LOS ÁNGELES (EEUU). - Jurassic World: El reino caído, la última película de la saga multimillonaria Jurassic Park, que llega a los cines de Estados Unidos el próximo viernes, pretende llevar el universo creado por Steven Spielberg “a donde nunca hemos estado antes”, dijo el director de la película, el español Juan Antonio Bayona.
“Al hacer una película de Jurassic, hay pocas combinaciones posibles cuando tienes una isla con dinosaurios y una misión de rescate”, reconoció el cineasta sobre las similitudes argumentales entre El mundo perdido (1997), secuela de Parque Jurásico (1993), y El reino caído, continuación de Jurassic World (2005).
“Es inevitable que unas películas recuerden a otras, pero lo que me gusta de El reino caído es que apuesta por llevar el discurso de la clonación un paso más allá. Primero, dejamos atrás la isla para hablar de los dinosaurios en un contexto global y, después, dejamos de hablar de dinosaurios para hablar de personas”, confesó. “La historia afecta de manera muy directa al ser humano”, agregó Bayona,
Jurassic World, el anterior filme de la saga, es la quinta película de mayor recaudación de la historia, con casi 1.700 millones de dolares (unos 1.450 millones de euros). En ella un dinosaurio híbrido modificado genéticamente escapaba de un parque temático con criaturas prehistóricas y sembraba el terror entre los visitantes. Ahora, en El reino caído, los dinosaurios que habitan en la isla Nublar, donde se construyó aquel parque, se ven amenazados por la explosión de un volcán, y los protagonistas ponen en marcha una misión para evitar la extinción del mayor número posible de especies.
“He sido fan toda la vida de Spielberg y he aprendido mucho cine viendo sus películas”, concedió Bayona. “Esta película ha sido muy especial para mí, igual que poder trabajar mano a mano con él”, indicó.
Recientemente se cumplía el 25 aniversario de Parque Jurásico, la película con la que Spielberg revolucionó el cine. “Aquello fue un shock, cambió la manera de contar historias en la gran pantalla. Pero yo lo que más recuerdo son las secuencias de suspense y la construcción de la tensión a lo Hitchcock. Ese era mi objetivo aquí”, señaló Bayona.
El director aceptó el proyecto cuando Colin Trevorrow, coguionista del filme, le dijo que había diseñado la segunda mitad de la historia como un cuento de fantasmas en el interior de una mansión, terreno en el que Bayona es un experto como demostró en El Orfanato.
El catalán modula una feroz crítica sobre la avaricia de la sociedad, plantea dilemas filosóficos sobre la bioética y lleva la narración a su terreno más personal, el oscuro y claustrofóbico.