valladolid - Valores ancestrales de recorrido secular en culturas y ámbitos multiformes revisó y puso en cuestión el festival de cine de Valladolid, a través de filmografías tan dispares como la china y la turca, que junto a la ópera prima del español Carlos Polo Menárguez compitieron ayer.

La geografía y naturaleza han condicionado las formas de vida y contribuido a fijar valores inapelables durante siglos pero discutibles a la luz del mundo contemporáneo, como plantea el realizador turco Emin Alper en Kid kardesler, la historia de tres hermanas atrapadas en la atmósfera asfixiante de una aldea en medio de una orografía severa y opresora. La sumisión a un patriarcado familiar, donde la mujer carece de opinión y no participa en su destino personal, gravita como una losa sobre las tres adolescentes. Desde otro contexto, la china Lulu Wang enfoca la misma cuestión en The farewell, muy bien acogida en esta 64ª Seminci que hoy recibe a algunos de los pesos pesados de la sección oficial, el serbio Goran Paskaljevic y los hermanos belgas Jean Pierre y Luc Dardenne.

Junto a ellas compitió la segunda película española aspirante a la Espiga de Oro, El plan, una tipología de masculinidades perversas con diferentes respuestas en forma de conductas, muy bien recibida por el público. El cobarde frustrado, el abúlico que desahoga en los vicios su falta de madurez, y el acomplejado por su impotencia sexual son los tres caracteres desplegados en un filme que es la adaptación cinematográfica de la obra teatral del mismo nombre, de Ignasi Vidal. - Efe