valladolid - El ritmo del tradicional baile georgiano protagonizó la segunda jornada de la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con la proyección de And then we danced, de Levan Akin, en la que la danza convive con los tabúes de una sociedad homófoba.

En una edición en la que Georgia es el país invitado, la cinta del sueco Akin dio el acelerón a la segunda jornada de la Sección Oficial con la historia de un joven bailarín de la Compañía Nacional de Danza de ese país, Merab (Levan Gelbakhiani), quien se enamora de su compañero.

Y con ellos se enfrenta así la tradición con la evolución en un país marcado por la Iglesia Ortodoxa, según explicó tras el pase de prensa su director, un melómano confeso que defendió que se trata de una película “sobre la juventud” y por tanto mezcla melodías tradicionales de Georgia con canciones actuales.

Confesó que decidió rodar esta cinta ante la represión que sufrieron unas cincuenta personas “valientes” que fueron atacadas tras desfilar en actos del Orgullo Gay por las calles de Georgia.

El segundo pase de la jornada en la Sección Oficial fue Eco, del islandés Rúnar Rúnarsson, ganador del premio al mejor largometraje en la sección Punto de Encuentro en la 56 Seminci, y que ahora regresa con una historia sobre la Navidad que rompe con el tradicional esquema griego de planteamiento-nudo-desenlace y muestra 58 escenas cuya única conexión es pertenecer al periodo navideño.

El cineasta, que también ganó en 2015 la Concha de Oro en San Sebastián, sostuvo que la Navidad es el punto de unión entre las diferentes historias al funcionar como “amplificador de las emociones”, ya que considera que todo el mundo tiene una opinión formada sobre este periodo del año.

Otra debutante en el festival de Valladolid fue la realizadora franco-tunecina Manèle Labidi, que se ha servido de Arab blues para esbozar una diagnosis de su país de origen después de ocho años convulsos, desde el punto de vista político y social con la caída del régimen dictatorial de Ben Ali y la denominada Primavera Árabe. - Efe