tudela. Tres primos, antiguos amores, fiestas de un pueblo, barracas de feria y perritos piloto... Para Daniel Sánchez Arévalo, que había buceado en lo dramático como realizador, estos particulares ingredientes le sirvieron para reinventarse y cocinar una comedia. Si la empatía es universal, el director cántabro le tomó la medida al concepto y se libró de la parte trágica de su cinematografía, involucrando al espectador a una historia en la que la frase "o nos vamos todos o no vamos ninguno" adquiere tintes vitales.
En medio de este viaje al municipio de Comillas en el que se embarcan Quim Gutiérrez (Diego), Raúl Arévalo (Julián) y Adrián Lastra (José Miguel) se intuye un adiós a la infancia y la adolescencia que propone relax ante la desventura. Y todo surge de un plantón, el que sufre el protagonista por parte de su novia cinco días antes de la boda. A partir de ahí, los personajes, como indicó Sánchez Arévalo, "emprenden un camino de retorno a esos momentos en los que la vida era más fácil y, más que tomar decisiones, actuabas". El retorno al que se refirió el director de Azuloscurocasinegro (2006) y Gordos (2009) no es ni más ni menos que un viaje de en el que tres primos se reencuentran en el pueblo en el que vivieron su infancia. "Me identifico mucho con los tres protagonistas, pero para mí era fundamental mostrar mis traumas de una manera positiva, poder reírnos de las taras emocionales de cada uno de los personajes; para que sea una buena comedia tiene que haber un poso dramático", había adelantado en el estreno del largo el director.
La Muestra de Cine de Tudela continúa hoy con la proyección de Habitación en Roma, de Julio Médem. En el coloquio con el público estará presente la actriz Elena Anaya.