madrid - El autor estadounidense Tom Wolfe, padre del Nuevo Periodismo, dejó antes de morir en mayo de este año su testamento literario, El reino del lenguaje, un afilado y retador ensayo que cuestiona los estudios lingüistas de figuras como Noam Chomsky o Charles Darwin y que acaba de publicarse en español.

En El reino del lenguaje, publicado por Editorial Anagrama, Wolfe hace un agudo análisis sobre el origen y la evolución de la capacidad del lenguaje, el atributo que, en sus palabras, no solo “constituye el 95% de lo que eleva al hombre por encima del animal” sino “el atributo de todos los atributos”.

Un polemista e implacable Wolfe (1931-2018) reta y cuestiona a Charles Darwin, al que contrapone con su antagonista Alfred Russell Wallace, o al antropólogo Daniel Everett, cuya teoría cuestionaba la de Noam Chomsky, “la figura más famosa de la historia de la lingüística”. Con el impenetrable título de Estructuras sintácticas, Chomsky “emprendió el camino para convertirse en la figura más importante de los 150 años de la historia de la lingüística. Llevó la disciplina bajo techo y la volvió del revés”, reconoce el autor del libro, que se publicó en inglés en 2016. Pero esas declaraciones no le impiden al también dibujante y pintor enfrentarse en más de 160 páginas a la ortodoxia y poner en duda supuestas verdades absolutas que decidió investigar, documentar y argumentar. “Más que atacar la teoría de Chomsky, Everett la desechaba. Hablaba de su ‘menguante influencia’ y de la creciente evidencia de que Chomsky se equivocada al calificar de ‘innato’ el lenguaje. El lenguaje no era fruto de la evolución... de nada. Era un artefacto”, relata sobre el texto de Everett, No duermas, hay serpientes.

En seis capítulos, Wolfe además saca a relucir en muchas ocasiones su habilidad sarcástica y novelesca, así como su agudo sentido de cronista que puso en práctica durante varios años en The New York Herald. “¡Bam! Una noche luminosa caía en la cuenta. No fue como una revelación profunda, ni como el resultado de una especie de análisis, sino como algo tan absolutamente evidente que me negaba a creer que ningún sabio reconocido lo hubiera observado antes”, narra. “Hay una diferencia fundamental -continúa- entre hombres y animales, una clara línea de demarcación tan brusca e inamovible como un precipicio: el lenguaje”.

Wolfe asegura que solo el habla “confiere al animal humano” la capacidad de hacer planes e incrementar sus reservas de alimento a través de la agricultura, y le otorga “la facultad” de una memoria precisa y los medios para preservarla mediante el papel impreso o la fotografía.

El volumen ha sido traducido por Benito Gómez Ibáñez y coloca también como protagonistas al filólogo Max Müller, el geólogo Charles Lyell, el biólogo Thomas Huxley, el lingüista Morris Swadesh o el psicólogo B. F. Skinner.

Editorial Anagrama también reeditará tres títulos del escritor, Las Décadas Púrpuras, En nuestro tiempo y Los años del desmadre.