la tele es capaz de producir personajes que alcanzan rápida fama y conocimiento público; es el fenómeno de la popularidad que se dispara como un castillo de fuegos artificiales, iluminando brevemente la vida de actores tocados por el reconocimiento social y ciudadano. Andy Warhol hablaba de la bien ganada y breve fama del personal, a la que tenía derecho la ciudadanía de la aldea global, al menor una vez en su vida. Cierto que el celebrado pintor hablaba de un puñado de minutos de gloria, y muchos personajes de las teles sobrepasan este escueta medida, y se hacen populares y reconocibles por una, dos o tres temporadas televisivas, pero al final, todos quedan arrumbados por el paso del tiempo y la necesidad de generar tipos/as que sustenten la maquinaria asoladora del medio audiovisual. La imagen de Saturno devorando a sus hijos puede valer para plasmar el modelo mediático que domina nuestra sociedad. En el programa de Alfonso Arús, hay un personaje delicioso que bajo el rótulo de 1x1 El Sevilla hace las delicias del personal por sus comentarios de actualidad cada mañana en Arusitys, un espacio de vídeos, comentarios tertulianos sobre los mismos y actuación estelar de este personaje que esconde bajo su apariencia de barbudo pitufo, encarna la sabiduría elemental de los gnomos en la jungla de lo que ocurre en el mundo mundial, en modo de monólogo. Miguel Ángel Rodríguez es el nombre civil de este estratega de la palabra, capaz de liarla parda cada mañana repartiendo zascas a tutiplén, al hilo de los que ocurra, desde una propuesta de imponer impuestos a las vacas por sus flatulencias contaminantes hasta los nuevos uniformes de Mercadona en busca de mejorar la necesidad de incentivar la pulsión compradora de los clientes. Todo cabe en el imaginario crítico de este humorista, popular gracias a la tele. Es una muestra más de pitufo/gnomo en la selva mediática donde circula la inteligencia del humor y el descaro de 1x1 El Sevilla.