Como el viaje de un personaje heroico en el sentido clásico, que inicia una larga expedición con el objetivo de vivir una gran historia, vive un largo período en el exilio y, al final, logra el éxito en el sentido épico “tras varios años de cierta penalidad y una lucha sostenida en un segundo plano”. Así se plantea el escritor navarro Javier Serena Garralda (Pamplona, 1982) el recorrido del personaje de su nueva novela, Últimas palabras en la Tierra (Gadir, 2017), que presentará hoy viernes, a las 20.00 horas, en la librería Walden de Pamplona. En esta obra, Serena cuenta la historia de un escritor peruano, Roberto Funes, que lleva una vida nómada hasta que se asienta en Lloret de Mar y logra el éxito antes de una muerte temprana.

El libro es ficción, pero la vida de Funes está influenciada por la del escritor chileno Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003), quien se exilió de Chile a México y, después, vivió en Barcelona y en varios pueblos catalanes. Era, según lo describe Serena, un escritor “visceral” desde joven, que, sin embargo, encadenó distintos trabajos variopintos, en mercadillos callejeros y como vigilante nocturno en un camping. En las dos últimas décadas de su vida se estableció en Blanes y durante los últimos siete años triunfó de forma “aplastante” entre el público y la crítica con su obra, un momento que coincidió con una enfermedad que empezó a agravarse, y por la que falleció a los 50 años. Sin embargo, tras su muerte se convirtió en un autor de referencia (por libros como Los detectives salvajes, 1998) en lengua castellana.

¿Qué parte biográfica y qué parte inventada hay, entonces, en esta nueva novela? “Es una novela, una obra de ficción, en la que, por así decirlo, hago que mi personaje recorra el mismo trayecto biográfico que Bolaño: es como si el esqueleto de la historia fuera la biografía de Bolaño, y el resto del cuerpo de la narración lo hubiera inventado”.

Serena se mueve en un terreno en cierta manera conocido, porque su anterior novela, Atila. Un escritor indescifrable (Tropo, 2014), también era ficción pero basada en el escritor real Aliocha Coll (Madrid, 1948-París, 1990), quien se suicidó en la capital francesa sin haber conseguido el éxito, tras haber apostado por una escritura de vanguardia que el propio Serena considera “ilegible”.

Hay, por lo tanto, un hilo claro entre ambas obras del escritor navarro, basadas en dos autores reales, con “cierto talante romántico”, y ambos entregados a la escritura contra viento y marea: “Sí son libros muy similares en algunos aspectos. En Últimas palabras en la Tierra no usé el nombre real del escritor, porque al ser un autor más popular me resultaba chocante emplear su nombre y hacer una invención”. Pese a lo llamativo de la propuesta, Serena recuerda que es una fórmula que, por ejemplo, ya utilizó el propio Bolaño en un cuento, Sensini, inspirado en el periodista y escritor Antonio Di Bennedeto; también lo hizo Julio Cortázar en El perseguidor, donde cambió el nombre del saxofonista Johnny Carter por el de Charlie Parker; o Ramón María del Valle Inclán en Luces de bohemia, donde Alejandro Sawa, también periodista y escritor, tiene un peso primordial en el personaje principal, Max Estrella.

una historia en el subconsciente Serena, periodista de formación, actualmente responsable de Comunicación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID/Cultura), y coordinador de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, descarta que haya una referencia periodística en Últimas palabras en la Tierra. Al escribir, este navarro afirma que no se lo plantea como algo rutinario; a veces, hay historias que se quedan en el subconsciente y que, tras darles vueltas, se presentan “de golpe”. Y ahí empieza el proceso.

Últimas palabras en la Tierra se añade a la carrera de este escritor tras los libros Las torres de El Carpio (Diputación de Córdoba, 2009), La estación baldía (Gadir, 2012) y la mencionada Atila, con la que Serena fue finalista del Premio Ojo Crítico de RNE 2015 y del Premio Alcalá de Narrativa, también en 2015. El País, además, lo incluyó en una lista de diez autores menores de 40 años a los que seguir. “Creo que, de algún modo, Atila fue mi primer libro. En el sentido de que lo que escriba posteriormente siempre guardará relación con esa novela, por muy distinto que sea”. Por el momento, las Últimas palabras en la Tierra serán las siguientes en este recorrido. Y prometen no ser las últimas.

Hoy. Javier Serena presentará hoy, a las 20.00 horas, su nueva novela en la librería Walden de Pamplona (Paulino Caballero, 31).