pamplona - Considerada por muchos como una de las compañías más transgresoras del nuevo panorama escénico, La Tristura se presenta sin embargo en Navarra -por fin, por primera vez en sus doce años de andadura-, con el deseo honesto de conectar con las emociones del público y sin pretensiones de resultar “moderna” ni “rara”. Así lo expresó ayer la actriz navarra Itsaso Arana, también creadora escénica junto con Celso Giménez de Cine, el montaje teatral con el que La Tristura aparece esta tarde en Pamplona.

El escenario del Teatro Gayarre acogerá a partir de las 20.00 horas esta pieza, en la que la compañía madrileña aborda desde una mirada poética y arriesgada el tema de los bebés robados a través de la historia de Pablo, un hombre que descubre que es un niño robado por el franquismo. De golpe se le hace añicos su identidad y emprende una búsqueda del relato que lo sitúe en el mundo. Así se inicia una road movie que lleva al protagonista a un viaje sin retorno que le irá revelando no solo su propia historia, sino también la de su país. La función, que se ofrece, dada su naturaleza, con aforo limitado, desarrolla su seguimiento a través de auriculares que serán facilitados a los espectadores a la entrada a la sala. Esa particular recepción del sonido, de manera individual y no comunal como suele ocurrir en teatro, es uno de los recursos que La Tristura emplea para componer el lenguaje poético que impregna la experiencia teatral de Cine; otro, una pantalla transparente a modo de telón que separa a espectadores e intérpretes, de manera que “los actores no respiran el mismo aire que el público”, explicó ayer el dramaturgo Celso Giménez. Todo ello, unido a un “tono interpretativo cinematográfico” que, en según qué escenas, se vuelve casi documental, contribuye a crear esa atmósfera especial en esta pieza teatral que huye del morbo y del drama, del tratamiento superficial que suele darse al tema de los bebés robados. “Nuestra intención es poner el tema en el día de hoy y ver cómo cada uno viviría esa búsqueda íntima de identidad desde una cierta calma loca”, comentó Itsaso Arana sobre la cuestión de los bebés robados, “un tema tan grande, tan complejo y tan silenciado” que por eso mismo resulta “estimulante” para llevar a cabo el reto de mirarlo de otra manera a la que estamos acostumbrados.

En esa nueva mirada aporta mucho la actriz Fernanda Orazi, quien da vida en la obra a tres personajes muy diferentes: la abogada que asesora a Pablo en su búsqueda, una camarera de hotel y el juez, “el personaje más poderoso, el que tiene los privilegios”. Orazi aseguró ayer que meterse en la piel del juez ha sido un reto interesante, por el hecho de tener que “asumir una voz que te pone en tensión, en conflicto, que te molesta”, y apuntó que como argentina se siente cercana al tema de los bebés robados, “también presente en mi país”. Fernanda Oranzi destacó la “fuerte resonancia” que tienen todos los creadores e intérpretes de Cine, “gentes muy diversas, cada uno con nuestra particular manera de estar en la escena”, con el tema de la obra, que La Tristura se decidió a abordar tras conocer de primera mano la experiencia personal de “un amigo muy íntimo” de la compañía que ha seguido un camino muy parecido al del protagonista. Uno de los 300.000 niños robados que hubo en España entre los años 1930 y 1980.

Compañía. La Tristura.

Creación y texto. Itsaso Arana, Celso Giménez.

Intérpretes. Itsaso Arana, Fernanda Orazi, Pablo Und Destruktion. Colabora la Escuela de Actores Butaca 78.

Voces. Roberto Baldinelli, Javier Gallego, Miren Iza, Eduardo G. Castro, Adriana Salvo.

Escenografía. Ana Muñiz.

Producción. La Tristura, Naves Espai de Creació y Festival de Otoño a Primavera de Madrid.

Cuándo. Hoy, 20.00 horas.

Dónde. Teatro Gayarre.

Entradas. 8 euros en sala.

Duración. 80 minutos aprox.