La yarsagumba es una especie de viagra del Himalaya, un hongoque crece en las larvas de las polillas hasta momificarlas yadquirir su forma alargada, de apenas cinco centímetros, y uncolor terroso y a priori poco atrayente. Su precio, sin embargo,se ha disparado gracias al empuje de la medicina tradicionalchina: un kilo de yarsagumba se paga en Katmandú a unos 27.000euros, frente a los 106 euros que solía valer a comienzos dela década de 1990.

Y eso, en un país como Nepal, con una renta per cápita de 610euros, supone un atractivo negocio para decenas de aldeanos,indiferentes al hecho de que no existen pruebas científicas delsupuesto valor medicinal del producto. "En Pekín creo que seestá pagando a unos 60.200 euros este año", cuenta Dipendra Bhandary,realizador del documental Viaje a Yarsa, en el cual sigue lasvicisitudes de toda una familia a la busca de este rarísimo producto.

En los distritos del noreste de Nepal, miles de personas pasanlos meses de junio y julio a entre 3.500 y 5.000 metros de alturapara buscar este hongo, la yarsagumba, palabra tibetana que significahierba de verano, gusano de invierno. Tras la apertura oficialde las montañas, en el mes de abril, comienza un delicado procesode recolección que incluye la vida en pequeños campamentos entorno a apenas un pueblo y un mercado.

cosecha con niños El ansiado producto se forma cuando las larvasde la polilla son atacadas por el hongo, que se alimenta de ellas:durante el invierno, las larvas están ocultas bajo tierra, peroen verano, cuando se derrite la nieve, quedan parcialmente aldescubierto. "Los ojos de los niños son más agudos, así que paraellos es más fácil cosechar la yarsagumba", explica Jagat Charti,un miembro del comité rural del distrito de Rukum, el principalcentro de recolección del hongo.

Tras sacar la yarsagumba de la tierra, "hay que lavarla y limpiarlacon cuidado de impurezas", según otro miembro del comité, ChayaBahadur Pun Magar, que precisa que "la demanda depende de suclaridad y longitud" -la yarsa más amarilla y larga se paga mejor-.

"Si uno tiene suerte -continúa Magar-, en los primeros días puedeincluso encontrar unos 200 hongos diarios, y más tarde entre60 y 70. Más tarde la recolección cae".

En total, hacen falta 1.800 ó 2000 hongos para reunir un kilo,la unidad habitual para regatear precios en un proceso de comercializaciónque comienza en Rukur y que luego llega a Katmandú, donde entranen liza los comerciantes chinos. El Gobierno de Nepal legalizóel comercio de yarsagumba en el año 2002, pero las transaccionesya existían desde hace mucho tiempo, usado el hongo en la medicinatradicional china como reconstituyente, remedio contra enfermedadesy afrodisíaco.

Otros usos

Aunque sí que machacan el hongo para tratarse la diarreao los moratones, los propios aldeanos de Rukum dicen no tenernoticia de esos efectos generales y aseguran que para lograrefectos afrodisíacos hace falta al menos consumirlo con asiduidad.

Y además, su valor de mercado es tal que les sale más a cuentavenderlo que consumirlo, según explican. "Algo debe de tenerel hongo para que los chinos estén pagando tanto", asegura LacchiPun Magar, también del comité de Rukum, cuyos miembros estánestos días en Katmandú. Con el aumento de la demanda, la nuevapreocupación es la propia sostenibilidad de la producción, porquehace unos años los aldeanos lograban reunir 200 kilos y en laactualidad, apenas 60 ó 70 kilos.

El Gobierno de Nepal no tiene planes al respecto y los aldeanosde Rukum asumen que poco puede hacerse, aparte de diversificariniciativas para encontrar medios de vida alternativos a la revoluciónde la yarsagumba. "Había un tiempo -recuerda Gharti Magar- enque los pastores bajaban con el hongo desde los altos de lasmontañas, y lo freían como si fuera cualquier otra planta".