Los libros de misterio e incógnitas juegan con la vida de los policías, detectives y víctimas que protagonizan el crimen. De esta manera, consiguen despertar el morbo de sus lectores, que se ven atrapados en una trama en la cual devorar los capítulos supone la única vía de salida para conocer qué sucedió exactamente. Generalmente, cuanto antes, mejor. Algo parecido, pero teatralizado tuvo lugar ayer en Baluarte, Palacio Condestable y el Teatro Gayarre, que se tiñeron de sangre para acoger Pamplona Sangrienta, la primera actividad del Festival Pamplona Negra. El lado más oscuro, que consistió en la interpretación y recreación, a cargo del Grupo de Teatro de la UPNA dirigido por Óscar Orzaiz, de cuatro crímenes acontecidos en la capital navarra a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Entre todos los posibles, los seleccionados fueron el crimen de Sebastián Bregaña en 1893, Manuela Goñi en 1897, Luis Nicasio Atanes en 1898 y Salustiano Peralta en 1906. De la selección de las obras se encargó la directora de Pamplona Negra y escritora, Susana Rodrígez, que explicó que entre las premisas para elegir los crímenes buscaron que se hubieran cometido en el centro de Pamplona, que ninguno de los implicados y sus familiares siguieravivo, pero, sobre todo, se centraron en "buscar obras teatrales fieles al hecho para que dé pie a una acción y a un guión".

Pamplona Negra, que comienza oficalmente mañana a las 18.00 en la Sala de Cámara de Baluarte, no solo se centra en el arte de la lectura, sino que da cabida a "diferentes disciplinas artísticas como el cine, el teatro, la música y la gastronomía", que se irán desarrollando hasta el próximo 18 de enero, anotó el director de producción, Eduardo Nanclares. La preparación, que comenzó en noviembre del año pasado, se enfocó con la idea de que los jóvenes pierdan el miedo a la lectura y que aprendan a disfrutar de ella. En esta nueva edición, Pamplona se convierte en la protagonista y saca su lado más oscuro. Cibercrimen, persecución policial y venganza serán los temás centrales de las actividades del festival, que tiene como país invitado a EEUU, con la visita del escritor Lou Berney, autor de Carreteras de Otoño, novela galardonada con el premio Hammett Internacional a la mejor novela negra de 2018.

Primera estación La primera parada de la ruta teatralizada reunió a cerca de 35 personas, que se citaron en la inicial escena del crimen a las 10.30 horas en Baluarte. El personaje, Ramira Pascual, inauguró el recorrido apelando al morbo de los asistentes por observar y conocer el crudo final del primer crimen que estaban a punto de presenciar "como una vía de escape a vuestras miserables vidas". Sebastián Bregaña fue asesinado en 1893 en los Jardines de la Taconera por su empleado, Juan Izardoi. Bregaña cantaba mientras embellecía las plantas del invernadero y los jardines que rodeaban Pamplona a finales del siglo XIX. Pero su empleado no soportaba escucharlo. En mitad de una discusión, Sebastián Bregaña acusa a Juan Izardoi de robar plantas del invernadero y vuelve a cantar. Izardoi, en un arrebato de ira le quitó la vida. Tras el fin del primer crimen, entró en escena Iranzu Miralles, integrante del Grupo de Teatro de la UPNA, que llamó a los asistentes para continuar su recorrido hasta llegar al segundo crimen.

Segunda estación Palacio Condestable. Manuela Goñi fue encontrada por un grupo de borrachos muerta con 18 años en la calle en 1897. Tres días y tres noches estuvo a la vista pública para que alguien la reconociera. Llegó a oídos del novio de Manuela que la habían visto abrazada y cariñosa con un carpintero de la ciudad. Como prueba definitiva, la pareja de Manuela le vio abrazarse, escuchó sus risas y presenció cómo ambos corrían juntos por la calle San Agustín. Su pareja la sorprendió y comenzó a agredirla y ella intentó defenderse dejándole arañazos en el cuello, prueba por la que fue reconocido como autor del crimen. Miralles volvió a escena para recordar: "20 años pasó Balbino en la cárcel, Manuela toda la eternidad bajo tierra". El Condestable acogió un segundo crimen en su recóndito sótano, donde se recreó el juicio del asesinato de Luis Nicasio Atanes en 1898, que tuvo lugar al lado del río Arga (en el actual paseo del Arga). La puesta en escena configuraba la sala de un tribunal formado por un juez, un fiscal y la abogada defensora de los cincos jóvenes de entre 16 y 19 años implicados en el asesinato y que lanzaron su cuerpo al río. Dos de los jóvenes implicados fueron condenados a muerte, otros dos fueron condenados a 17 y 18 años de cárcel y solo uno de los sospechosos fue absuelto, Elías Oroz, que se rumoreó que había dado un chivatazo a la Policía.

Tercera y última estación Teatro Gayarre. El último crimen representado en Pamplona Sangrienta fue el asesinato de Salustiano Peralta sucedido en 1906 al lado de la puerta de la Taconera. Eusebio y Eusebia eran los Romeo y Julieta pamploneses. El tío de Eusebia, Peralta, no aprobaba su relación por la diferencia de estatus económico entre las familias y en una discusión entre Peralta y Eusebio, este le asesinó. En su sentencia, Eusebio no fue condenado a prisión, por el contrario se le consideró inocente por legítima defensa. Culminado el cuarto crimen teatralizado, el lado más oscuro de Pamplona Negra llegará mañana por la tarde a Baluarte con el arranque de la edición de 2020.