los jardines de la Ciudadela se convertirán este verano -del 24 de junio al 31 de agosto- en un espacio expositivo que acogerá una instalación de arquitectura efímera titulada Quattuor. El trabajo se basa en cuatro grandes maquetas que pretenden ser un contraste entre la naturaleza y lo humano creadas por el arquitecto y profesor Fernando Molina, con la colaboración de tres estudiantes de primero de Arquitectura: Sofía Urzainqui, José Rodríguez y Maite Rodríguez. Según explicó Fernando Molina: “La finalidad de este proyecto es un gesto. Un gesto efímero cuyo objetivo es traer algo de la ciudad a la Ciudadela, y cambiar las reglas del juego”.
Si esta estructura tiene una peculiar forma es porque “representa un cuadrado de la ciudad que ha sido tensado de forma que una de las aristas sobresalga; esto se ha conseguido igualando las diagonales del cubo con la longitud de los costados”. La disposición está formada por cuatro volúmenes repetidos que parten de una matriz, y separados entre ellos por espacios que simulan unas calles; cada volumen está vacío por dentro ya que en principio la idea que tenía el escultor y arquitecto era crear unas linternas gigantes que se encendieran de noche. Por eso mismo, la idea inicial se llamaba Proyecto Lámpara.
Este trabajo se basa en la arquitectura efímera, como la mayoría de proyectos del autor, porque “la vida es efímera y una arquitectura de vida que se monte y se desmonte significa que tiene un periodo de vida concreto, igual que la condición humana”. Los principios de este tipo de estilo son la temporalidad, flexibilidad, innovación, el bajo coste, la economía de recursos y la gestión de residuos. Siguiendo esta línea, la estructura que montaron está compuesta por materiales sencillos y accesibles, como los tubos pvc -los de las tuberías de plástico- bridas y una lona de malla. Materiales que permiten que sea un trabajo de bajo coste y además transportable.
DE la maqueta a la instalación Molina empezó este proyecto con los estudiantes a los que da clase pretendiendo dar una reflexión sobre lo que pasaría si las ciudades no fueran redes de cuadrados, ni las paredes fueran verticales y así se cambiase la perspectiva de observar las urbes. Esta es la respuesta a la tesis que el arquitecto está realizando en la universidad. Aparte del trabajo con su alumnado, durante cuatro semanas, en la Sala de Armas de la Ciudadela, se realizaron sesiones sobre geometría y arquitectura efímera en el que se elaboraron maquetas, pequeñas construcciones, en algunos casos, y otras a escala humana en el que pudieron participar tanto estudiantes como cualquier ciudadano de Pamplona, aunque no estuviese relacionado con el mundo de la arquitectura. “Quiero enseñar Arquitectura haciendo arquitectura -dijo-. Mis alumnos han aprendido a hacer lo que aprenderán al final de la carrera”
Para poder preservar la exhibición durante las fiestas de Sanfermines, cubrirán los módulos con un plástico de forma que la lona de malla no se incendie ni se destruya si alguna chispa de los fuegos llegase a ellas. Este trabajo gira en torno al número cuatro, por los costados que muestra la escultura, los cuatro volúmenes que se exponen, las cuatro personas que lo han creado, los cuatro vacíos iguales entre módulos y los cuatro vértices de cada cara expuesta. De ahí que el nombre del proyecto sea Quattuor, cuatro en latín.
Proyecto. Se exhibirá en los jardines de la Ciudadela del 24 de junio al 31 de agosto.
Arquitectos. Fernando Molina con Sofía Urzainqui, José Rodríguez y Maite Rodríguez.
‘Quattuor’. El proyecto tiene ese nombre por hacer referencia al número cuatro.