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Arte que suma

Las Jornadas de Inclusión Social del Gayarre han programado el espectáculo ‘Synergy’ del Colectivo Lisarco y el documental ‘Five Days to Dance’, dos ejemplos de cómo los creadores se implican en el cambio.

Arte que suma

El hecho creativo ha supuesto en multitud de ocasiones un revulsivo o una alternativa a la realidad. Bajo esta premisa se desarrollarán hoy y mañana en el Teatro Gayarre y en el Condestable las VII Jornadas sobre la inclusión social y la educación en las artes escénicas. Una interesante cita que, entre otras cosas, se preguntará cómo eliminar las barreras físicas, psicológicas o sociales para el disfrute y la práctica de las artes por parte de los ciudadanos. Dos de las respuestas tienen nombre propio. Colectivo Lisarco, que hoy representará Synergy. Y Amaya Lubeigt y Wilfried van Poppel y su propuesta de danza comunitaria en institutos Five days to dance, título del documental dirigido por Rafa Molés y Pepe Andreu que se proyectará mañana en el Condestable.

Colectivo Lisarco nació en 2007 de la mano de Rafael Soriano, educador artístico en un centro ocupacional de la asociación Afanias. Pronto, música, danza y artes plásticas se fundieron en un proyecto cuya filosofía se basa en los procesos colectivos. Además, “siempre trabajamos con música en directo, intentando incluir esta presencia escénica como parte activa de la coreografía”. En el caso de Synergy, músicos y bailarines intercambian roles. Nueve artistas materializan los movimientos “y junto al vídeo y al material escenográfico crean y recrean paisajes y lugares, transformando el espacio físico”. De hecho, cada sección musical supone un estudio sobre el espacio, “real o imaginado”, “concreto o abstracto”, buscando la forma “de revelar al espectador los diferentes rincones, perspectivas y escalas que tiene el espacio del que, además, forma parte”. La pieza se construye alrededor del String Quartet nº5 de Philip Glass, pero “proponemos una desestructuración del famoso cuarteto, introduciendo versiones de Steve Reich, sonidos que recuerdan a Terry Riley, composiciones originales de los intérpretes e improvisaciones”.

Desde Lisarco creen que hay cambios posibles desde la cultura. “Defendemos el acceso a actividades artísticas de calidad para todo el mundo, y no solo porque la cultura es un derecho, sino porque es el momento de construir una cultura diversa basada en el intercambio y con aportaciones de todas las visiones”, afirman. Y lamentan la actitud del Gobierno central de desterrar las enseñanzas artísticas de las aulas, más que nada porque así se generarán “nuevas generaciones sin sentido crítico ni creatividad, personas dispuestas a obedecer y a trabajar con poca conciencia de sí mismas y de lo que sus acciones repercuten en los otros”.

cinco días bailando Rafa Molés conocía a Amaya Lubeigt desde hace 22 años cuando supo de Five days to dance, un proyecto que ella desarrollaba en las escuelas junto a su marido, Wilfried van Poppel. Al principio le pareció “poca cosa” comparado con la importante carrera que la donostiarra había desarrollado en la élite de la danza contemporánea. Pero se equivocaba. Viajó a Alemania junto al también realizador Pepe Andreu “y descubrimos que allí había una película”. El grueso del rodaje se realizó durante cinco días en septiembre de 2013 en San Sebastián. “En ese breve tiempo todo iba cambiando y nosotros teníamos que estar muy despiertos para reaccionar sobre la marcha y descubrir y captar con la cámara todo lo que sucedía”, dice Andreu. Pero esa no era la gran dificultad, ya que, primero, los dos bailarines tuvieron que vencer la reticencia de algunos profesores de suspender las clases durante cinco días para que los alumnos bailasen. “Sin embargo, la directora tomó las riendas y tiró de todos para aceptar el reto”, cuenta Molés.

Andreu comenta que durante la grabación observaron entre los adolescentes “casos totalmente opuestos” y, sin embargo, “igualmente dramáticos”. Desde la chica perdida que solo aspira a sobrevivir al instituto y dedicarse a limpiar casas o a cuidar niños, hasta el joven decidido a estudiar Telecomunicaciones, tener hijos y una vida normal. “En ambos casos advertimos que habían aceptado su situación sin condiciones, sin preguntarse realmente qué quieren o pueden hacer”. Aparte de eso, en la película se descubre “sutilmente” un caso “muy grave” de acoso escolar, problemas de integración, de comunicación, de miedo y de rechazo ante el éxito de los demás. Y es que realizar con éxito el espectáculo del último día era lo de menos. “Lo importante era el proceso, y en ese camino lo que se observa es una sociedad que no funciona, unos roles que limitan y perpetúan desigualdades y un sistema educativo que se dedica a crear trabajadores útiles y no a formar personas”. Y Molés añade que el proyecto también les ha servido para aprender cosas de ellos mismos. “Muchas veces nos desentendemos de los adolescentes diciendo que están en la edad del pavo, pero tienen problemas reales y debemos sentirnos responsables porque somos quienes se los hemos endosado”, indica.

La película nació sin grandes pretensiones, pero se convirtió en el documental más visto en España en 2014. “El boca a boca ha sido la clave”, y su paso por importantes festivales. Hoy hay varias televisiones internacionales interesadas “y muchos colegios nos piden pases especiales”, lo que hace “especial ilusión” a los realizadores.

‘Synergy’. El Colectivo Lisarco pondrá en escena esta propuesta hoy a partir de las 20.30 horas en el Gayarre. Junto a ellos, Marie Delbousquet, miembro de la Sinfónica de Castilla y León.

‘Five Days to Dance’. El documental de Rafa Molés y Pepe Andreu se proyectará a las 20.00 horas de mañana en el auditorio del Condestable. Antes, en ese mismo inmueble Amaya Lubeigt y Wildried van Poppel, de las compañías LooPERS y Dance2gether, ofrecerán un taller sobre este proyecto.