pamplona - La Capilla Renacentista de la Coral de Cámara de Navarra y la compañía de danza Kon moción han preparado para este sábado una cita especial, el programa Tempus in Templo, con coreografía y dirección escénica de Becky Siegel y dirección musical de David Guindano, director artístico de la Coral. El espectáculo tendrá lugar a las 20.00 horas en la Sala de la Muralla de Baluarte. Las entradas ya están a la venta por 15 euros.

Tempus in Templo supone la creación de un discurso coreográfico sobre música renacentista en directo y con textos extraídos, entre otras fuentes litúrgicas, del libro de los Salmos. Se trata de una danza que parte de lo religioso y busca también lo espontáneo y que encuentra su inspiración en el pasaje de Samuel, donde se afirma que el futuro Rey David alabó a Dios bailando. El título alude a la presencia del ritmo (tempus) en un entorno religioso (templo) y coincide felizmente con la intención de la UNESCO para la celebración de la danza en este 2019, cuyo mensaje de este año hace referencia a la espiritualidad.

Durante la presentación que tuvo lugar ayer, Becky Siegel comentó que esta producción llevaba rondando en su cabeza y en la de Guindano desde hace “varios años” y añadió que la compañía de danza Kon moción, compuesta por seis bailarines para este trabajo, “lleva profundizando en esta música desde otoño, trabajando en una mezcla de coreografía e improvisación guiada que supone una especie de híbrido” del trabajo que ella misma realiza con las dos compañías estables que dirige -Tempomobile y Kon moción-.

Siegel apuntó que de inicio “acercarse a esta música, algo que se ha hecho desde el máximo respeto y admiración, ha sido sanador”, y añadió: “Los ensayos han servido para olvidarnos de lo que ocurre en el día a día de nuestras vidas, ayudándonos incluso a superar circunstancias complicadas personales que hemos tenido”.

Asimismo, Siegel comentó que una idea importante para ella en este montaje “ha sido transmitir entre lo divino y lo humano. Partiendo de lo literal, lo humano, viajar a una abstracción; por ejemplo, en esa idea de la condición humana de dolor de la madre que ha perdido a su hijo, reflejado en el Stabat Mater de Josquin des Prez, hemos recreado ese dolor y después una sensación de vacío, casi oteiziana; una ausencia que nos conduce a una abstracción y una necesidad que, de alguna manera, como seres humanos plasmamos con arquitectura, música o danza”, destacó.

Por su parte, David Guindano resumió las palabras de la coreógrafa con esa idea de “la belleza como respuesta a la tragedia de la vida”. También aprovechó para contar que el coro estará formado por 16 cantantes en el orgánico máximo pero que no siempre cantarán todos ellos. El repertorio de música sacra seleccionado, con obras de hasta siete voces diferentes, a priori no es un repertorio pensado para ser bailado, pero el resultado es respetuoso, brillante y muy sugerente. - D.N.