Fecha: Viernes, 23 de abril. Lugar: Teatro Gayarre, Iruñea. Intérpretes: Inti-Illimani, formación integrada por Jorge Coulon, a las cuerdas y a la voz; Efrén Viera, a la percusión y a la flauta; Daniel Cantillana, al violín; Christian González, a la voz, a la flauta, a la zampoña y al piccolo; Manuel Meriño, a la guitarra y a la dirección musical; Juan Flores, a diversos instrumentos andinos; Marcelo Coulon, a la voz, al quena, a la flauta y al piccolo, y César Jara, a la guitarra y a la voz. Incidencias: Actuación de hora y media de duración; ½ entrada aproximadamente, público que se mostró participativo. En la recta final se contó con la participación de la cantante colombiana Marta Gómez, quien ofreció tres canciones.

JUNTO con los igualmente legendarios Quilapayún, una de las agrupaciones musicales más conocidas y reconocidas de las que crearon la Nueva Canción Chilena, Inti-Illimani abrió su gira europea en el Gayarre, ofreciendo un concierto de genuino sabor andino. Ante un público que, integrado principalmente por naturales de la ciudad, se dio cita en un número no sabemos si discreto o aceptable (se trate del estilo de que se trate calidad y tirón popular siguen sin ser expresiones sinónimas, qué verdad), sobre un escenario repleto de instrumentos y demás útiles sonoros, el concierto alternó temas de sonoridad más propia de la canción sudamericana con instrumentales de raigambre eminentemente folk: ya de orden más sinfónico, ya más festivo, cumpliendo estos últimos la función de compensar con sus ritmos, más alegres y vivaces, las connotaciones de seriedad de los demás. ¿Que cuál fue el denominador común de todos los temas que sonaron, más allá de lo dicho? Su condición de históricos a tenor de cómo fueron recibidos por los presentes, quienes no dejaron de aplaudir. La calidad con la que todos ellos fueron ofrecidos, con los polivalentes músicos, distribuidos en tres alturas, en constante trasiego entre las interpretaciones en función de a quién le tocara cantar o del instrumento que cada cual tuviera que tocar. Y es que casi todos ellos pasaron por los distintos instrumentos y encontraron su momento de gloria a la voz, aunque esto último apenas trascendiera en el resultado final: cosa de lo empastadas que se mostraron las voces y que, en todas las composiciones, sonaran un buen número de ellas a la vez: en temas como Juanito Laguna Remonta Un Barrilete (primera en sonar, con permiso de la exquisita introducción instrumental), América, Novia Mía, Vientos Del Pueblo (de letra de intenso contenido social, ofrecida tras un speech rico en interrogaciones retóricas sobre la esencia de Chile: "Una línea entre el abismo y el infinito", en palabras de Marcelo Coulon, maestro de ceremonias dicha noche), o Samba Landó, tema brindado tras mencionar a Víctor Jara, Salvador Allende y Miguel Hernández y hacer una reflexión sobre la importancia de la memoria histórica: "Una cosa complicada, pobre del que no la tenga", que comentó el ya citado Coulon. El programa, a continuación, deparó la presencia de una invitada, Marta Gómez, cantante colombiana de deliciosa voz que ofreció tres temas antes de que la noche, entre constantes y sentidos aplausos, retomara su cauce con canciones como Lo Que Más Quiero o Malagueña, todo un homenaje al cine mexicano: último responsable de que la música mejicana, tan presente en el mismo, sea la más popular de Latinoamérica.

Formados en 1967, con cerca de cincuenta trabajos editados y unas cuatrocientas canciones en el repertorio, Inti-Illimani volvió a pisar las calles de la vieja Iruñea treinta años después de su primera visita; Inti-Illimani, formación histórica donde las haya que ahí sigue, expandiendo su arte, reivindicando su cultura y la unidad de Latinoamérica (a un tiempo) y que, salvando todo tipo de distancias, nos dio la sensación de representar para Chile lo mismo que Oskorri para Euskal Herria o Luar Na Lubre para Galiza: cosa del sabor dejado por su música, genuinamente andino.