pamplona - Como en casa, así se siente Rosana sobre las tablas en esta etapa de su gira En la memoria de la piel. Y es que la cantautora canaria se planta en el escenario a guitarra y voz, como “si estuviéramos en mi salón y quedara con unos amigos”. Esos amigos, el público, dictarán el repertorio de la cita de este viernes en el Gayarre. “Ellos van pidiendo y yo voy cantando”, adelanta.

El verano pasado, sumergida en pleno tour por Latinoamérica, ya superaba los 100 conciertos y afirmó que todavía estaban “en el meridiano de la gira.” Y aquí está, meses después. La piel tiene memoria, ¿pero no pide descanso?

-(Risas). No, no, la piel tiene memoria pero la realidad es que no solamente no pide descanso, sino que, además, no me lo regala a mí, que es lo más problemático. Llevamos prácticamente tres años y medio de gira, empezamos en el 2016 y aquí seguimos... pero ya le he dicho a mi equipo que, por favor, necesito ponerme a componer el próximo disco, porque si no, no lo voy a hacer nunca y hay canciones llamando y que quieren salir...

En 2017 presentaste En la memoria de la piel en el Teatro Gayarre, pero hoy regresa en un formato diferente: únicamente a voz y guitarra. Al desnudar las canciones así, ¿se encuentra con su esencia y las sensaciones se multiplican?

-Se amplifica mucho todo, las canciones al desnudo son brutales. Pero aunque cualquiera pueda asociar a que este momento íntimo es relajado o incluso melancólico... nada más lejos de la realidad. Se convierte en una festividad en la que, al final, todo el mundo acaba de pie y bailando. Estos conciertos son un encuentro muy mágico y muy peculiar, algo que no sé explicar porque estoy encima del escenario... Pero sí sé que el espectáculo más bonito es el que yo veo desde ahí arriba: la cara de la gente de que lo está pasando bien.

Hablamos de desnudez y, como artista, este formato también implica el desnudarse uno mismo.

-Todo el tiempo, al final de eso trata la vida. La vida hay que vivirla con intensidad en cada uno de sus momentos y cuando uno comparte lo que más ama hacer, que en mi caso es la música, estás obligada, o deberías incluso estar obligada por ley, a tener que hacerlo así, sí o sí. Al final una canción une y marca tanto que realmente estás obligada a desnudarte y a entregar no el 100%, sino el mil.

La piel tiene memoria, siente, se eriza y, además, ¿es la misma para todos, sin importar edades, sexos o colores?

-La peculiaridad de la piel es precisamente que no es peculiar, que no es una en cada uno. En el disco hablo de lo que se despierta en la piel cuando a uno le acarician, o incluso de cómo la piel se emociona y, de repente, se te ponen los pelos de punta sin que uno lo gestione con la cabeza. Eso es lo único que yo creo que ni siquiera los buenos actores y las buenas actrices son capaces de inventar. He visto gente que hace que llora o ríe mejor o peor, pero no he visto nunca que la piel se nos erice de una manera deliberada. Y es curioso, porque es la piel la que nos avisa que algo acaba de calarnos y por eso se te ponen los pelos de punta. Cuando me di cuenta de eso, me mereció una canción que acabó siendo un disco de reconocimiento a algo tan bonito. Y eso nos pasa a todos. Cuando suena música que nos gusta, que nos emociona o que nos hace llorar, se nos eriza la piel y no tiene ni edad, ni color ni nada. Es un código aparte, pero es de los pocos códigos de una verdad desnuda y auténtica.

Precisamente cierra la reedición de En la memoria de la piel invitando a vivir Sin tanta ropa, ¿hoy día, sobran capas y hace falta desnudarse más, incluido el corazón?

-Totalmente y, sobre todo, ser conscientes de lo importante que es la verdad, hasta el punto de quedarte en pelotas y decir: ésta soy yo, aquí estoy y así soy ahora. Y esperar que esa verdad sea más recompensada que la mentira, que parece que está en alza.Y que las redes sociales no sean solo un Archivo de momentos felices.

-Claro, así es. Una de las cosas más bonitas de las redes es que uno puede exponerse hasta donde quiera y creo que hay que exponerse al mil. Sobre todo que cuando la gente te recuerde, no te invente y sepa quién eras. Y tú de los demás, igual.

Si como dice una de sus últimas canciones, Soñar es de valientes, quienes persiguen sus sueños, ¿qué son?

-Logradores. No solamente soñar es de valientes, ya que el sueño no termina en sí mismo. El sueño termina en el camino de la realización. Que luego lo harás realidad, o lo harás realidad de otra manera, o será otro tipo de sueño... pero uno no puede negarse a soñar, ni mucho menos negarse a perseguir ese sueño.

Caigamos en una pregunta quizá ya manida, pero... ¿qué es la música para Rosana?

-La música para mí es el mejor pegamento entre los seres humanos, es el mejor punto de encuentro ante el alma de la gente y, definitivamente, la música es la única que sabe medir lo que vale un silencio. La música es todo, es como el aire: uno solamente sabe lo que vale cuando te tapan la nariz y la boca y te estás asfixiando.