historia habla de varios hombres que inician una competición feroz para conservar el empleo. ¿El ser humano es capaz de todo en una situación límite?
Es terrible, pero parece ser que sí. Cuando les ponen en el disparadero de tener que conservar el puesto de trabajo, se desata todo tipo de estrategias por parte de estos vendedores inmobiliarios, sometidos por su empresa a un concurso muy perverso. Esto les lleva a entrar en una especie de carrera salvaje para conseguir más ventas que el de al lado, haciendo buena esa máxima tremenda de "tu fracaso es mi éxito". Todos los personajes tienen sus razones para hacer lo que hacen y lo que sucede pone de manifiesto, precisamente, que cuando a los seres humanos nos llevan a una situación como ésta somos capaces de cualquier cosa, de poner en marcha mecanismos siniestros, con tal de permanecer.
En definitiva, las leyes del libre mercado parecen la ley de la selva directamente.
Exactamente. La obra es una crítica a este capitalismo feroz que nos obliga a correr como galgos detrás de una liebre que resulta que es de trapo. Corremos y corremos como ratas de laboratorio.
¿Con este texto nos reencontramos con un teatro que es agitador de conciencias?
Sí. Creo que el teatro tiene que ser un espejo que coloque ante el público una realidad en la que todos estamos inmersos y creo que, en ese sentido, esta obra es muy eficaz. Siempre es interesante que un texto genere una reflexión posterior a la visión del espectáculo.
¿Quién es Levine, su personaje?
Levine es el más veterano de la empresa, fue un gran vendedor en otros tiempos, pero ahora atraviesa una mala racha. Es un personaje muy bonito dramáticamente hablando, porque es el único al que el autor le da una razón, que el público conoce, para hacer lo que hace por conservar su puesto de trabajo. Y es que tiene una hija enferma y tiene que ir al hospital a pagar porque, si no, le suspenden el tratamiento. En ese sentido es un tipo entrañable, porque seguramente es el que más empatía genera en el espectador. Como actor, es un personaje muy apasionante de hacer porque pasa de la euforia a la depresión, con momentos muy dramáticos, otros cómicos... Un regalo.
Está muy bien acompañado en escena, el reparto de la producción es impresionante.
La verdad es que nos hemos juntado gente que nos gustamos mucho unos a otros como actores. Y, personalmente, estoy encantado con mis compañeros porque son muy solventes sobre el escenario y porque, además, son excelentes personas. Desde el principio, los siete hemos tenido una muy buena relación y ahí seguimos, como una piña.
Seguro que la temática de la obra generó mucho debate en los ensayos.
Sí. Igual que la obra agita las conciencias de los espectadores, también lo hace con la de los intérpretes. Hemos hablado mucho de la mano de Daniel Veronese, que es un director que busca siempre la verdad e intenta que las interpretaciones sean muy creíbles, como tratando de cazar un trocito de realidad. Por eso el montaje es muy coral, pero, a la vez, las individualidades son muy reconocibles. Y eso suscitó mucho debate en el proceso de trabajo, que fue muy bonito.
El elenco se compone de hombres de escena, pero también de televisión, ¿eso facilita llevar a gente al teatro?
Imagino que sí, quizá esta circunstancia despierta la curiosidad de gente que no suele acudir al teatro habitualmente. Eso siempre es bueno, siempre añade. Y no sé si ésa es una razón para que los espectadores vengan al teatro; en cualquier caso, lo que no debe ser es una razón para que no vengan (risas). Todos los actores de la obra hemos hecho un poco de todo, pero seguramente es cierto que la mayoría de la gente nos conoce por nuestros papeles en televisión, que es un medio de mayor difusión. Pero todos habíamos hecho teatro antes y somos unos enamorados de este medio.
Como actor, nunca ha aparcado el teatro por el cine o la televisión, ¿es una adicción?
Así como es muy duro, porque exige mucha disciplina, el teatro también es muy placentero porque recibes la respuesta del público inmediatamente. Además, creo que en el teatro nos sentimos más dueños de nuestro trabajo. Es mágico y atrapa mucho y probablemente eso es lo que hace que nunca me acabe descolgando y que siempre que me proponen algo que me interesa, lo haga con muchísima pasión.
Y da la sensación de que tiene muy buen olfato: "Arte", "El método Grönholm", por citar sólo dos éxitos.
Bueno, hay una parte de olfato, pero también otra de buena suerte. En todo caso, nunca elijo los proyectos porque crea que van a ser muy rentables, sino porque me ofrezcan un proceso de trabajo apasionante. Y eso me importa casi más que el resultado final.
Al margen de "Glengarry Glen Ross", ¿qué otros proyectos tiene?
A primeros de abril se estrenará en Tele 5 una miniserie de dos capítulos que hice sobre la Duquesa de Alba, en la que Adriana Ozores e Irene Visedo la interpretan en dos momentos de su vida y yo hago el personaje de Jesús Aguirre. Además, pronto empezaré a grabar la voz en off de los nuevos capítulos de Cuéntame, que se emitirán en septiembre, y tengo en proyecto otra miniserie que Tele 5 va a hacer sobre el secuestro del Alakrana, en la que haré del embajador de España en Kenia, que parece que tuvo un papel importante para que todo acabara bien.