Concierto de Un tal Jethro
Fecha: miércoles, 4 de enero. Lugar: Onki Xin, Donibane. Intérpretes: Un tal Jethro, formación integrada por Joseignanderson, a la voz, Karlos, a la guitarra eléctrica, Fabián, al bajo, Josu, a las flautas, a la gaita, a la albota y a la guitarra acústica, Skualo, a los teclados, y José, a la batería. Incidencias: concierto conmemorativo del 40º aniversario de la publicación del LP Aqualung, de Jethro Tull. Hora y ½ de duración. Lleno, público de media de edad alta que se mostró muy participativo.
LOS seguidores de Jethro Tull, los tullianos -tal y como se denominan a sí mismos-, tenían su gran cita en Onki Xin para empezar el año, convertido para ellos dicho lugar en centro de peregrinación -poco menos- dicho miércoles: para unos melómanos que, fieles devotos de su banda favorita, tarareando con fervor incluso religioso -en ocasiones- las melodías de sus temas, siguieron apasionadamente la actuación.
Ante un local lleno como pocas veces lo hemos visto, sintiendo los presentes, y cómo, el calor del rock en un bar, el celebrado viaje en el tiempo arrancó con un medley que integró For a thousand mothers y Sweet dreams, ofrecido este último una vez que el cantante, "dulces sueños a todos", saludara a la concurrencia: un vocalista que, poseído por el veneno del rock, timbre, imagen y total entrega, escenificó siempre de manera sobresaliente su actuación, poniendo la mejor guinda al trabajo de sus compañeros. A la magistral compenetración demostrada por guitarrista y flautista, con el teclista Skualo, quien debutó con la banda dicho día, apegando con su hacer las notas de los anteriores a la perfección. Envolviendo el resultante hecho musical con verdadero papel de regalo: una música exultantemente trazada sobre la base rítmica tejida por los incombustibles Fabián Tapia y José Landa, quien adornó los temas y se adornó a las baquetas derrochando por igual veteranía, gusto y pasión: composiciones como Teacher, A new day yesterday o Bouree (grandes, integrando un nuevo medley perfectamente rematado por el flautista), Too old to rock'n roll, too young to die (con el multifuncional Josu Salbide tocando en esta ocasión la gaita) o Dharma for one, con el citado, veterano músico de Oskorri -en otro orden de cosas-, haciendo sonar la alboka. Finalmente, tras amagar con concluir, encontró su hueco la esperada representación del LP Aqualung, integrada por trazos de hits como Cross eved Mary o Locomotive breath, entre otros. Ya viviendo en el pasado (tal y como cantaron en Living in the past), ya reviviéndolo con total fuerza y maestría, dinosaurios -parte de los músicos implicados- de la escena local donde los haya, Un tal Jethro rindió honores musicales a Jethro Tull una vez más, y ¿cómo? Resucitando su inmortal repertorio. Dando vida, grandes dosis de intención e intensidad mediante, a unos parajes sonoros de característica belleza musicada… Tal y como ya hicieran en julio de 2011 no sólo con la total aquiescencia de Ian Anderson, el legendario flautista y líder de los homenajeados, sino con su total complicidad. Con la total implicación de una leyenda del rock que, brindando dos de sus temas con los mejores voceros y discípulos que, a buen seguro, haya podido encontrar, tal vez hizo buena la siguiente conclusión: que, actualmente, contar con una banda tributo es sinónimo de hacerlo con una extensión… imprescindible, poco menos. Tan importante -entre comillas o no- para las bandas como la presencia de sus discos en el top manta: por duro de creer que pueda parecer, la verdadera prueba del algodón del éxito de sus trabajos, toda vez que si no están… Mala señal. Que igual no es malo contar con grupos que posibiliten disfrutar de grandes temas de otros cuando sus autores, por el imperativo de que se trate, no necesariamente vital, ya no los defienden en directo. El primer miércoles de enero, despidiendo la Navidad y saludando por todo lo alto a 2012, grandes a ese respecto Un tal Jethro.