pamplona - Hace unos cuatro años, Maribel Medina y Andrés Martínez Modrego vivían en la India. Una noche, durante una sobremesa compartida con unos amigos de Pamplona que habían ido a visitarles, él, que fue atleta profesional, narró una historia que ella desconocía y que al principio le pareció "un cuento chino" y luego un relato impactante. Tanto que "me puse en pie y exclamé que ahí había una novela y que iba a escribirla". Y lo hizo, se titula Sangre de barro y ya está en las librerías. Editado por Maeva, el libro se adentra en el territorio del género negro para abordar el controvertido tema del dopaje de frente, sin medias tintas, con la intención de abrir un debate ciudadano sobre un asunto que considera "muy grave".
"Para Andrés, la etapa del deporte ya está cerrada, pero cuando contó aquella historia le noté un tono de amargura", comenta Medina (Pamplona, 1969). Y es que, pese a ser un superdotado para el medio fondo, "vio cómo gente a la que él ganaba siempre le estaba superando en muy poco tiempo" y "cuando supo por qué, la decepción fue tremenda". Entonces se vio en la disyuntiva de seguir compitiendo echando mano de esos ingredientes que le prometían la gloria o apostar por una vida sana. "Y justa", añade la escritora, que pone a uno de sus personajes, el joven Janik, en la misma tesitura, aunque su decisión quizá sea otra. Medina prefiere no destripar demasiado este thriller que comenzó a escribir por el final, "soy bastante caótica", y ha tratado de alejar al máximo de los tópicos del género y, sobre todo, "de lo romanticón, que no me gusta nada". En Sangre de barro, Thomas Connors, un agente de la Interpol se verá involucrado en las pesquisas de una serie de muertes súbitas acaecidas en el centro de alto rendimiento de Les Diablerets, en Suiza, alertado por la forense encargada de los casos, Laura Terraux.
La autora, que antes apenas había escrito cuentos infantiles por encargo, "pero siempre he sido una rata de librería y he leído muchísimo", se lanzó a construir las distintas líneas de acción de la novela poniendo mucho mimo en los personajes y aligerando el peso de la trama del dopaje con otras más agradables para el público en general, "pero sin renunciar en ningún caso a mi manera de escribir, eso es algo que le dejé claro a la editorial desde el principio". Y pone el ejemplo de las escenas de sexo, abundantes e intensas. "Menos mal que en eso me abrió las puertas 50 sombras de Grey", bromea. Maeva aceptó y ella lo agradece, por esto y por acceder a "una promoción sosegada" que no le haga perder pie. Parece que acertó al elegir editorial. "Cuando acabé el texto, mi entorno me recomendó que lo enviara primero a editoriales pequeñas, pero como soy muy cabezona elegí a las cinco agencias literarias más importantes y se lo mandé", comenta. No le fue mal, de hecho, a los tres días ya tenía delante el contrato de Pontas, la misma firma que lleva a Dolores Redondo. "Y no llegó al mes y ya se había vendido por subasta a Maeva, que era la que quería porque publica pocos títulos al año y hacía tres años que no editaba a un autor español", dice.
no juzgar Respecto a los objetivos que busca con este relato -que podría ser el primero de una nueva serie literaria-, a la escritora navarra le gustaría "abrir un debate sobre el dopaje", una reflexión conjunta "para hacer del deporte un mundo más justo y honrado" . Eso sí, "en ningún caso he querido juzgar", y esa "ha sido una de las cosas más difíciles". "He tratado al lector como a un adulto; simplemente expongo una serie de hechos y dejo que saque sus conclusiones", afirma, consciente de que la elección a la que se enfrentan muchos jóvenes y prometedores deportistas no es fácil. "Te están ofreciendo la inmortalidad y es complicado resistirse", aunque confiesa que parte del material que consultó para documentarse "me escandalizó". Como una encuesta que un especialista norteamericano realizó hace unos años entre atletas menores de edad, a los que daba a escoger entre una vida limpia o lograr una medalla olímpica a través del dopaje aun sabiendo que eso les daría una esperanza máxima de vida de cinco años. "Y el 50% eligió la segunda opción", lamenta Medina, orgullosa, a la vez, de la opción adoptada por su marido, hoy bombero.
audaz Para la escritora, ir contracorriente es síntoma de coraje en esta sociedad "en la que no se prima el esfuerzo". Por eso su lema es "una vida audaz o nada", de ahí que la familia entera se fuera a vivir a la India y a Nepal hace años, de lo que no se arrepiente "a pesar de que fue una experiencia horrible por el machismo feroz". Y por eso poco después decidió fundar la ONG Women's Time, que trabaja con el religioso navarro Gregorio Alegría en Santo Domingo. "Cuando viajas, ves que en los países subdesarrollados y emergentes son las mujeres las que tiran del carro", y es su educación el eje central de la labor que lleva a cabo esta entidad. "No hay nada peor que un pueblo ignorante; un pueblo letrado puede enfrentarse a todo", sostiene.
La autora. Tras la muerte de su madre cuando era una niña, Maribel Medina fue criada por su padre, que falleció cuando era una adolescente. Entonces abandonó su sueño de estudiar Astrofísica y optó por Geografía e Historia. Ha trabajado de profesora y de lectora para una editorial y actualmente vive en Pamplona, aunque ha viajado por todo el mundo.
Título
'Sangre de Barro'.
Autora
Maribel Medina.
Editorial
Maeva.
Páginas
392.
Precio
18,90 euros.