pamplona - La documentación es un tesoro y lo que precisamente hace grande un tesoro es que pueda ser contemplado por un gran número de personas. Y qué mayor tesoro que el legado cultural de un territorio. Pero una joya de este calibre debe ser bien conservada, cuidada y, posteriormente, difundida. Con esta premisa nació en 2017 el Archivo de la Música y de las Artes Escénicas de la Navarra, una iniciativa que impulsó el departamento de Cultura del actual Gobierno foral con el fin de poner en valor “todo lo que fue, es y será Navarra” en material cultural. Se trata de un proyecto que arropa a todas las creaciones pasadas y presentes de la música, la danza y el teatro y les dota de una identidad común. “Queremos que toda la realidad cultural de esta comunidad quede documentada y al alcance de la mano de todos en un futuro, para su investigación, su difusión y su consulta”, subraya el jefe de la Sección de Archivos y Patrimonio Documental del Gobierno de Navarra, Joaquín Llansó, para quien “crear una entidad que conecte todo lo que se está haciendo en materia cultural con la ciudadanía” ha supuesto un gran paso de esta legislatura.

El Archivo de la Música y de las Artes Escénicas de Navarra (AMAEN) partió como una de las grandes apuestas del departamento de Cultura para dar respuesta a la “necesidad” de establecer un lugar para la conservación del patrimonio cultural navarro en los ámbitos de la música, la danza y el teatro. “El proyecto consiste, fundamentalmente, en conservar en el Archivo de Navarra todos estos fondos que se han creado, se están creando y se crearán en un futuro, porque entendemos que forman una identidad singular dentro del conjunto del patrimonio documental de Navarra”, sostiene Llansó, para quien “no hay fronteras” entre estas tres artes, que constituyen “ámbitos estrechamente relacionados”. Precisamente por eso, fue muy importante desde un inicio buscar una “única identidad” de proyecto que, según afirma, se basa en el “concepto de fondo”. En este sentido, explica: “El fondo puede ser producido por una persona o una institución, pero no solamente se trata de la obra final de producción sino que se debe tener en cuenta todo el contexto de la creación; desde que un creador tiene una idea hasta que la plasma, por ejemplo, en una partitura”. Es por esta razón que el AMAEN supone un gran “almacén” de todos aquellos aspectos que van más allá de la pieza producida y tienen más que ver con lo que rodea a la creación en sí, tales como la música que el creador escucha y le inspira, aquellos libros que lee o la correspondencia que se escribe con otras personalidades, entre otros aspectos.

Todo esto con el objetivo primero de que, dentro de unos años, “si un investigador quiere acceder a la obra de un creador, tenga todo un contexto que acompaña a la creación en sí, además del resultado final”. Algo que resulta, según Llansó, “de lo más interesante” para realmente conocer las entrañas del legado cultural de Navarra.

36 fondos bien conservados Actualmente, el AMAEN cuenta con 36 fondos de personalidades e instituciones relevantes de la música, el teatro y la danza, así como documentación relativa a estas disciplinas que pertenece a los fondos de Diputación y Gobierno foral. Las donaciones que realizan herederos de algún legado cultural son indispensables para crear un gran fondo, aunque, tal y como afirma Llansó, el contacto con creadores que se encuentran en activo en estos momentos “es fundamental”. Es el caso del dramaturgo Alfredo Sanzol, la compositora Teresa Catalán o los coreógrafos Laínez y Martínez, que han donado toda o parte de su obra. “Poder charlar con ellos y comentar todo lo que va más allá de la obra final, es decir, todo lo que ha rodeado al proceso de creación es clave; y que sean ellos mismos quienes lo cuenten resulta muy interesante para todas aquellas personas que quieran acceder a estos fondos”, dice, y añade: “Para poder acceder hoy en día a sus trabajos, hemos desarrollado una metodología nueva que consiste en que los creadores declaren su voluntad de que, en un momento determinado y cuando haya concluido su proceso de creación, su documentación asociada a este proceso venga a conservarse al Archivo de Navarra; con posterioridad, y según los ritmos que la propia personalidad establezca, se irá enriqueciendo esta aportación hasta que la obra de creación concluya”.

Además de la conservación, otro aspecto en el que trabajan desde el AMAEN es la difusión. “El Archivo de Navarra dispone de una página web abierta a todo el público en la que próximamente toda la documentación será volcada”, comenta. Y añade que otro elemento importante del proyecto es la puesta en valor, es decir, los responsables de la entidad no se contentan con que la información esté disponible sino que entienden que “algo más hay que hacer para que la ciudadanía perciba cuál es el esfuerzo que se realiza en los ámbitos de la danza, la música y el teatro”. Asimismo, también se trabaja en un censo de fondos de los tres ámbitos culturales de interés para Navarra y que no se encuentren en este territorio. “Esto servirá para que cuando un investigador venga y se interese por un fondo determinado le podamos informar sobre dónde está y darle los datos de contacto para ponerle en comunicación con la entidad que almacene ese fondo”, agrega Llansó.

no hay donación pequeña El jefe de la Sección de Archivos y Patrimonio Documental subraya que, ahora, lo más importante es “promover las donaciones por parte de particulares”. Actualmente se cuenta con 36 fondos y ya se está en vías de conseguir “un buen número” de donaciones, que todavía no se han firmado. Según adelanta, se trata de “quince o dieciséis donaciones más que enriquecerán mucho el fondo. En los próximos dos o tres meses el Archivo contará con las piezas esenciales de lo que es la música aquí”, avanzó, y matizó que hay otros ámbitos en los que es necesario un impulso mayor, como la danza. “Así como en la música o el teatro es fácil que exista esa preocupación por la conservación del patrimonio documental, en la danza hemos detectado que es más complejo”, dice.

