El relicario de la Santa Espina del rey Felipe I de Navarra (siglo XIII) se expone desde ayer como una de las piezas centrales de la muestra Ángeles del medievo ascolano, que contiene varias obras nunca antes vistas y se exhibe hasta el 4 de mayo en la localidad italiana de Ascoli Piceno. Según la organización, Ángeles del medievo ascolano pretende ser la primera etapa de un proyecto trienal de muestras que tendrán como objetivo poner en valor la presencia de los ángeles en la tradición artística de la región, en el periodo que va desde la Edad Media hasta el siglo XX. El relicario de la Santa Espina, uno de los grandes atractivos de la muestra, fue donado en 1290 por el rey Felipe I de Navarra y IV de Francia a su confesor, el padre ascolano Francesco de Sarlis, a cambio de una reliquia de San Dominico. Felipe I, apodado el Hermoso, fue uno de los miembros de la dinastía francesa de los Capetos, una de las tres casas reales galas que durante dos siglos reinaron en Navarra, después la muerte sin hijos en 1234 del monarca Sancho VII.