pamplona - Como buena artista, Belén Arévalo es una observadora, y cuando viaja y algo capta su atención, no solo mira con curiosidad, sino que da pasos más allá y lo documenta a través de su arte. En este caso, la práctica de pesca ancestral Arte Xábega, que todavía hoy es una labor de subsistencia cotidiana en la localidad portuguesa de Vagueira, es el motor de la inspiración que le ha llevado a crear plásticamente sus impresiones, sensaciones e inquietudes en torno a esta tradición y medio de supervivencia para los pescadores de Vagueira.
Cerca de dicha localidad, la artista pamplonesa lleva 19 años veraneando, y en este tiempo ha sido testigo de los cambios en torno al Arte Xábega, una pesca que solo se practica hoy en 3 o 4 localidades de la costa de Portugal, y en algunas se mantiene solo como atracción turística. Pero en Vagueira, donde existe el riesgo de que desaparezca por la falta de ayudas para mantener esta labor, sigue siendo una faena diaria, un modo de ganarse el pan que ahora ejercen casi todo hombres que están en paro. “Antes salían a pescar familias enteras -cuenta Arévalo-, y las mujeres eran las que llevaban los tractores que empujan las barcas en su salida al mar”, a veces incluso con las silletas de los niños dentro de los vehículos, como documenta una de las fotografías que componen la obra audiovisual de la exposición Mirar, un viaje.
El Pabellón de Mixtos de Ciudadela acoge esta muestra, que además de la videocreación en la que el espectador puede seguir una narración que relata aquí en voz en off la actriz navarra Ventura Ruiz, reúne dibujos sobre lienzo y fotografías intervenidas por la artista. En su obra, Arévalo enfrenta las velocidades de dos sociedades que coexisten, la de los turistas veraniegos y la de la vida de los habitantes del pueblo pesquero de Vagueira, donde todos los días, por lo menos 2 o 3 veces, los pescadores salen al mar abierto y se enfrentan con medios primitivos y labores manuales a la dureza del Atlántico, “al oleaje tremendo y al agua que está siempre tan fría”, cuenta la artista. Los pescadores se adentran en el mar en barcas empujadas por tractores y lanzan redes que después recogerán con la ayuda de esos mismos tractores, la única concesión a la modernidad en sustitución de los bueyes. Es un espectáculo que dura unas tres horas. Haciendo el juego de contrapuntos, la narración describe: “los guerreros más valientes abandonan el campo de batalla y tan solo los rastros de la contienda quedan en el suelo. Pequeños peces y moluscos cubiertos por el manto de la arena dejan huella de tan magnífica batalla. Una vez más Neptuno, en su inmensidad, ha sido elogiado”.
En este proyecto, fruto de un trabajo acumulado de 10 años en los que ha ido realizando bocetos, Arévalo se reafirma en el concepto de dibujo que defiende John Berger como “documento autobiográfico, que da cuenta de un suceso, ya sea visto, recordado o imaginado”. En los dibujos que aquí expone, invita al espectador a ser activo y a completar las obras -en las que siempre hay un espacio vacío- con su imaginación, con su propio relato.
A viajar en el tiempo y entrar en diálogo con la vida en Vagueira.
Autora. Belén Arévalo.
Lugar. Pabellón de Mixtos de la Ciudadela (planta baja).
Inauguración. Hoy, 19.00 horas.
Fecha y horario. Hasta el 19 de octubre, de martes a viernes de 18.30 a 21 horas; sábados de 12 a 14 y de 18.30 a 21 horas, y domingos y festivos de 12 a 14 horas.
Visita guiada, el día 28. Está previsto que el 28 de septiembre a mediodía la propia autora guíe una visita a su muestra e intercambie impresiones con los visitantes.