pamplona - El diablo era el pretexto. En realidad mandaban los intereses políticos, las rencillas entre vecinos y la necesidad de controlar a la población. Es lo que pone de manifiesto La brujería en España, el primer capítulo de El alma de las historias, una serie documental impulsada por el director de cine y realizador televisivo Luis Cortés y por el investigador en filosofía y divulgador científico Luis Cortés Briñol que, frente a otros programas abiertamente esotéricos que ocupan la parrilla televisiva, pretende acometer una revisión crítica de los mitos y creencias antiguas de la península Ibérica. Esta primera entrega se estrenará esta tarde, a las 20.00 horas, en la Filmoteca de Navarra (paseo Antonio Pérez Goyena, 3, Pamplona).

El pase contará con la presencia de los autores de este episodio que desmonta cuantas leyendas, invenciones y cuentos giraron en torno al tema de las brujas durante la Edad Media, centrándose especialmente en el caso de Zugarramurdi y el consiguiente Auto de Fe de Logroño de 1610. Y lo hace con documentación y testimonios de expertos, construyendo un relato que conduce Cortés Briñol en calidad de presentador que se hace preguntas y acude a las fuentes. “Como realizador, quería que el capítulo fuera como una pequeña película en la que un hombre curioso quiere llegar al fondo de una cuestión que le ha cautivado desde niño”, explica Luis Cortés. “Luis y yo habíamos hablado mucho de estos temas y nos habíamos dado cuenta de la ligereza de muchas de las opiniones que maneja la gente sobre este y otros temas, y nos decidimos a descubrir el alma de estas historias”, apunta el director, responsable de películas como Marian (1977), No se lo llevó el viento ni puñetera falta que hacía (1980) y Te quiero, te quiero, te quiero (1981), así como de diversos espacios televisivos. El proyecto de la serie, diseñada en 13 capítulos, recibió hace un par de años la carta de interés de Samuel Martín Mateos, responsable entonces de Cultura y Sociedad de La 2 de TVE, “donde nos dijeron que buscáramos patrocinadores, pero aunque todas las empresas con las que contactamos les gustó la idea, nos dijeron que esperáramos a que pasara la crisis”. Sin embargo, el tiempo discurría y en 2016 “nos decidimos a hacer un piloto para poder mostrar algo real”. Y pensando en los costes económicos y de producción, optaron por arrancar con el tema de la brujería porque tenían a mano importantes expertos (Mikel Azurmendi y Javier Álvarez Caperochipi), destacadas fuentes bibliográficas (Archivo de Navarra, UPNA) y, por supuesto, Zugarramurdi.

Con el capítulo en la mano regresaron a La 2, se lo mostraron a Martín Mateos, “pero esa misma semana le cesaron a él y a su equipo”. “Ahora no conocemos a ninguna de las personas que le han sustituido y, además, nos han dicho que no toman decisiones y que entre junio y julio habrá cambios, así que estamos esperando a ver qué pasa”, señala Cortés, agradecido de que la Filmoteca de Navarra se haya interesado por el trabajo.

salazar y frías Ese hombre curioso que protagoniza el primer episodio no es otro que Luis Cortés Briñol, que, además de su formación en Filosofía y Antropología, es traductor, tiene formación en historia antigua y recientemente ha obtenido el título de Experto Universitario en Divulgación Científica. “Yo había dado conferencias, pero siempre dirigidas a público académico, hasta que un día me percaté de la distancia absoluta que había entre el mundo real y la esfera universitaria y me parecía que había que cubrir ese vacío”, explica el investigador, que también estaba cansado de la “invasión absoluta de fantasmagorías y paranormalidades en televisión, radio y en todas partes”. “Yo me dedico a cultivar el escepticismo filosófico y siempre he intentado desmontar las pseudociencias y las manipulaciones; creo que mi misión es dotar a la gente de herramientas de análisis crítico para que pueda comprender la realidad en la que vive”. En ese sentido, en La brujería en España ha echado mano del método que suele emplear, que no es otro que triturar las ideas heredadas, realizando “un trabajo de espeleología” para “desenterrar los cimientos históricos sobre los que se asienta un mito, una superstición o una creencia”. Y es que, todos los conceptos tienen un origen. “La idea del diablo tiene fecha, igual que la idea de dios que manejamos, que nace con Aristóteles, y la idea de bruja, que ha ido mutando y contaminándose culturalmente de influencias esotéricas, gnósticas, filosóficas, teológicas, populares... y que llega hasta hoy muy manipulada por el cine y la literatura”.

Cortés Briñol va desbrozando todas las capas que recubren el mito de las brujas y, además de ofrecer información histórica, concluye que, al contrario de lo que la mayoría cree, no fue la Inquisición la responsable de lo sucedido en Zugarramurdi y en otros lugares. De hecho, “Alonso de Salazar y Frías -el jurista enviado a Navarra por el Santo Oficio- fue el encargado de que aquellas persecuciones, procesos y demás se detuviesen”. Lo que el guionista tiene claro es que el gran responsable de las barbaridades que se cometieron fue “el poder civil” de señores feudales, reyes y de canónigos con afán de poder, así como de ciudadanos que se vengaron de sus vecinos con falsas acusaciones. “Y me interesaba mucho resaltar la noción de víctimas de tantas personas que sufrieron y a las que no se suele recordar y destacar que hoy también sigue habiendo personas que sufren persecución por supersticiones, como en África, por ejemplo”, dice Cortés Briñol, que añade: “Las ideas que hemos recibido acerca de la brujería son confusas, son oscurísimas y están llenas de clichés”. Así por ejemplo, el doctor Álvarez Caperochipi cuenta que el consumo o la intoxicación de ciertas e hierbas y plantas eran las causantes de las alucionaciones y estados delirantes de quienes aseguraban haber volado.

El presentador desmonta, asimismo, la palabra akelarre, “que en Zugarramurdi nadie conocía y que inventó uno de los traductores”. “Salazar y otros empezaron a investigar y se dieron cuenta de que la gente de allí nunca había oído eso del macho cabrío (aker) y yo hablé con Mikel Azurmendi y con el experto Gustav Henningsen y damos el dato de que, en realidad, es alkalarre, palabra compuesta por alka, que era una hierba común, y larre, que es prado; así que era el prado de pasto”, indica.

frente a los ‘milenios’ En definitiva, con El alma de las historias, Luis Cortés y Luis Cortés Briñol defienden que “no es necesario recurrir a fantasmagorías” para encontrar “temas muy interesantes y amenos en la historia antigua”. La prueba es que el resto de episodios estarán dedicados a vampiros, licántropos, plantas mágicas, animales malditos, libros prohibidos, ritos funerarios... “Nunca podremos competir con programas como Cuarto Milenio, que reconozco que tiene secciones interesantes, pero dentro de nuestra humildad de medios, pero con una ambición intelectual muy superior, intentaremos hacer episodios cercanos y amenos”.