- "Después de estrenar El método Grönholm hace ya más de quince años, amigos y conocidos me contaron muchas experiencias propias en procesos de selección. A la luz de algunas vivencias, la conclusión es que me quedé corto . Los retorcidos juegos a los que los psicólogos de mi ficticia empresa sometían a los aspirantes eran menudencias comparados con algunas anécdotas reales". Así explica el dramaturgo Jordi Galcerán el motivo por el que esta obra sigue igual de vigente que cuando se estrenó en 2004. Y tan universal, porque desde entonces se ha representado en más de sesenta países. Mañana regresará al Teatro Gayarre (19.00 horas), bajo la dirección de Tamzin Townsend y con un reparto formado por Luis Merlo, Jordi Bosch, Marta Belenguer y Vicente Romero.

Recuerda Galcerán que la idea nació de una anécdota real. En una papelera, un periodista encontró las fichas desechadas de unas aspirantes a cajera de supermercado. "En ellas, el encargado de las entrevistas había anotado sus impresiones sobre cada candidata. El periodista hizo un reportaje sobre ello y transcribió algunos de sus apuntes. Eran del tipo 'ésta no, por gorda', 'moraca, no sabe ni dar la mano', 'apesta'... La noticia me llevó a pensar en la relación que se establece entre alguien que necesita un trabajo y aquél que tiene el poder de proporcionárselo. Una situación en la que el aspirante intenta mostrar su mejor cara, o al menos la cara que cree que se espera de él, y el entrevistador intenta descubrir a quien tiene delante y si es el tipo de persona que necesita. Un juego de engaños y astucia que, llevado al límite, se convirtió en esta comedia".

El público del Gayarre podrá ver mañana cómo los últimos aspirantes a conseguir un cargo ejecutivo en una multinacional se someten a la prueba final del proceso de selección. Una prueba conjunta en la que el procedimiento propuesto por la empresa se convierte en un combate donde la astucia, la crueldad y la falta de escrúpulos parecen no tener límites.