Casi 150 personas, entre autores, ilustradores, traductores y editores, en su mayoría mujeres, han participado en No me cuentes cuentos, una obra que recoge la historia real de un centenar de mujeres de todos los tiempos, procedentes de toda la geografía estatal y con carreras profesionales de lo más diversas. Se trata de una iniciativa impulsada por la agencia de comunicación Prodigioso Volcán y la newsletter Kloshletter. Sus periodistas se percataron de que, pese a la cantidad de literatura sobre mujeres en librerías, no había ningún volumen que recogiera el talento del pasado y del presente. Y se pusieron manos a la obra. Primero elaboraron una lista de candidatas, lo que, según las promotoras del proyecto, “no fue fácil porque, a medida que se alejaban del siglo XX, escaseaban las que habían trascendido”. Y lo mismo ocurría en campos como la ciencia “donde, en muchos casos, su trabajo había pasado desapercibido”. Pero perseveraron y el listado sumó más de 200 nombres que decidieron reducir a 100 para arrancar. A partir de ahí comenzaron a escribir los primeros cuentos y a publicarlos en Internet, “y enseguida empezaron a sumarse al proyecto todos aquellos que oían hablar de él, entusiasmados con la idea”.

Después de esta primera incursión la red, la propuesta tomó voz gracias a Podium Podcast y, finalmente, se ha encarnado en libro de la mano de Montena. El volumen se presentará el martes 17 de diciembre en la Fundación Telefónica de Madrid. Todas las autoras han cedido sus beneficios a la Fundación ANAR de ayuda a la infancia y adolescencia. El objetivo de No me cuentes cuentos es ofrecer la historia de estas mujeres como ejemplo e inspiración para las niñas que comienzan a pensar en su futuro. Dos las figuras retratadas con trazos y letras son navarras: la neuróloga Maite Mendioroz y la herbolera Jurdana de Irisarri. Y desde Navarra varias profesionales han contribuido a dar visibilidad a vidas que merecen su lugar en el imaginario colectivo.

Voilà Ilustración

Educar en valores

Beatriz Menéndez o, lo que es lo mismo, Voilà Ilustración y Diseño supo del proyecto a través de Itxaso Recondo, de Prodigioso Volcán, “que escribe de maravilla”. “Me pareció una idea genial y no lo dudé porque sabía que podíamos hacer algo bonito”. En su caso, primero en la web y ahora en el libro, ha ilustrado los dos cuentos escritos por Recondo. Uno de ellos sobre María Teresa León, “escritora estupenda que quedó un poco eclipsada por su marido, Rafael Alberti”, pero que “fue capaz de romper con todo tipo de convenciones sociales para vivir más o menos como quiso” y “ser una gran escritora y referente de la cultura española en el exilio”. El segundo cuento presenta a Isabel de Braganza. “Fue una mujer culta y amante de la pintura, pero la sacaron de su familia a los 18 para casarla con el mastuerzo de Fernando VII. Murió joven tras una cesárea salvaje y criminal, pero antes tuvo tiempo de plantar y regar la semilla de lo que hoy es el Museo del Prado. Tenemos mucho que agradecerle”, comenta Menéndez, que sobre el trabajo con la escritora señala que ya existía un conocimiento y un respeto mutuo que han facilitado la colaboración. “Me mandaba su texto, si yo veía alguna cosa se lo comentaba y ella hacía lo mismo con la ilustración; ha sido un placer y tengo que agradecerle que, entre tantas opciones, se acordara de mí”.

En su opinión, ese proyecto da una vuelta al concepto clásico de cuento, que “a veces ha sido cruel o misógino o ha tratado mal a los niños”. Y “también han existido cuentos demasiado edulcorados”. Estos, sin embargo, “son cuentos reales que no ocultan las dificultades y no pintan un mundo color de rosa”, y se dirigen a los/as más pequeños/as como a “personas con sentimientos, pensamientos y con su propia personalidad, que podemos contribuir a formar educando en valores” como “la empatía, la libertad, la igualdad, la determinación, la valentía”. En cuanto al proyecto en general, la ilustradora lo define con una palabra, “sororidad”, que en este caso se ha manifestado como la unión de “muchas mujeres -y algunos hombres- colaborando desinteresadamente por sacar a la luz cien historias maravillosas de mujeres aun más maravillosas que pueden ser un ejemplo para niños y niñas, pero también para jóvenes y gente más mayor”. “Me parece una lectura interesante que hace un justo reconocimiento a muchas mujeres olvidadas, que aporta cultura y además está repleta de valores”. Sobre el buen número de publicaciones que en los últimos tiempos abordan la cuestión de las mujeres, a Menéndez le parece que el feminismo está experimentado un “auge” en gran medida porque se ha deshecho “de los prejuicios que siempre ha arrastrado”. Y le gusta que las mujeres del mundo de la creación pueden facilitar, como en este caso, que la vida de muchas profesionales sea “más visible”. “Me gusta sentir que mi trabajo es útil, que no es algo meramente decorativo, que contribuye a un fin”, subraya.

Beatriz Menéndez ha sido directora de arte en Barcelona (SCM, Rapp Collins y Odisea) y desde hace ocho años trabaja por su cuenta como Voilà Ilustración tanto para empresas como para instituciones, agencias de comunicación y publicidad, editoriales y compañías de teatro.

