pamplona. Ha escrito sobre los Sanfermines, la historia de Sanchicorrota y ahora los agotes. ¿Qué le impulsó a investigar sobre ellos?
Lo que me impulsó es que, desde joven, vivo en Ciboure al lado de dos Kaskarots. Son mis amigos y las infamias de las que siempre han sido acusados me han entristecido constantemente. Durante 7 años he trabajado para conocer de dónde vinieron, por qué vinieron... esas cosas.
Cosas que no revelan los libros que se han publicado hasta ahora...
Absolutamente. Hasta ahora los libros que se han escrito sobre los agotes son más o menos novelas. Nadie ha descubierto el origen de los apellidos Agot, Cagot, Agorreta. Yo empecé a investigar y, además de lo que todo el mundo sabe sobre la historia de los agotes como pueblo maldito que fue discriminado y humillado, he descubierto cosas maravillosas, y esa es la razón por la que he escrito este libro. No quería escribir otra historia triste de los agotes.
¿Qué ha descubierto?
Que los agotes son los cátaros que huyeron de la cruzada contra los albigenses que comenzó en el año 1209. Eso lo puedo afirmar porque tengo pruebas, y las aporto en el libro. Una frase, una prueba. Así trabajo. Eso es para mí la historia.
¿Qué le llevó a esa certeza?
Seguí la pista cátara, la pista buena. En la zona del catarismo, de Toulouse a Montsegur, hay un río llamado Agut. Pero en el siglo XIII allí se hablaba la lengua occitana, y en occitan se dice Agot. De ahí agotes. Cuando los cátaros huyeron de la zona de la Inquisición en 1209, huyeron de algo feroz, terrible. La cruzada decía: "Mátalos a todos". Y ellos huyeron de este a oeste. ¿Por qué? Al este estaba Aquitania, y en el año 1220 Aquitania era tierra inglesa, allí no había Inquisición ni cruzada contra los albigenses... Para los agotes era una zona de tranquilidad perfecta donde quisieron olvidarlo todo. Habían quemado a 207 personas. Fue horrible. Cuando llegaron, los aquitanos les preguntaban: ¿de dónde venís? Y ellos decían: de Agot. Y de Agot, como en euskera siempre hay una vocal al final de cada apellido, agote.
¿Y Cagot y Agorreta?
Cagot viene de Bearn, el primer país al que llegaron los agotes cuando huyeron. El apellido procede del bearnes cas-gots (perros godos). Y de Cagot, cascarot (o kaskarot). Y en cuanto a Agorreta, hay escritores e historiadores que dicen que se compone de agor, que es seco en euskera, y reta, que es lugar y hace referencia por tanto a la toponimia. Pero lo de seco es un error: en Iparralde seco se dice idor, y además en el País Vasco no hay lugar seco. Yo digo que agor + reta significa lugar donde vive un agote. Es muy simple...
En "Agote. Secreto revelado" desmiente que los agotes fueran enfermos y transmisores de lepra.
Sí, se les acusó de eso y es una grandísima mentira. Nunca la tuvieron. De esto también aporto pruebas. En el año 1061, el Parlamento de Toulouse quiso comprobar definitivamente si los agotes eran o no leprosos. Se trabajó con médicos que vieron a 22 agotes. Y claramente no tenían la lepra, estaban limpios de todo, sanos. También aporto pruebas de una médica, Maria del Carmen Aguirre Delclaux, que trabajó de 1960 a 1977 en Bozate (Baztan) y cuya tesis demuestra que los agotes eran gente sana y que entre ellos había de todo. No eran sólo rubios y de ojos azules como se ha dicho. Eran como todos. No eran otra raza. Aun así, fueron discriminados por ese rumor que se extendió sobre la lepra.
¿Fueron marginados porque venían de fuera, no eran bienvenidos?
No creo que el hecho de que vinieran de fuera sea la razón principal. La gente en la Edad Media tenía un miedo importante a todo, a la lepra, a la peste, a cualquier enfermedad... También aquí, en Navarra. Fue una época muy difícil. Fueron marginados por un rumor que se difundió durante años y años.
¿Tan triste y tan dura fue la historia de los agotes o hubo excepciones?
En algunos sitios fue más dura y más triste que en otros. En Aquitania, en las Landas, en Bozate (Baztan), sufrieron una discriminación horrible. Pero en Euskadi no fueron discriminados, y la explicación es curiosa: Raimundo IV de Toulouse se casó en el año 1094 con Elvira de Castilla. De esa unión nació Alfonso, quien estuvo en la segunda cruzada en Palestina y fue inmediatamente asesinado allí por los barones franceses. ¿Por qué? Porque estos tenían todos los estados latinos de Palestina, y cuando vieron a Alfonso temieron que pudiera reclamar el trono de Jerusalén. Entonces las casas nobiliarias de Toulouse y Castilla se conocían muy bien, y en el año 1200 Euskadi era Corona de Castilla... Con lo cual, cuando llegaron allí los agotes fueron muy bien recibidos.
Una vez revelado el secreto más importante de los agotes, su origen, ¿qué más puede decir de ellos?, ¿cómo eran, cómo vivían?
Eran cristianos, iban a las iglesias todos los domingos, aunque al estar discriminados tenían que entrar por puertas pequeñas. Sus oficios fueron durante siglos y siglos los de la madera y la piedra, porque a través de ellos no transmitían la lepra que supuestamente padecían. Tenían prohibido criar ganado y cultivar las tierras. Por lo tanto, eran carpinteros, canteros famosos que construyeron cosas maravillosas. Por ejemplo, la iglesia de la Virgen de Zumárraga con su techo fabuloso en madera. Las iglesias, los puentes y los barcos fueron durante siglos construidos por los agotes.
¿Aún hay secretos sobre los agotes?
Secretos ya no, pero faltan pruebas para poder afirmar algunas cosas. En este momento trabajo para recabar las que demuestren una historia que descubrí hace poco aquí, en Navarra. Vi que había un pueblo llamado Agorreta, en el Valle de Esteríbar, y fui allí para ver si era un lugar de agote. He descubierto que entre los años 1148 y 1192, antes de la cruzada contra los albigenses, un señor francés llamado d"Agoult llegó desde Provenza y fundó el pueblo de Agorreta. D"Agoult, Agote, y de ahí Agorreta. Existía un palacio, el palacio de Agorreta, pero fue derribado borrando 8 siglos de historia. Una pena. Pero queda en pie una casa blasonada del siglo XIII, y una piedra, la piedra de Agorreta que estaba en el dintel de la puerta de entrada al palacio, y que han conservado dos vecinos del pueblo, Socorro Lizaso y Martintxo Elcano. Esa piedra tiene la flor de lis de la realeza francesa, tres bayas de enebro que hacen referencia a otra ciudad de Provenza, Riboux, y un mueble heráldico que todavía no sé de dónde viene. Si llego a saberlo, descubriré el origen de los antepasados de Juan Sebastián Elcano. Cuando tenga las pruebas definitivas escribiré otro libro.