pamplona - Sin duda, es uno de los valores navarros que con más fuerza están despuntando en el mundo de la clásica. El domingo tomará, por primera vez, las riendas de la orquesta de su tierra, es decir, la Sinfónica de Navarra, en Baluarte y en el Día de la Comunidad Foral. “Se lo dije a la orquesta el primer día. Cuando tú eres un chaval de 7 años, y tienes la ambición de intentar llegar lo más alto posible, te vas poniendo metas. Y la de este concierto es una de las de arriba: dirigir la orquesta de mi tierra, con gente con la que he aprendido, que no solo son músicos de una calidad extraordinaria sino que se trata de personas que me han enseñado a ser el músico que soy hoy. De esta manera, y con esta orquesta en particular, es como que se completa el círculo. Siento que he llegado a una meta y por eso estoy disfrutando tanto. Con un poco de nerviosismo, eso sí, porque la gente te conoce y hay expectativas por ver si ese chaval que viene de fuera lo hace como lo tiene que hacer. Pero todo con mucha ilusión; esta semana estoy siendo muy feliz. He conseguido otras metas, como el Real Conservatorio de Londres o conseguir dedicarme a la dirección después de haber hecho un instrumento, pero cuando llegas a este momento se disfruta”. Pablo afronta feliz este concierto con la OSN, pero en Londres tiene su plaza titular con la London City Orchestra. “Es una orquesta relativamente nueva con la que yo he crecido como director, podría decirse que es como mi bebé. He podido trabajar con ellos, sé cómo funcionan y no tengo que experimentar lo que hago con otras orquestas que también dirijo en Londres y que sí tienen un ritmo más frenético. Por ejemplo, hace un mes me llamaron diciéndome que se había puesto malo un director, que tenían concierto al día siguiente y que si les podía dirigir. Yo no conocía las obras así que me pegué toda la noche estudiando, a la mañana dormir un poco y de ahí al ensayo”.
En cuanto al concierto que dirigirá el domingo, Urbina explicó, respecto al programa, que él había elegido las Variaciones sobre un tema de Haydn, de Johannes Brahms. “A mí Brahms es un compositor que me fascina y que requiere un cierto tipo de madurez. Me gusta, desde un punto de vista formativo, hacer esta obra, que hasta ahora no había podido dirigir, aunque sí tocar como trompista, y ver la evolución que voy a experimentar, porque sé que es una pieza que probablemente me volveré a encontrar varias veces en el camino. Al mismo tiempo, es un obra que la OSN ya ha tocado, lo que te permite trabajar en detalles puesto que no tienes que empezar de cero, y es que una orquesta de este calibre tira sola. Y, además, es que se trata de una composición muy bonita”.
Como director, no solo trabajará con la orquesta sino también con los solistas. “Ander y yo nos conocemos desde críos, aunque hace mucho que no le veía, nos hemos comunicado a través de contactos comunes durante su estancia en Hong Kong. Con María ya había trabajado en Ópera de Cámara de Navarra, y a Sofía no la conozco, pero he escuchado todas las cosas que me han mandado. La verdad es que tengo muchísimas ganas de trabajar con ellos porque son tres solistas fenomenales que están tejiendo una carrera brillante que va a ir hacia arriba. Para los cuatro creo que está siendo una semana de felicidad”. - F.F.G.