Itxaso Recondo

Reescritura necesaria

“Esto no es un libro, sino una movilización”. Así de claro lo tiene Itxaso Recondo, periodista pamplonesa que actualmente trabaja en Prodigioso Volcán como consultora de comunicación. En este proyecto “hemos participado de forma altruista personas con pasión por contar historias”, y juntas “hemos rescatado a un montón de científicas, naturalistas, filósofas, ingenieras, emprendedoras, artistas”. Los textos resultantes son “universales” y “transversales” y están escritos en formato de cuentos infantiles, con muchos diálogos, “aunque no tienen edad” y, de hecho, “a muchos adultos les sorprenderá conocer detalles de la vida de las protagonistas”.

En su caso, y como ya se ha mencionado, ha escrito en torno a Isabel de Braganza y a María Teresa León, dos mujeres ligadas al Museo del Prado. La primera impulsó su creación y la segunda dirigió “la delicada operación de sacar sus obras maestras durante la Guerra Civil para protegerlas de los bombardeos”. “A las dos debemos estar agradecidas”, y esta es, dice Recondo, “mi modesta contribución a valorar este maravilloso museo”. En cuanto a sus textos, no ha querido evitar detalles que para algunas/os lectoras/es pueden ser difíciles de comprender, como el hecho de que León dejó a su marido y a sus dos hijos cuando se enamoró de Rafael Alberti, o que Isabel de Braganza murió al dar a luz. “Podía haberlos pasado por alto, pero me parecía que tracionaba su historia”. Y es que la vida de estas mujeres no es ni blanca ni negra, como la de nadie, y en su complejidad está su riqueza.

Muy contenta de haber colaborado de nuevo con Beatriz Menéndez, cuyo trabajo “mejoró las historias”, la escritora opina que No me cuentes cuentos forma parte de “una ola feminista que no para de crecer”. “Las mujeres estamos tomando conciencia de que necesitamos reescribir la historia, pintarla a nuestra manera y representarla con nuestros códigos”, indica. Y sigue: “El patriarcado tiene los días contados, vamos hacia una sociedad igualitaria y, aunque nos queda mucho por recorrer, no hay marcha atrás. Nuestras hijas alucinan cuando les contamos que las mujeres no podíamos votar ni tener una cuenta en el banco a nuestro nombre”. En ese sentido, contar las vidas de cien mujeres “supone reescribir el cuento que nos han contado”.

Jojo Cruz

Salir de las sombras

Jojo Cruz participa en la publicación ilustrando nada menos que cinco relatos, los referidos a María de Villota, Tina de Jarque, Lili Álvarez, Carme Chacón y Teresa Carrabús. “Conocí el proyecto a través de Prodigioso Volcán. Charo Marcos contactó conmigo nada más arrancar y me pareció un proyecto tan bonito que ni lo dudé”, cuenta. Cruz afirma que los contenidos de esta propuesta “no son solo cuentos, es historia”; “pequeños relatos de grandes mujeres españolas”. Se trata de una iniciativa “para todos los públicos y creo que de obligada lectura”. Y aunque no ha coincidido con las escritoras de los textos que ha ilustrado, “sus cuentos me encantaron; no conocía a todas sus protagonistas y la verdad es que sus historias son muy inspiradoras”.

“A lo largo de la historia, las mujeres siempre han vivido a la sombra de sus méritos. Los libros habitualmente han contado grandes hazañas de reyes, conquistadores, científicos, matemáticos, filósofos, artistas... Y hacía falta un libro que le diera la vuelta y nos trajera a todas aquellas mujeres del pasado y del presente que han sido y son todo un ejemplo a seguir”.

Laura Sánchez-Ostiz

Un futuro con referentes

Nacida en 1976 en Francia, Laura Sánchez-Ostiz vivió en Pamplona hasta 1998, cuando terminó Periodismo en la Universidad de Navarra y se mudó a Madrid. Allí ha trabajado en distintos medios y fundó el sello editorial infantil Silabario. Desde hace un tiempo trabaja como directora de proyectos en The Cocktail, y antes lo hizo en Prodigioso Volcán, a través de la cual se enteró de lo que se me movía en torno a No me cuentes cuentos. “Tuve la suerte de vivir en primera persona cómo se fue gestando y de ver la abrumadora respuesta que tuvo por parte de autoras e ilustradoras, así que cuando me dieron la oportunidad de participar en el proyecto, no me lo pensé dos veces”. Sánchez-Ostiz ha ilustrado el cuento que la periodista Olalla Cernuda ha escrito sobre María Josefa Wonenburger, “una matemática gallega que tuvo una vida apasionante”. Nació en Oleiros (A Coruña) en 1927 y “se fue a Madrid a estudiar Matemáticas en una época en la que no era muy común que las mujeres escogieran carreras de ciencias”. Wonenburger fue la primera mujer española en ganar una Beca Fullbright, lo que la llevó a seguir formándose en EEUU. “Después de doctorarse, trabajó en universidades de EEUU y Canadá, donde se doctoró por segunda vez”, aunque “resulta sorprendente que cuando muchos años después decidió volver a España por motivos familiares, ninguno de sus doctorados fue reconocido y se vio obligada a empezar de cero, lo que la empujó a retirarse del mundo académico y científico”, comenta la ilustradora. “Cuando lees las historias de estas mujeres, resulta increíble que figuras así hayan caído en el olvido o incluso nunca hayan sido reconocidas en su propio país. Esta forma de rescartarlas es preciosa, además de muy necesaria. Creo que este es un proyecto inspirador tanto para niñas como para niños porque para todos ellos es importante ampliar el abanico de referentes que tienen normalmente”, de manera que puedan “imaginar un futuro lleno de posibilidades”.