concierto de estrella Morente

Intérpretes: Estrella Morente, voz. Montoyita y ‘El Monti’, guitarra. ‘El Popo’ y Curro, percusión. Ángel Gabarre, Antonio Carbonell y Quique Morente, coros y palmas. Programa: Taranta, taranto, alegría, habanera, granadina, minas, seguiriya, Estrella rondeña, bulería, Estrella (de Enrique Morente), sevillana Lola, “En sueño viniste”-tanguillos- (de Enrique), tangos de la vida (tango, de Enrique) y “Pregón de las moras” (de propina y “a capella”). Programación: Festival de Flamenco de Pamplona. Lugar: sala principal del Baluarte. Fecha: 30 de agosto de 2014. Público: casi lleno (23-28-38 euros).

Si el recital de la señora Estrella Morente terminó con el público emocionado, en pié, escuchando en un silencio sagrado, “el pregón de las Moras”, con la cantante sola y sin micrófonos; el comienzo también había sido muy emocionante. Y es que se escuchó una grabación de la pequeña Estrella, de ocho años, acompañada de su tío abuelo Sabicas. Grabación que se hizo durante el trabajo conjunto del de la Mañueta con su padre, Enrique Morente. Estrella elevó la anécdota a categoría, al interpretar la taranta -agradecida por la mejor presentación que nunca le habían hecho- con un sentimiento especial, y con esa voz cálida y acogedora que la ha llevado al estrellato flamenco.

Ayer, la jornada del festival, -tanto en este espectáculo, como en el de la tarde, con Pepe Habichuela-, conjugó estupendamente la trinidad que compone el mundo del flamenco: la tradición más pura, la apertura a los ritmos modernos, y la transmisión familiar. Estrella Morente, en su comparecencia en Pamplona, hizo una primera parte tradicional, de contenido popular flamenco; y la segunda la dedicó al acerbo familiar, que la saga de los Morente cultiva con estilo propio. Los palos flamencos -con una Estrella sentada, austera, recogida- suenan grandes, profundos, en una voz que nos convence desde el principio por su textura de contralto, su timbre moreno-claro, su modo de cantar sin prisas, asentándolo todo en un ritmo que va y viene, quedándose en el adorno del quejío, con drama, pero con sosiego de madurez, (taranto, granadina, minas -cartagenera-, seguiriya, habanera -de Carlos Cano, cantada por bulerías- con referencia a Pamplona?).

La segunda parte - y siempre con el destello de la otra estrella, Enrique Morente- la cantante nos recordó el himno que su padre le compusiera en los años setenta -el tema estrella-, y, desde unas bulerías -con diversas citas a anteriores cosas de Enrique-, hasta el final, fue presentando parte de su nuevo trabajo. Estrella Morente -adueñándose del escenario, con paso solemne y rítmico en sus entradas y salidas, mandando hasta en el aire, con su abanico- deslumbró en la “sevillana Lola” -hasta con una cariñosa imitación a la Faraona-, en los tanguillos (en sueño viniste), y en el tango Volver, cantado con un ritmo interno lento y sobrecogedor, novedoso. Sin duda Gardel lo hubiera querido bailar con ella. Gran nivel el de los acompañantes, sobre todo la guitarra de Montoyita (hermano de la madre de Estrella), con un solo de guitarra en tono de rondeña y citas a Ramòn Montoya, el maestro de Sabicas. Y la broma de El Popo con el baile, que casi se nos va al rap.

Por una afortunada casualidad, se sentó a mi lado el maestro Pepe Habichuela -que acababa de actuar en la sala de cámara-. No dejó de jalear a Estrella durante todo el concierto.