pamplona. Ha sido juzgada de dura, cortante, incisiva, excesivamente directa; ella, lejos de poner en solfa estos calificativos, no los rechaza y defiende el periodismo que hace: "Esto no es extraño para nadie, no hago entrevistas para hacer amigos, tampoco enemigos". Sabe que su llegada a La Sexta será mirada con lupa; su pareja, Antonio García Ferreras, es directivo de la cadena y director y conductor del debate Al rojo vivo. "Una de las condiciones que puse fue que él no fuera mi jefe, tampoco él lo quería ser. El programa tampoco se hace físicamente en los platós de La Sexta". Al margen de condicionantes se muestra satisfecha de combinar El objetivo con su espacio de entrevistas en CNN aunque reconoce que siente cierto vértigo al ocupar la franja de Salvados, el exitoso espacio de Jordi Évole.

Siguiendo la estela del título del programa, ¿cuál es el objetivo?

Hacer un nuevo programa la noche de los domingos centrado en el periodismo de datos?

¿No va a ser difícil atraer al espectador con periodismo de datos?

Ese el objetivo: que la gente lo considere atractivo a pesar de que sean datos. Queremos un programa diferente y directo; pensamos que eso sí puede interesar al espectador.

¿Dónde va a enfocar el objetivo del programa, en lo político o en lo social?

Tanto en lo social como en lo político. Es un programa de actualidad donde va a pesar mucho lo político y lo económico por la actualidad.

¿Un programa con opinión?

Nada de opinión, de hecho no hay tertulia. Es un programa con análisis a través de los datos. La opinión será la que cada uno saque como conclusión, pero nosotros no vamos a dar nada de opinión. Es la diferencia que hay con otros programas de La Sexta y también de otras cadenas.

Los programas que nacen al filo del verano se suelen considerar una especie de experimento, ¿El objetivo

No, no es de verano. Iremos hasta mediados de julio, a partir de esa fecha siempre suele bajar la intensidad informativa?

Pues no sé qué decirle.

Tienes razón, depende de los años, últimamente estamos hasta arriba de actualidad.

¿Sentía ansiedad por tener un programa con cierta periodicidad?

No, me ha costado convencerme de que tengo que volver, esa es la verdad. Pero también te puedo decir que había dos o tres razones poderosas: que me dejen hacer el programa que quiero y que me dejen hacer mi equipo.

¿Con quién ha hecho equipo?

Con gente de los Desayunos, de Intereconomía, de El Mundo, de La Sexta y de otros medios también. Creo que es un equipo grande y plural. La tercera razón por la que he dicho que sí es porque me dan libertad, algo que es básico para mí.

¿No le condiciona trabajar en la misma cadena que su pareja, Antonio García Ferreras?

Es una de las condiciones que puse, yo no quería que él fuera mi jefe; él no quería serlo y, además, no nos parecía ni ético ni profesional. Yo reporto a los jefes la fusión. Es más, ni siquiera compartimos espacio físico de trabajo; no estoy en La Sexta, esa es otra de las cosas que yo pedía. Estamos en Globomedia y entregamos el producto hecho. No voy a depender en ningún aspecto de él.

¿Qué piensa cuando ve Los desayunos

Te puedo decir que los veo muy poco porque a esa hora realizo algo que nunca había podido hacer cuando estaba en Los desayunos, llevar a mi hijo a la guardería. Cuando estaba en el programa jamás pude hacerlo. Desde que me cesaron lo llevo yo a la guardería y he visto alguna parte. ¿Me acuerdo de esa época? No; me acuerdo de lo que tengo que hacer ahora, nada más.

¿Ni una pizca de nostalgia?

No soy muy de mirar atrás, salvo que me pregunten. No soy muy nostálgica, no tengo motivos para serlo, soy muy feliz con lo que hago.

¿Rencorosa?

No, no sé vivir ni con miedo ni con rencor. En la vida hay cosas gravísimas y a mí no me ha ocurrido nada tan grave como para guardar rencor a nadie.

Los tiempos están difíciles, ¿tiene como objetivo exigir respuestas a los políticos?

Para nosotros es imprescindible hacer las preguntas y obligatorio encontrar las respuestas. Una de las secciones fijas del programa, al margen de las entrevistas políticas, tiene que ver con la transparencia. Una de las personas que más sabe sobre el tema va a estar con nosotros: David Cabo. Queremos seguir el rastro del dinero público.

Una misión que se antoja poco difícil, ¿no?

Sí, es difícil. Pero eso de que el dinero público no es de nadie y es de todos... Hay que saber a dónde va, es nuestra obsesión también; ¿no te parece? ¿no estás de acuerdo?

Evidentemente estoy de acuerdo, pero no estoy segura de que lo consigan.

Queremos saber y ¿por qué? Porque queremos saber, tenemos derecho a saber.

Muchas voces señalan que es necesario un periodismo crítico, nada complaciente con los poderes políticos y económicos, ¿cree que se está ejerciendo?

Para mí no existe otro apellido para el periodismo que no sea el de crítico. Según lo entiendo yo, el que a mí me gusta es periodismo crítico: va todo seguido. Es una manera de entenderlo, para mí la única. De la misma forma que hay políticos buenos y malos, también hay periodistas buenos y malos. No creo que se esté ejerciendo mal y no tengo ninguna duda de que es más necesario que nunca el buen periodismo.

Los políticos miran mal ciertas formas de hacer periodismo y a los profesionales como acosadores.

A mí eso me da lo mismo, creo en el periodismo que se hace para los ciudadanos y no en el que se hace para los políticos, porque si no no podríamos trabajar. Los políticos también deberían ir acostumbrándose a eso. A mí me gusta una cosa que dicen en el periodismo británico: Cada mañana los periodistas ingleses saben que no van a hacer amigos. Eso es lo que aquí también pensamos muchos. Hay que hacer periodismo para la gente y lograr comparecencias en las que se admitan preguntas.

¿Ha hecho usted amigos?

No era mi intención; no iba a las entrevistas a hacer amigos ni enemigos; iba a hacer preguntas y quería respuestas. Pero como creo que lo quieres tú y muchos de nuestros compañeros.

A usted se le ha juzgado como una periodista excesivamente dura y directa.

Eso fuera no llama la atención y aquí también se hace, no soy la única que hace preguntas incisivas. Lo que pasa es que yo salgo en la tele, pero cualquier rueda de prensa que puedas ver del PSOE o del PP te darás cuenta que hay periodistas haciendo este tipo de preguntas incisivas. Hay muy buen músculo en la profesión, aunque no se visualiza tanto.

¿De qué va ir el programa de hoy?

Dentro del debate político hay un tema que está dando que hablar, la posible vuelta de Aznar. Nosotros no nos vamos a centrar en su posible vuelta, sino en lo que hizo. Queremos ver si ese milagro económico del que siempre habla se podría repetir hoy en día; no sabemos si Rajoy tiene las mismas herramientas. Vamos a intentar sacar la polémica de ese asunto e ir a los datos: qué hizo y si se puede repetir.

Una hora de programa, ¿es poca duración o mucha?

Tiene la misma duración que el de Jordi Évole, en la misma franja horaria que él tiene.