pamplona - A Maiken Beitia (Pamplona, 1963) la hemos visto en Silencio roto, Obaba, Ione sube al cielo, Entre todas las mujeres... Y en televisión y en teatro. En Acantilado da vida a Marion, una mujer oscura que ejerce de mano derecha de Heidia (Ana Gracia), la líder de la secta La comunidad. “Ha hecho un trabajo espléndido, no hay ni una respiración ni un gesto que me falte o que me sobre”, dijo ayer Helena Taberna de su interpretación.

“Nerviosa” tras ver, al fin, la película, la actriz comentaba que este personaje tenía sus riesgos, y es que “hacer de mala tiene su atractivo, pero también existe el peligro de pasarte o de ser muy evidente, pero Helena nos ató en corto, afortunadamente, porque creo que lo que ella quiere contar no es solo lo que se ve, sino las capas que hay por debajo”. Beitia también valora positivamente lo mucho que Taberna ha querido y cuidado a todos los caracteres que habitan este relato. “No ha juzgado a los personajes; cada uno tiene su proceso de vida y sus objetivos”. En el caso del suyo, Marion “cree que el fin justifica los medios porque ella era feliz hasta sucede un desencadenante y toda su capacidad de odio y de rencor tiene que ver con que le han roto su mundo perfecto”. Y, a pesar de que es una mujer dura y oscura, “también hay mucha vulnerabilidad en ella; su historia personal tiene una coherencia”, señaló la intérprete, que ayer se enteró de que Taberna se había inspirado en dos pasteleras de Alsasua para escribir a Heidi y a Marion, cuya relación está marcada por la mutua dependencia.

“llegábamos con tiritona” Para Maiken Beitia, esta historia de “secretos y silencios” en la que la violencia y la muerte están presentes desde el principio, tiene, asimismo, su “parte poética”. Y, en cuanto al rodaje, agradece que la realizadora haya “peleado contra viento y marea” para sacarlo adelante, al igual que el equipo al completo, que se enfrentó al frío, al viento y al paisaje con absoluta entereza. “Llegábamos a rodar con tiritona, pero eso nos servía, porque nos colocaba en un lugar raro, incómodo, que iba bien para los personajes”, apuntó. - A.O.L.