valladolid - El cambio climático y los flujos migratorios son dos de las consecuencias de la inestable relación entre el hombre y la naturaleza: al borde del apocalipsis, según el cineasta búlgaro Milko Lazarov, y con el lastre de la falta de identidad, en versión del portugués Joao Miller Guerra. Son dos de los directores que ayer presentaron sus películas dentro de la sección oficial de la 63ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que alcanzó su penúltima jornada y en la que también concursó el alemán Thomas Stuber.
Cine extremo, rodado a 42 grados bajo cero en la periferia del Polo Norte, llevó a Valladolid Milko Lazarov con Aga, una arriesgada película a caballo entre el documental y la ficción. El filme retrata a una pareja de esquimales que sobrevive en un medio hostil por medio de la caza, con prácticas ancestrales, fruto de una decisión premeditada que implica la renuncia de las comodidades y medios que les ofrecen sus hijos, incorporados al mundo moderno.
“La película es una metáfora de los instantes previos a la llegada del apocalipsis, cuando llega el momento de rendir cuentas por todo lo que ha hecho el hombre a lo largo de su vida”, explicó Lazarov sobre su segundo largometraje. “No fue mi propósito hacer una crítica al cambio climático, pero es algo tan obvio que no hacía falta remarcarlo en la obra”, aclaró.
Frente a unos que se resisten a abandonar su hábitat, otros optaron por la emigración hasta embarrancar en suburbios de metrópolis como el que habita el caboverdiano Miguel en Lisboa, protagonista de Djon África, ópera prima de los portugueses Joao Miller Guerra y Filipa Reis.
Miguel emprende un viaje a Cabo Verde en busca de su padre y de su reconciliación interior, en pos de sus raíces indígenas. El contraste le hace “conocerse a sí mismo” y asumir su naturaleza de inmigrante en Portugal y de turista en Cabo Verde, explicó Guerra. “Reflexiona sobre la cantidad de emigrantes nacidos en Europa que no acaban de encajar”, subrayó.
Y como una loa poética a la monotonía, el alemán Thomas Stuber presentó su último largometraje (A la vuelta de la esquina), donde muestra la vida de Christian, un joven que comienza a trabajar a pruebas en un hipermercado alemán que rezuma un aire exsoviético. - Efe