Y para fomentar el número de aportaciones, Llansó afirma que “no hay donación pequeña”. Según comenta, hay que fijarse en que la investigación desde una perspectiva biográfica “generará más documentación o menos” pero que no solo se tiene en cuenta este perfil, sino también, por ejemplo, las transversalidades que hace estudiar la música de una determinada época en Navarra. Es decir, “lo que se pretende es que este sea un proyecto de todos y toda aportación es relevante para documentar este proyecto”, apunta, y agrega: “Lo que queremos, a fin de cuentas, es que si una persona quiere investigar, por ejemplo, qué se hacía en el ámbito del teatro en el año 2000 en Navarra cuente con muy diversas herramientas que le den una perspectiva amplísima de la realidad de ese año en la comunidad”.

A día de hoy resulta imposible cuantificar el número de documentos que alberga el AMAEN. “Los fondos de Jesús García Leoz eran más de 1.500”, cuenta la técnico de la institución, Patricia Rodero, a lo que el jefe de la Sección del Archivo de Navarra, Félix Segura, añade: “Ahora estamos en un momento de plena eclosión, recibiendo mucha documentación, por lo que el año que viene ya podremos dar una cifra más o menos exacta del número de archivos que almacenamos”. De momento, su trabajo se centra principalmente en la conservación y catalogación de todos los fondos que reciben. “El eje de este programa es siempre el patrimonio y este desencadena el inicio de las tareas de tratamiento, descripción, inventario, conservación, restauración y digitalización que llevan su tiempo”, apunta.

consulta activa Los documentos que se almacenan en esta institución ya han sido consultados por varias personas que han mostrado su interés. “A los tres meses de recibir un fondo ya debemos tener un inventario suficientemente claro como para que cualquier investigador pueda hacerse una idea real de cuál es el potencial investigador de ese fondo”, aclara Llansó. Asimismo, hay que tener en cuenta que no solo importa el número de fondos sino también su tipología. Es decir, en el Archivo se pueden encontrar documentos tan diversos como fotografías, correspondencia, partituras, vídeos, rollos de pianola, rollos de pizarra... “Estamos articulando los mecanismos para facilitar el acceso a todo ese tipo de diversidad tipológica; con el fin de que cualquiera pueda acceder a ese vídeo o a esa pianola”, indica Segura.

Y gracias a esta labor el acceso a los mismos ya es posible. “Ha habido personas que se han acercado para tener una visión más amplia de un momento histórico determinado; también se han acercado intérpretes en busca de repertorio; pero también se han pedido otros fondos como fotografías o grabaciones”, afirma Rodero, quien se alegra de que estos fondos “se estén ya consultando”.

institución de referencia El reto que se plantean los responsables del AMAEN para un futuro próximo es convertir a esta institución en “una referencia para la música, la danza y el teatro en relación con lo que es el patrimonio documental”, sostiene Llansó, para el que “esto debe ser mediante un acuerdo, un acercamiento y una conexión entre la institución y los creadores. No me cabe ninguna duda de que vamos a conseguir muchos resultados con nuestro objetivo final de constituirnos en una institución de referencia, de manera que se conserve aquí todo ese patrimonio, cuando tengamos tendido ese puente tan fundamental con los creadores”, añade, y concluye: “En ello estamos trabajando en el presente para tener un futuro con gran documentación cultural en los ámbitos de la música, la danza y el teatro”.

Fondos musicales. Se cuenta con las donaciones de las creaciones de Emilio Arrieta, Tomás Asiain, Francisco Beruete Calleja, Arturo Campión, Teresa Catalán, Natalio Cayuela, Jesús Echeverría Jaime, Isidoro Fagoaga, Gaiteros de Estella, Jesús García Leoz, Vicente Gironés, María Dolores Higueras, familia Huarte, Mikel Iriarte, Santos Laspiur, Estanislao Luna, Koldo Pastor, Fernando Remacha, Francisco Rodriguo, Manuel Turrillas, Ricardo Visus y Martín Zalba. Además, se conservan dos partituras de Pablo Sarasate y Mariano García Zalba. También está en cesión de uso el fondo del Orfeón Pamplonés.

Fondos de teatro. En teatro, han donado sus fondos al Archivo la Escuela Navarra de Teatro, Aurora Moneo, Nieves Oteiza, Retablo de figurillas, Ventura Ruiz y Alfredo Sanzol.

Fondos de danza. Los fondos de danza que se conservan pertenecen a la Escuela de Danza de Navarra, Laínez-Martínez y Almudena Lobón.