pamplona - Ha escrito siempre. Desde antes de cumplir los 10 años. Y tiene una gran caja llena de textos de todo tipo creados en distintos momentos de su vida. El germen de esta inquietud literaria fue la lectura. Ana Liyu (Pamplona, 1981) devoró todos los libros que había en la biblioteca de sus padres, primero, y de sus abuelos, después. Y a partir de ahí creó sus propios relatos. Varios de ellos los reunió en un volumen que editó “de manera artesanal” durante los años en los que vivió en Madrid y otros han aparecido junto con los de más autores en diversos soportes. Ahora, la editorial Tandaia le publica El verde de las lápidas, su primera novela en librerías, que presentará este viernes, a las 18.30 horas, en Elkar Comedias.

El libro está protagonizado por Simón, un joven criado en una calle de casas adosadas a un cementerio al que se le ocurre montar un peculiar negocio relacionado con el camposanto que pronto recibirá numerosos clientes. Él vive con sus abuelos y se relaciona con Román e Iris, amigos desde la infancia, va siempre al bar situado frente a su vivienda y nunca sale de su calle. No puede. El cambio, al que a veces se reacciona con temor, “pero que es inherente a la vida, aunque nos hayan grabado casi a fuego el sentido de pertenencia”, es el concepto fundamental de esta novela. Ana Liyu se dedica a la cooperación y ha trabajado en distintos proyectos sociales que le han llevado a África y a otros continentes y a vivir en distintas ciudades. Precisamente, esta historia se le ocurrió durante una visita al Cementerio dos Prazeres de Lisboa, donde residió durante tres años. “Allí vi una cosa que me hizo pensar en la idea de negocio del protagonista”, comenta la autora, que también se inspiró en el Greyfriars de Edimburgo, ciudad que conoce bien. “Cuando viajo me gusta visitar los cementerios porque contienen mucha información cultural”, agrega. Por ejemplo, en el caso del escocés, “la gente pasea entre las tumbas como en un parque cualquiera”. Además, junto a él hay una hilera de casas con ventanas que se asoman a las tumbas todos los días. Mezclando ambos cementerios creó el de este texto que “no sucede en una ciudad concreta”, de modo que puede ser cualquiera.

un espacio de calma El verde las lápidas sucede en ocho o nueve meses en los que los personajes evolucionan en distintas direcciones. Y no solo los personajes, sino también el lugar, “porque los cementerios están cambiando mucho y aún lo harán más en el futuro; algunos incluso se están convirtiendo en bosques”.

Además del cambio, las diferentes opciones vitales aparecen reflejadas en los variopintos clientes que recibe Simón, “y que nos muestran como hay distintas formas de enfrentarse a la muerte, pero también a la vida”, indica la autora. Por esa peculiar oficina pasan pintores, pensadores, músicos, skaters, niños, viudas, amantes, amigos..., encontrando allí, en ese pequeño universo, “un espacio de calma, de pausa, en medio del bullicio, la prisa y el estrés con el que vivimos todos hoy”, donde “la gente puede hablar y escuchar”. Ese tono se extiende a toda la calle, donde lo vecinos tienen una relación muy estrecha y comparten muchos momentos de sus días. Los buenos y los malos.

Los dos pilares centrales de la vida del protagonista son Abuela y Abuelo. Así, en mayúsculas y sin artículo, en un guiño de Liyu a la escritora Milena Agus. También es un homenaje a sus propios abuelos. “Esta sociedad no valora lo suficiente a las personas mayores; yo he podido tener una relación muy cercana con los cuatro y todavía me queda una abuela de 90 años, he sido muy afortunada”, cuenta. Y los amigos íntimos, esos que cuidan y a los que se cuida, también juegan un papel fundamental en la trama, que no se enmarca en ningún género ni admite etiquetas.

charlas, exposiciones Conseguir una editorial es una tarea difícil, “sobre todo si no eres una autora conocida”, pero cuando la pamplonesa estaba a punto de tirar la toalla tras dos años de rechazos, la llamaron de Tandaia. Eso sí, al tratarse de una editorial pequeña, la difusión corre de cuenta de Liyu, y, tras la presentación que hizo en Barcelona, hoy toca la de Pamplona, el 25 de mayo estará en Madrid y en junio en Lisboa. Y entre una y otra cita, y en el tiempo que el trabajo le deja libre, seguirá leyendo, escribiendo, rescatando libros de mercadillos, haciendo manualidades y ofreciendo charlas y actividades en colegios y bibliotecas sobre la obra de otros/as escritores/as cuya obra le gusta dar a conocer.