pamplona - Una exposición recoge en el Palacio de Condestable de Pamplona 37 obras del tudelano José María Monguilot, que prácticamente hasta el final de su vida pintó el paisaje de la Ribera de Navarra, con las Bardenas como tema recurrente. Este artista autodidacta destacó por su uso de la espátula y el sentimiento que reflejan sus óleos y acuarelas. La muestra fue presentada ayer en Pamplona por el director del área de Cultura, Política Lingüística, Educación y Deporte del Ayuntamiento de Pamplona, Xabier Amoros, y por el comisario de la exposición, José María Muruzábal, quienes destacaron la dedicación de Monguilot a la pintura hasta el final de su vida

José María Monguilot es el protagonista de la sexta exposición del ciclo Revisiones. Artistas navarros del siglo XX, que se presenta cuando finaliza el año en el que se conmemora el centenario de su nacimiento. La muestra, que recoge una selección de 37 cuadros cedidos por familiares del artista y particulares, permanecerá abierta al público hasta el 17 de enero.

Nacido en Tudela en 1915, falleció en la misma ciudad a los 97 años. Su larga trayectoria pictórica llegó prácticamente hasta su muerte, ya que su última exposición la realizó con 90 años. Así se convirtió en uno de los referentes de la pintura de la Ribera de Navarra de los últimos 60 años con una abundante producción. A pesar de ello, nunca se dedicó profesionalmente a la pintura y desarrolló su carrera profesional en un negocio familiar de Tudela.

Durante la presentación de la muestra, Xabier Amoros indicó que Monguilot “fue un artista que centró su labor en su propia tierra” y añadió que “si hay algo que sorprende de este autor, es que trabajó prácticamente hasta el final de sus días”. Asimismo, consideró que se trata “una obra referencial del arte navarro”. En esta misma línea, José María Muruzábal aseguró que el pintor “supo interpretar como pocos el paisaje de Navarra, especialmente el ribero”. Según el comisario, “como buen tudelano, fue un hombre que puso en valor las Bardenas cuando era un territorio muy poco conocido y fue su mejor intérprete”.

En cuanto a su técnica, Muruzábal resaltó que “trabajó como nadie la espátula, un instrumento con el que obtuvo realizaciones brillantes dentro del paisaje tradicional”. “Es un artista de luz, de color, de expresionismo. Hay cuadros que demuestran falta de dibujo, pero no hay que buscar grandes academicismos, hay que buscar sentimientos, sentimiento de color, de luz, de expresión del paisaje”, resumió.

otros paisajes Aunque su obra se centró principalmente en la Ribera navarra, Monguilot también pintó tierras de Castilla, Rioja, Aragón, el Pirineo aragonés, el Mediterráneo, la Cornisa Cantábrica o Alemania. De hecho, en la exposición pueden verse cuadros de Tudela, el Monasterio de la Oliva o las Bardenas a los que se unen otros con estampas de Albarracín, Algorta, Palencia, Tarazona, Mallorca o Madrid.

Su pintura es descrita como figurativa, en la herencia del impresionismo con predominio de la temática del paisaje que combina con algunos bodegones y marinas. Solía trabajar al aire libre pintando sobre su caballete aquello que veía, sobre todo óleos y acuarelas de pequeño o mediano formato. También son abundantes los cuadros en los que utilizaba la paleta. - E.P.