pamplona- Navarra. Música es el título bajo el que se cobija la primera historia general de la música en Navarra, escrita por María Gembero-Ustárroz y publicada por el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra.
El libro, que cuenta con 366 páginas y sale a la venta al precio de 24 euros, fue presentado ayer por la propia autora, acompañada por el director general de Cultura, Fernando Pérez.
Según explicó María Gembero, “este libro presenta la primera historia general de la música en Navarra, que aborda el repertorio culto de tradición escrita, la música tradicional transmitida oralmente y, brevemente, las músicas populares urbanas, ofreciendo una visión panorámica de los diversos repertorios que han configurado el paisaje sonoro de los navarros en cada momento histórico. El volumen incluye 20 tablas, tres mapas, numerosas ilustraciones en color, muchas de ellas publicadas por primera vez, y también una selección de ediciones musicales que pueden ser de utilidad para los músicos y para las personas que quieran analizar el citado repertorio. Además, cuenta con una extensa bibliografía así como un índice onomástico y toponímico”.
Para Gembero, acometer esta obra, en la que ha invertido diez años, con especial hincapié en los últimos cuatro, “ha sido un reto importante ya que hasta ahora no se había publicado ninguna historia de la música en Navarra, en contraste con la sólida tradición historiográfica en otros campos como la política, el arte o lo institucional”. En este sentido, la autora recalcó que figuras “como el rey Teobaldo I tienen asegurado su espacio en obras generales sobre música medieval, tanto estatales como internacionales. Sin embargo, la realidad musical navarra en su conjunto se diluye, o desaparece por completo, en las historias de la música moderna o contemporánea. No había hasta ahora una visión general de la música culta en Navarra ni tampoco monografías que abordaran de forma general la música tradicional en su conjunto y las actuales músicas populares urbanas, sus principales géneros y los músicos que las protagonizan”.
Metodología Planteado desde la musicología histórica y la historia cultural, “en este trabajo, el énfasis no se ha puesto en una historia lineal del estilo sino en las prácticas musicales predominantes en cada periodo, en los principales músicos que las protagonizan y en los géneros, estilos y composiciones más destacados”. En este sentido, “el libro aporta y contextualiza información dispersa de músicos y compositores poco conocidos actualmente así como aportaciones inéditas”.
Estructura del volumen María Gembero-Ustarroz realiza en su introducción una primera aproximación al conjunto de la actividad musical en territorio navarro y a los principales movimientos de músicos desde Navarra hacia el exterior y viceversa. El estudio se distribuye en seis capítulos y un epílogo. Los cinco primeros capítulos presentan una visión de la música culta de tradición escrita.
El primero, tras una breve alusión a la Prehistoria y la Antigüedad, se centra en la época medieval a la que pertenecen las primeras fuentes musicales conocidas. En esta parte destacan principalmente los epígrafes dedicados a la vida musical en los centros religiosos o, más concretamente, los centrados en el rey Teobaldo I o la Capilla de Música de Carlos III el Noble.
En el segundo capítulo del volumen se abordan los siglos XVI y XVII, en los que se organizaron y consolidaron las capillas de música de varias iglesias navarras y las importantes redes de organistas y organeros de la región que tuvieron continuidad posteriormente. Se hace especial referencia a Martín de Azpilcueta así como a la música teatral y a los músicos navarros que desarrollaron su carrera fuera de Navarra, apéndice este último que también se repite en capítulos posteriores.
El tercer capítulo de la obra se centra en el siglo XVIII, con epígrafes especiales para las capillas de música de las catedrales de Tudela y Pamplona, la colegiata de Roncesvalles o músicos como Pedro Aranaz o Blas de Laserna.
El cuarto capítulo, centrado en el siglo XIX, narra, entre otros acontecimientos, el nacimiento de la Academia de Música de Pamplona (la semilla del futuro conservatorio), el Orfeón Pamplonés o la Orquesta Santa Cecilia. Así mismo da cuenta de nombres tan importantes para la música navarra como Hilarión Eslava, Felipe Gorriti, Joaquín Gaztambide, Emilio Arrieta, Pablo Sarasate o Julián Gayarre.
El quinto capítulo analiza la actividad musical relacionada con Navarra desde 1900 hasta nuestros días, con menciones especiales a Fernando Remacha, los Encuentros de Pamplona 1972, el grupo Iruñeako Taldea o compositores como Emiliana Zubeldía, Jesús García Leoz, Agustín González Acilu o Teresa Catalán. El sexto último capítulo se centra en la música tradicional y folclórica (bertsolarismo, el txistu, la jota) y presenta un breve apunte sobre algunas músicas populares urbanas a partir del siglo XX con músicos como Sabicas o Pedro Iturralde. Por último, y tras el epílogo, se presenta una selección de ediciones musicales de compositores navarros o relacionados con Navarra, bibliografía e índices onomástico y toponímico.
Desarrollo en 2017. Fernando Pérez destacó que la presentación en el Archivo General de Navarra tenía un motivo concreto, y es que en el propio libro, la autora destaca que “sería muy beneficiosa la creación de un centro de documentación musical de Navarra apoyado institucionalmente que coordinara y fomentara proyectos de largo alcance a favor del patrimonio musical”. Lo que enlaza directamente con la creación ya propuesta por parte de Cultura del Archivo de la Música y de las Artes Escénicas, “demandado por la ciudadanía y los sectores culturales”. Perez resaltó que, “conscientes del riesgo de pérdida al que se haya ligado este patrimonio musical insustituible, esta dirección general ha destinado en 2017 un presupuesto de 50.000 euros para iniciar el trabajo de identificación, revisión, organización y descripción de los fondos con objeto de asegurar su conservación, tratamiento, difusión y puesta a disposición de la ciudadanía”. En este sentido, Pérez matizó que este archivo se ubica en un contexto amplio que comparte espacio “con la danza, el teatro y el resto de disciplinas escénicas como un conjunto de fondos de origen público y privado que por su naturaleza necesitan de un tratamiento específico para su adecuada difusión como fuente de valor para el conocimiento y disfrute de la ciudadanía. Este trabajo ha sido confiado al Archivo Real y General de Navarra”. Un trabajo que en 2017 acometerá las siguientes labores en lo relativo a la música: “Identificación y registro de los fondos musicales de interés para Navarra, allá donde quiera que estén, con objeto de informar a los investigadores. Adopción del formato de descripción, así como reglas e instrucciones para esos fondos. Y la realización del estado y organización de los fondos existentes en el Archivo de Navarra, correspondientes, entre otros, a Jesús García Leoz, Emilio Arrieta y Manuel Turrillas, junto a las colecciones de manuscritos y partituras de, entre otros, Joaquín Maya, Pablo Sarasate o Felipe Gorriti”.
Público amplio. La obra va dirigida a un público amplio en el que se incluyen musicólogos, músicos, estudiantes, profesores o gestores culturales, pero también para aficionados a la música y público en general.