PAMPLONA. El Pabellón de Mixtos de la Ciudadela acoge hasta el próximo 12 de mayo una exposición, integrada por 48 fotografías contemporáneas de la Colección de Telefónica, que reivindica la imagen como vehículo de expresión artística.

Se trata de 48 obras representativas de la historia reciente de este medio desde 1973 hasta 2007, un periodo "de cambio profundo en la forma de concebir el uso de la fotografía en el ámbito artístico y que determinó su incorporación definitiva a los circuitos del arte, reivindicando su papel como vehículo de expresión artística", según se ha puesto de manifiesto en su presentación.

La muestra ha sido presentada por la concejala delegada de Cultura y Educación, Maider Beloki, y la responsable de Colecciones e Itinerancias de Fundación Telefónica, Laura Fernández Orgaz.

En ella, según la información facilitada por el Ayuntamiento de Pamplona, se da cuenta de esas tres décadas de gran experimentación y de construcción formal de la imagen contemporánea posmoderna, como el apropiacionismo de Baldessari, Richard Prince, Sherrie Levine o Vik Muniz, las reflexiones sobre el cuerpo y la identidad de Marina Abramovic y Cindy Sherman, o las imágenes de la escuela alemana creada en torno al trabajo del matrimonio Becher.

El recorrido se inicia en la planta baja con obras de Richard Prince, Sherrie Levine o Louise Lawler que plantean una reflexión sobre el propio medio fotográfico. Estos artífices del apropiacionismo recuerdan al espectador que la imagen contemporánea es una construcción cultural.

Otros autores incluidos en esta sala basan su trabajo en el análisis y la subversión de los estereotipos, según la citada fuente que destaca las obras de Jurgen Klauke, que explora la noción de masculinidad para quebrantar la concepción tradicional de lo que supuestamente significa ser hombre a través de una estética de la ambigüedad.

Asimismo resalta el trabajo de Cindy Sherman, que critica en sus obras las diversas tipologías que conforman los arquetipos de la feminidad.

Al respecto, el texto de la muestra recoge que es en estos momentos cuando el cuerpo se erige en un laboratorio desde el que investigar nuevas posibilidades expresivas, tanto a nivel formal como conceptual.

En algunos casos, según apunta, como sucede en el trabajo de Helena Almeida, se convierte prácticamente en una mancha abstracta y en otros, como John Coplans, la representación fragmentada de un cuerpo sin rostro genera la casi desaparición del individuo.

Otros autores como Zhang Huan o Marina Abramovic convierten su propio cuerpo en el centro de sus performances registradas fotográficamente.

Generaciones de artistas posteriores van dando lugar a nuevos planteamientos, como Sam Taylor-Wood, el nuevo documentalismo de artistas como Paul Graham o el juego con lo aleatorio de Philip Lorca diCorcia.

También se recogen obras del brasileño Vik Muniz, creador que construye con diversos materiales, réplicas de imágenes ya conocidas para luego fotografiarlas.

En la primera planta se exponen obras relacionadas con la representación de la arquitectura y del paisaje, entre ellas, según resaltan, las propuestas formales más importantes de la fotografía de las últimas décadas: la Escuela de Düsseldorf y sus maestros, Bernd y Hilla Becher.

Sus obras reivindican el realismo como una opción estética válida para la fotografía artística, como una solución formal para ensalzar las cualidades intrínsecas de la fotografía. En la exposición pueden encontrarse obras suyas y de sus discípulos Candida Höffer, Thomas Ruff o Andreas Gursky.

Se exhiben fotografías de gran formato para representar distintos espacios construidos, según los organizadores, que destacan en relación con la fotografía de naturaleza los trabajos de Gabriel Orozco, Olafur Eliasson y Perejaume.