imagínense la escena. Un hombre persigue a una mujer con una motosierra a través de un bosque. Normal, asumido, cine de terror con psicópata sanguinario. Ahora, piénsela al revés... Difícil, ¿verdad? Los roles de género en el cine, como en la vida, siguen estando muy trazados y alterarlos provoca extrañeza. Incomodidad. Sin embargo, a lo largo de la historia del cine ha habido personajes femeninos que han roto estereotipos, ganándose apelativos de toda clase, desde loca a mala madre, arpía, diablesa, perturbada, hombruna, interesada... Por citar solo los más suaves. Es el precio por transitar por caminos no esperados. María Castejón Leorza, doctora en Historia, crítica y escritora, impartirá a partir de mañana un curso de 14 horas en el que llamará la atención sobre estas otras mujeres de cine y su importancia -o no- en el cambio de mentalidades.

Rebeldes y peligrosas es un proyecto en el que Castejón lleva trabajando tres años. “En un principio fue un comisariado que hice para el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) de cine al aire libre”, cuenta la experta, que tenía claro que el ciclo se iba a apoyar en la frase de Mae West “las chicas buenas van al cine y las chicas malas, a todas partes”. Trasladada al curso, los objetivos de esta actividad son “recuperar figuras del cine que nos han pasado muy desapercibidas, hacer otro tipo de lecturas de ellas y reivindicar a todas las mujeres que no han sido buenas”. Más que nada porque “es muy difícil ser rebelde y/o peligrosa”; porque el cine ha sido “un instrumento para perpetuar el pensamiento único y todos los mandatos de género” o “para dinamitarlos”. Aunque más bien casi siempre se ha practicado la primera opción. No hay más que ver que “en la mayoría de los casos las mujeres han sido personajes secundarios y, por supuesto, muy, muy buenas o muy, muy malas; los extremos”. Y muchas veces no se ha reparado en esas mujeres que “han roto con lo de ser buenas, sumisas, dependientes, y han querido ser protagonistas de las historias”. Es el caso, nuevamente, de Mae West, “que controlaba el dinero y sus diálogos en las películas”, generando personajes en los que posteriormente se inspiró lo que se dio en llamar la femme fatal. En este punto, Castejón no está de acuerdo con cierta tendencia del feminismo que critica el uso consciente de la sexualidad para conseguir algunos fines. “Es muy diferente cuando a una mujer se la pinta como un objeto a cuando Mae West se contonea por una pasarela, masticando y escupiendo el deseo de los hombres”. Otro caso muy conocido en este sentido es el que interpretó Sharon Stone en Instinto Básico, donde la protagonista “se merienda al personaje de Michael Douglas”.

por géneros El curso se estructura en géneros, comenzando por el western, donde la mujer tradicionalmente era la madre, la novia, la cantinera o la prostituta, pero donde también había personajes como Anita Oakley, una tiradora de rodeo que existió y a la que dio vida Barbara Stanwyck en una película homónima de 1935 de George Stevens, o la poderosa Vienna de Joan Crawford en Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954).

Las malas esposas y madres será otro alto en el camino, con títulos como Revolutionary Road, Los puentes de Madison, Rompecabezas o Mommy. También habrá un apartado dedicado a la violencia ejercida por las mujeres, “y ahí voy a hacer un recorrido interesante porque en este caso sí que ha habido muchos cambios”. Por ejemplo, en la acción, con caracteres como los de Ellen Ripley en la saga Alien; Milla Jovovich en Resident Evil; Uma Thurman en la serie Kill Bill; Charlize Theron, en Mad Max: Furia en la carretera, o Lisbeth Salander en Millenium. Sin embargo, “muchas mujeres se vuelven violentas por algún agravio, o practican la autodefensa, porque violentas de por sí no suele haber”, apunta Castejón.

Por otro lado, también habrá espacio para hablar del cine español, donde se pueden mencionar las películas que Najwa Nimri hizo con Daniel Calparsoro (Salto al vacío, Pasajes, A ciegas, Guerreros y Asfalto), o Carmina y Amén, entre otras.

Todos estos personajes se han convertido en rebeldes y peligrosas “por obligación, es decir, que en cuanto se han salido de los límites ya las han castigado con esa consideración”, o “por decisión propia; no les ha quedado más remedio al principio, pero luego descubren que cruzar la línea mola”. En cualquier caso, “una mujer que mira de frente siempre se percibe como incómoda”, añade la historiadora, que destaca “el poderío visual que tienen estas mujeres. Estamos faltas de referentes y además de mostrar a grandes enfermeras, investigadoras o escritoras, nos hacen falta también personajes más gamberros; porque las mujeres también pueden ser malas”. Y aclara que “estamos hablando en todo momento de ensoñación y de fantasía; de cine”.

A lo largo de las distintas sesiones del curso, al que van a asistir hombres y mujeres, se proyectarán fragmentos de las cintas citadas “y se debatirá mucho. La gente que ha asistido a mis clases sabe que soy de pocas certezas y que me gusta hacer preguntas”, afirma. Y agrega: “Yo no digo nunca que no se consuma un determinado producto, simplemente que la siguiente vez que se vea, se tenga capacidad analítica y crítica”.

libro María Castejón publicará el año que viene un libro a partir de la extensa investigación que ha realizado tanto para este curso como para el ciclo del CCCB. Entre sus publicaciones anteriores destacan Fotogramas de género (2013) y Más fotogramas de género (2015).