Tailandia. Con una estética a camino entre Altamira y el grafiti, el artista español Miquel Barceló evocó ayer el concepto budista de lo efímero en un espectáculo de pintura en Bangkok en el que los dibujos desaparecen como por arte de magia. A bordo de un barco en el río Chao Phraya que atraviesa la capital tailandesa, Barceló exhibió su Despintura fónica en un lienzo de 20 metros, el mayor sobre el que ha pintado hasta ahora, acompañado de música electrónica y de violín. El mallorquín usó un lienzo en el que el agua forma sombras negras que, al secarse, desaparecen. Foto: Diego Azubel