Rupturista y arriesgada. La propuesta de RomeroMartín, donde se unen el cante tradicional y la música electrónica, ha revolucionado la escena con su primer disco, Manifiesto. Álvaro Romero, voz y 50% del dúo que completa Toni Martín a la producción, desgrana los detalles de su debut, en el que musican textos de poetas homosexuales y letras propias. “La clave está en enfrentarse a lo desconocido, a lo incómodo y eliminar prejuicios”, dispara.

El nombre del proyecto une los apellidos de sus dos integrantes y bien recoge esa fusión de cante y electrónica que es sello de RomeroMartín. ¿Cómo surgió la propuesta?

-Mi aportación es el cante tradicional y a partir de ahí, me imagino cómo me acompañaría un sinte o software de música electrónica en vez de una guitarra. Con una maquinita que tengo en casa, voy creando ritmos y se lo paso a Toni, que va haciendo. Él no sabe mucho de flamenco -ni yo de electrónica- y eso es interesante, porque a veces desde la inconsciencia, se crean cosas interesantes. Es un reto que surgió de la curiosidad. No tenemos referencias en ello, vamos un probando cosas y viendo hasta dónde podemos llegar. No nos ponemos límites.

Entendido un manifiesto como un escrito en el que se hace pública una declaración, ¿qué reivindican con este primer disco?

-El nombre está puesto así a propósito. El tema principal del disco es la Nana del culo, cuya letra está pillada del Manifiesto (hablo por mi diferencia), de Pedro Elemedel -escritor y artista chileno-. En el disco utilizamos mucha poesía homosexual y poesía que nos representa en cierta manera, porque era una forma de manifestar lo que realmente somos. En ese sentido, quizá choca con lo que estamos acostumbrados a decir en las letras tradicionales de flamenco. De ahí lo de utilizar la palabra manifiesto, porque es una declaración: esto se lo que somos. Utilizamos la música electrónica porque la hemos vivido desde pequeños, es lo contemporáneo.. Somos esto y vivimos estas cosas. Yo no voy a un río a bañarme ni a lavar la ropa, eso no lo he vivido yo, pero sí he vivido otras cosas...

“El disco es una declaración: esto es lo que somos”, ha dicho. Entonces, ¿cómo son RomeroMartín?

-En mi caso personal, soy cantaor, maricón y amante de la música contemporánea. Yo he cantado mucho en el tablao y aunque me manifestaba con el cante -y lo hacía de verdad, por supuesto-, sentía que me faltaba algo, que había algo que no era verdadero en mí y en lo que estaba expresando... Y al cante, me apetecía otro tipo de acompañamiento y sobre todo, otra letra, ya que no me representaban. Aunque un paréntesis: hay letras del flamenco clásicas y antiguas que van con la actualidad, ¿eh? Por ejemplo, estamos haciendo ahora una especie de sevillana o rumba de la Niña de los Peines y hay unas letras que dicen como “a mí no meterme, ustedes son blancos, ustedes se entienden”. Y eso va con lo que está pasando ahora del Black Lives Matter.

En sus letras, al margen de los textos de Lemebel, ¿a qué más autores se ha acercado y por qué?

-Utilizamos como introducción Saeta del pirómano, una pieza que hicimos por encargo del director Rafa Villalobos y que es una poesía de un poeta homosexual de Sevilla, que se llama Braulio Pol Ortiz. También utilizamos un poema de Álvaro Prados, un poeta sevillano queer... Sobre todo trabajamos con esos tres, aunque también utilizamos letras nuestras y letras tradicionales. Por ejemplo, hacemos la Mariana.

Vista la importancia y el criterio que otorga a las letras, tanto en cuanto a autores elegidos como a sus propios textos, ¿qué es el flamenco para Álvaro Romero?

-Libertad. Es arte y para mí el arte en general, independientemente de la manifestación artística, es libertad. Ahí me siento cómodo y me puedo sentir yo mismo. A veces tengo miedo de un bolo, pero después es tanta la libertad que siento cuando estoy encima del escenario, porque puedo expresar realmente lo que yo soy...

Una libertad que no se entiende sin el riesgo y sin el desafío.

-Claro, ahí está la clave: el enfrentarte al miedo, a lo desconocido y a lo incómodo y a eliminar prejuicios. ¿Sabe? Eso me interesa y me hace después estar más consciente en la vida. Si tengo dudas y no sé si hacer esto, prefiero hacerlo. Ante la duda, lo hago. Y ya luego, aunque salga bien o mal... Si sale bien, mejor; y si sale mal, seguro que aprendo también algo.

Las propuestas y reivindicaciones de RomeroMartín son claras, pero, ¿qué le falta al flamenco, si es que cree que le falta algo?

-A ver, creo que le falta conciencia y vivir en la actualidad. Bueno, al flamenco realmente no le falta nada, sino a los artistas del flamenco, ¿sabe? Pero al flamenco en sí no, el flamenco me parece que es muy grande y acogedor, que lo tiene todo. El artista es el que tiene también la obligación de ser consciente de la época en la que le ha tocado vivir y expresar en el flamenco todo eso que vivimos en la actualidad. El flamenco, al final, es una herramienta de expresión.

De cara a su música, su tema Nana del culo

-Se la dedicamos a un grupo político que se llama VOX y también a esa gente que por el simple hecho de haber nacido con el sexo masculino, se siente superior a las personas que han nacido con sexo femenino, o que se sienten, de alguna manera, más femeninas o cosas que no tengan que ver con lo masculino que nos han enseñado y con lo que están construidos todos los cimientos del planeta.

¿De ahí el hecho de que tanto usted como Toni usen sus apellidos maternos como nombre artístico?

-Sí, utilizamos el apellido de nuestras madres como reconocimiento a nuestra parte femenina, que siempre ha estado olvidada y en la periferia...

RomeroMartín es un proyecto de relativa reciente creación, ¿qué supone para ustedes tocar en el Flamenco On Fire?

-Estamos súper ilusionados, es un festival al que le he tenido mucho respeto desde que nació y van compañeros y artistas a los que he admirado desde pequeñito. Además, dedicado a Sabicas, que es un guitarrista que siempre me ha gustado mucho... Si le digo la verdad, con el proyecto de RomeroMartín la primera canción que hicimos es la Zambra, que está basada en una zambra tocada por Sabicas y cantada por la gran Carmen Amaya, la bailaora. Entonces es como que, de alguna manera, está conectado y se han alineado todos los planetas (risas).

“La clave está en enfrentarse al miedo, a lo desconocido e incómodo y al eliminar prejuicios. Eso me hace estar más consciente en la vida”

“Estamos ilusionados por tocar aquí, uno de nuestros temas está basado en una zambra tocada por Sabicas y cantada por Carmen Amaya”