Las brujas han estado siempre presentes en la sociedad. Desde su persecución y asesinato en tiempos de la Inquisición hasta la actualidad.

No en vano uno de los lemas que resuena en todas las marchas y concentraciones feministas es "Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar".

Han sufrido, como todo, una metamorfosis con el paso del tiempo, pero la persecución hacia quienes suponen un dolor de muelas para aquellos que ostentan el poder siempre ha estado presente. Precisamente, esta evolución de la figura de la bruja es la base del trabajo de Bernard Hausseguy, Béranger Laymon y Maia Villot que se expone, hasta el 5 de mayo, en el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte bajo el nombre Emen Hetan Witchy Bytchy Ding Dong it s Sabbat Time. Se trata del resultado de una residencia artística impulsada por la Asociación Coop de Baiona, el espacio Azala y el Centro Huarte. El trabajo de estos tres artistas parte del proceso de De Lancre y explora "la figura de la bruja, los procesos que tienen que ver con la bruja y la metamorfosis de esa idea de bruja entendida hoy". Cada uno de ellos ha trabajado de manera independiente aunque la influencia de uno en el trabajo de otro "es inevitable".

Maia Villot, que presenta diferentes banderas, se basa en la femme fatale, la imagen de la mujer en el porno, trap o rap y por eso en todo su trabajo aparece la higa un símbolo de protección contra maleficios u otras figuras relacionadas con este mito. Bernard Hausseguy, por su parte, lo que más le interesa tratar en su trabajo es "la fricción entre el individuo y los miedos y temores, así como la reflexión sobre que esta mitología se ha trasladado al tiempo presente y se ha actualizado", algo que muestra a través de diversas pinturas y un audiovisual.

Béranger Laymon, por último, recrea a través de una instalación el caos que generó Pierre de Lancre y la Inquisición con su caza de brujas y la búsqueda permanente de la figura del diablo. De hecho, los dos artistas franceses llevan trabajando sobre el akelarre y la caza de brujas desde hace más de tres años y cómo esta ha llegado a nuestros días: fragmentada, interpretada, juzgada, destilada y comercializada por los propios actores del proceso.

Los dos se interesan por la noción del rumor como detonador de acontecimientos y esto continúa en la exposición del Centro Huarte donde, junto a Villot, proponen explorar la reproducción y metamorfosis del mito de la bruja a través de los siglos y parten de la CAV por haber sido una tierra marcada por la historia de la caza de brujas.

Bajo el ímpetu de los escritos de Sylvia Federici, Starhawk o la investigación independiente de Anna Colin y otras, la bruja aparece en los últimos años como una encarnación radical de la contracultura. En este sentido, en el centro de la investigación de los artistas se encuentra la carga subversiva que esta figura lleva consigo hoy, así como su lugar en la historia de este territorio.

Los tres creadores consideran que en la época medieval "se cuestionaba a todo aquel que iba en contra del sistema hegemónico y a día de hoy también se imponen determinadas medidas de austeridad para frenar a quienes se salen de la norma establecida".

Así, la exposición también revisa los "sistemas de represión de la actualidad". La exposición se podrá visitar los viernes, de 17.00 a 20.00 horas y los sábados, domingos y festivos, de 11.00 a 14.30 horas.