¿Qué es la cibersociedad? ¿Existe de verdad? ¿Y tiene límites? Sí, existe, y abarca mucho más de lo que nos podemos imaginar. En ella ocurren todo tipo de cosas; algunas buenas, como el activismo social y político o el refuerzo personal, pero otras malas, muy malas, como delitos y acoso. Para hablar de estos, y otros aspectos, se juntaron ayer las escritoras Rosa Montero y Antonia Huertas y el escritor Blas Ruiz Grau en una mesa redonda moderada por la periodista de DIARIO DE NOTICIAS Ana Oliveira y enmarcada en el Festival Pamplona Negra. Los últimos trabajos de estos tres autores son una clarísima prueba de lo informados que están sobre todos estos temas y ayer lo demostraron al público en una sesión donde hablaron de aspectos tan crudos como el ciberbullying, la deep web o la importancia de la educación, pero también de privacidad, democracia hackeada y hasta del 5G.

El primer tema que salió a relucir, a modo de contexto, fue la existencia real de la cibersociedad. ¿O es una extensión más de la sociedad que conocemos? “No, existe y es muy real”, respondieron los tres autores. “Es tan real que si un día no existiera, si se cerrasen todos los ordenadores de golpe, el mundo sería un caos”, señaló Huertas. “Una catástrofe”, añadía Montero, quien trata precisamente este tema en su último libro, Los tiempos del odio. Para Ruiz, autor de Que nadie toque nada o La verdad os hará libres, entre otros títulos, que exista es algo bueno. “Es terapéutica; hay mucha gente que se reinventa en internet y eso le refuerza el autoestima”, destacó, para agregar que, como todo, “tiene su lado bueno y su lado malo”. En este sentido, Montero afirmó que “antes, el acoso escolar tenía lugar en el aula y se acababa ahí, pero ahora el ciberacoso es inacabable, que te persigue, y que no sabemos bien cómo combatir”.

Y afrontar estas situaciones o los ciberdelitos en general no es nada fácil, teniendo sobre todo en cuenta que internet es un territorio sin jurisdicción. ¿Habría que crear una Ciber-España, como dijo Andrés Montero (presidente de la Fundación Concepto) en la que cada ciudadano circule por la red con su DNI y cada dispositivo tenga su propia identificación? “Es un tema para pensarlo”, opinó Montero, para quien “habría que acabar con ese anonimato de la web, especialmente en aquellos casos donde se esté cometiendo un delito”. Para Ruiz, “se trata más de una cuestión ética y moral”, ya que “ya tenemos un DNI digital que vemos que no funciona”. “Haya todo el control que haya, siempre existirá una deep web -internet profunda; permite acceder a un tipo de contenido que no se encuentra en los buscadores habituales- que no se pueda controlar”, añadió. Huertas, licenciada en Matemáticas y Humanidades y autora de Alterworld, habló de la encriptación “como la única manera real de defenderse, al menos según los expertos, claro”.

responsabilidad individual Cómo mantener cierta privacidad en la red con todo el intrusismo que hay no es cuestión sencilla. “Existe incluso un gran ordenador que almacena todos nuestros datos y los analiza las 24 horas del día”, subrayó Ruiz, quien cuestionó: “Ponemos el grito en el cielo porque internet tiene todos nuestros datos, pero es que muchas veces somos nosotros quienes damos esos datos”. En este sentido, ¿hasta qué punto tiene el ciudadano una responsabilidad personal para cuidar su privacidad? “Para acceder a cualquier página te piden todo tipo de información, pero eres tú quien decide darla o no”, siguió el escritor. Huertas señaló que “este es un tema de educación”. Y la educación, como señalaron los tres, comienza desde abajo. “Es como cuando alguien manda una foto en bolas a otra persona; si realmente quiere, que lo haga, pero sabiendo las consecuencias de lo que está haciendo”, dijo Ruiz, a lo que Montero, entre risas, puntualizó: “Al menos, que no lo haga enseñando la cara”.

Una de esas consecuencias, indicó Ruiz, es el ciberacoso, potenciado quizás por la distancia virtual que ofrece internet. “El anonimato te da una distancia, te deshumaniza; es como en la conducción, cada uno estamos en nuestro coche y nos volvemos mucho más energúmenos que en la vida real. Con internet para igual, todo parece ficticio y esa distancia que se genera hace que mucha más gente se una a ese acoso o esa persecución que se pueda hacer a una persona”, opinó Montero.

el lado oscuro de la red En una mesa redonda dedicada a los ciberdelitos no podía faltar el lado oscuro de internet: la deep web o, como la definió Montero, “la versión cibernética del horror de la vida”. “Nunca he entrado, me da pavor”, admitió la escritora. Ruiz y Huertas, con el fin de informarse bien para algún personaje o situación de sus novelas, sí lo han hecho en alguna ocasión. “Lo mismo puedes buscar pintores que asesinos a sueldo; y los encuentras sin ningún problema”, subrayó ella, a lo que él añadió: “Es el maldito horror”. Y si mencionaron sus sombras, también sus luces, como servir de plataformas de activismo político y social. “Al final, quien quiere hacer el mal, lo va a hacer; y quien quiera hacer el bien, también”, dijo Huertas. Y eso, en la web como en la vida real.