- “Elogiemos ahora a hombres famosos es el título de un libro de fotografías de Walker Evans con textos de James Agee sobre las condiciones de los trabajadores del algodón en el sur de Estados Unidos durante el verano de 1936. Hoy elogiamos a Carlos Cánovas, maestro de la fotografía, maestro de fotógrafos y de todos nosotros”. Con esas palabras presentó ayer Javier Torrens, presidente del Ateneo Navarro, al primer premio Príncipe de Viana que gana un fotógrafo.

Torrens se declara fiel admirador de su compañero , y es que lo conoce muy bien: “Pero es que Carlos Cánovas siempre fue así: un hombre trabajador, constante y tenaz, que, con la inestimable ayuda de Juana Arlegui, su mujer, supo desarrollar una visión de la fotografía como arte, primero como aficionado y pronto como artista profesional independiente; con una meta, la perfección, que él dice que resulta inalcanzable pero que los demás creemos que, a menudo, lo consigue”, destacó en el laudatio que realizó ayer previo al discurso de la presidenta de Navarra, María Chivite.

El aprecio que Torrens le tiene al artista que ayer consiguió el prestigioso galardón que cada año entrega el Consejo Navarro de la Cultura y de las Artes trasciende lo puramente profesional, ya que el conocimiento de su obra, extensión de su propio ser, es algo que conoce de primera mano el presidente del Ateneo.

“Carlos Cánovas siempre fue así, desde pequeño. Fuimos juntos al colegio de los Maristas de San Luis y Carlos, el hermano mayor, enseñaba a sus dos hermanos más pequeños lo mucho que aprendía; les tomaba la lección todos los días y apuntaba las calificaciones ordenadas cuidadosamente en una pequeña libreta que, alguna vez, me llegó a mostrar. Yo le admiraba porque, en mi casa, también de muchos hermanos, los juegos y las peleas no se parecían nada a la aplicada dedicación que transmitía Carlos. Y, encima, Carlos era el primero de la clase. Yo le envidiaba, claro”, admitió su excompañero de aula.

Una de las pruebas de la sinceridad en las palabras de Torrens fue que no solo destacó la labor de Cánovas como fotógrafo, sino que trasladó al centenar de asistentes algunas de las frases que el artista galardonado dijo en algún momento y que impactaron al orador: ”Fotografiar es conferir importancia. Quizá no haya tema que no pueda ser embellecido: es más, no hay modo de suprimir la tendencia intrínseca de toda fotografía a dar valor a sus temas”, citó.

Así es como, ayer el valor de las cinco décadas de trabajo de Cánovas, sumadas al carácter vital que refleja en su obra, se volvieron ayer recíprocos.

“Con la ayuda de su mujer, Juana Arlegui, Cánovas desarrolló una visión de la fotografía como arte”

“De niño ya admiraba a Carlos por la dedicación que ofrecía a sus hermanos pequeños”

Presidente del Ateneo Navarro